Epifanía
Un cuento de MaryCarmen Castillo
Epifanía: profunda sensación de realización en el sentido de comprender la esencia de las cosas.
SÉ QUE NO soy perfecta, pero estoy segura de que no me merecía una muerte como ésta. No recuerdo gran cosa, excepto que me dolió muchísimo, un ardor y luego un empujón en el cuello, como si me hundieran una vara de hierro ardiente, justo debajo de la oreja. Y luego vino la angustia, una angustia que era como un dolor, feroz y violentísimo pero no exactamente físico; era como sentir un dolor insoportable y que dentro de la angustia nacía otra angustia aún más densa, porque no sabes qué te está pasando ni dónde duele, pero es tan abrumador que te ciega de tanto y tan profundamente que te duele. Ni siquiera dar a luz duele tanto. Ni cuando mi mami, que no creo que descanse en paz (al menos eso espero) me pateaba el vientre para que abortara, ni los cigarros encendidos, ni nada, nada duele tanto como me dolió a mí mi muerte. Son chingaderas.
Luego vi la luz famosa. Pero la muerte ha resultado igual de decepcionante que la vida, porque era una luz espantosa, como cuando sales de un lugar en penumbra y te da de lleno la luz en la cara, así, igual. Si hay un Dios, por aquí no anda. O no quiere hablar conmigo, no sé. Pero sí sé que esa luz no es la que me prometieron. Nada de esto es lo que me prometieron, igual que la vida, todo es un fraude.
Algo que aprendí cuando estaba viva es que no vale la pena esperar nada de nadie, porque siempre te quedan mal. Por eso yo vivía mejor sola con mis animales; ellos sí me entendían. Ellos sí me querían. Yo les hablaba. Y juro que ellos me entendían y a veces como que me contestaban, a su manera, silenciosamente, moviendo sus orejitas. Y mira nomás: otra decepción. Pinches animales malagradecidos; no sé cuánto tiempo ha pasado, aquí no se siente, pero desde aquí puedo ver la luz que entra por las ventanas de mi casa y veo que va y viene, va y viene; no sé cuántas vueltas ha dado, pero ya van varias… ¿serán los días que van pasando? No puede ser; es difícil pensar aquí, sólo siento todo; pero ya van más de 5 vueltas que da la luz en sus ires y venires, y aún puedo ver mi cuerpo desparramado entre el sillón y el suelo; ¿siempre estuvo así de asquerosa la alfombra? Se están comiendo mi cuerpo estos cabrones, y eso me llena de pánico, ¿¡cómo pueden hacerme esto?! ¿¡De verdad van ya 6 días?! ¿¿Cómo es que nadie se ha dado cuenta?? Alguien, mis amigos, el bastardo de mi hijo, el baboso del Manuel que según iba a venir la noche que me morí, ¡vaya, siquiera los vecinos!, ¿¡qué no sienten el hedor del cuerpo!?…; hasta yo alcanzo a ver desde aquí que se está descomponiendo.
[pullquote]Algo que aprendí cuando estaba viva es que no vale la pena esperar nada de nadie, porque siempre te quedan mal.[/pullquote]
Uno de ellos, mi Dorado, me dio un mordisco en la panza y fue como si explotara; se desparramó todo y era como un amasijo blando y grisáceo. Ahora mi cuerpo parece una vasija fofa, como la bota de vino que tenía mi papi, pero podrida y gigantesca. Qué asco. Mi cuerpo siempre me ha dado asco. Pero ahora, además, me da lástima… ¡qué fea soy! Y estos pinches perros me están tragando, carajo, malditos animales, así me pagan todos mis cuidados.
¿Y sí estaré muerta? ¿No estaré así como en shock por el dolor? Es que esto no se parece en nada a lo que le dicen a uno; sí atravesé un como túnel, pero más bien era un lugar, inmenso y completamente oscuro; te quedas ciega en ese lugar (será que se comieron mis ojos y por eso…, ¡ay, qué horror, de veras, qué espanto es todo esto!), aunque sí se sentían como presencias, no sé, yo nunca he creído en fantasmas, pero juro que había gente pasando junto a mí. Me dio mucho miedo y quise regresarme, ¡¡sí, sí!!, ¡por favor, a mi casa, con mis animales! Y entonces me vi ahí tirada en medio de todo este porquerillero. Esto ha de ser el infierno o algo parecido, porque no entiendo cómo nadie viene a rescatarme, por qué mi muerte es tan fea, cómo va a ser que pasan los días y nadie se da cuenta, como si a nadie le importara… no puede ser. Esto no puede ser la muerte. No se vale.~
Leave a Comment