SEND NUDES TECLEÉ en el Whatsapp. Luego lo borré, no vaya ser que me manden algo. Y como yo, todos, siempre tentados a escribir a nuestro interlocutor cuando hablamos por mensajería digital: “Send nudes”. No sé por qué no lo hacemos. Probablemente porque no sabemos qué haríamos con una foto en bolas de nuestra madre, un colega del trabajo o una amiga. Pero ¿y si el desnudo nos acerca al otro? ¿Y si envía un emonude, y nos cuenta aquel momento en que se abrió en canal y lo que desnudó fue su alma?

Probablemente sería una buena historia. Tal vez podríamos entender a nuestro padre. O al colega que hicieron nuestro jefe. Tal vez veamos algo en el alma del desconocido con el que chateamos por WhatsApp o Facebook; y ese algo sea increíble.

En esta edición 66 de la revista, hemos armado un gran número: muchos nudes, más emonudes y varios otros despelotes que vienen a ser, algunos de ellos, las primeras publicaciones  de los autores. Hay historias de viejos amantes, de sadomasoquismo, de amantes que ya dejan de serlo… Hay treintañeros confundidos, que buscan en el sexo una respuesta a sus vidas, hay poemas; muestras del alma, confesiones a la chica que es nuestro crunch, sí hay varias confesiones. Hay revisiones de nuestro día a día donde, para darnos cuentas que llevamos tiempo estando en bolas.

Pedimos a la gente que enviara nudes y, muchos han atendido al llamado del despelote. ¡Que lo disfruten!~

Humberto Bedolla, editor de vozed, en un café mirando las esculturas del Kama-sutra en Khajuraho, India.