Cómo romperme, romperse, romperle la pierna
Un texto de Humberto Bedolla. Ilustración de Carlos Dzul
vozed 57, abril – mayo 2016
ESTOY INTRIGADO, QUIÉN busca en Internet cómo romperle la pierna a alguien, o peor, cómo romperse la pierna el mismo. Esa persona seguramente no tienen ni idea de lo doloroso que es romperse un hueso. Por ahí escuché que era de los peores dolores que hay.
No miento que llevo con esto de huesos y piernas un buen tiempo. Más de tres meses, hasta que hace poco volví caminando de la oficina a casa, unos 45 minutos de paseo, para despejar la cabeza y darle aire a nuevas ideas. Iba pensando en temas de cultura e intervenciones. Luego salté a doctores e intervenciones ¡y conecté! «Su putamadre, ¡deben ser artistas!, modernos… no, conceptuales. No, postmodernos; que quieren llevar su arte más allá de lo hasta ahora visto. Hay que ser transgresor, pasar todos los límites. Y estos artistas quieren hacer arte interviniendo su cuerpo, ¡rompiéndose una pierna!» La verdad, la idea me gustó mucho.
La intervención en el mundo del arte es bastante común. Y las intervenciones en espacios públicos son cosa de todos los días. Está Bansky con sus intervenciones en paredes de todo el mundo. Me gusta el colectivo BoaMistura, que intenta dar color a paredes feas integrando a las personas del barrio y dándoles una mejor imagen para subir el autoestima del lugar. Seguro que hay algún artista local que ha intervenido alguna pared con intención de decir algo, más allá de grafiti vandálico o el poco original: «abajo el sistema».
También intervenimos para separar a los amigos que, borrachos, se comienzan golpear porque uno le dijo al otro «y tu mamá también». Intervenimos porque nuestro amado está haciendo un desmadre en la cocina intentando hacernos un pastel de chocolate para celebrar las 100 noches de sexo: «déjalo, vente a la cama», decimos sin más. Intervenimos para abrirle la piel a nuestra amiga y sacarle el tubo de metal que se clavó al tratar de saltar una pared con su bicicleta, y de paso dejarle una obra de arte con el cutter.
Intervenimos porque queremos mejorar lo que vemos y que vivimos.
Intervenimos para generar cambio, para provocar emociones o para proporcionar experiencias. Intervenimos para completar la historia que un escritor ha plasmado, esperando que hagamos el esfuerzo de coescribir el final. Intervenimos para proponer y enriquecer, para editar algo, un hecho que creemos puede mejorar, porque si no, para qué intervenir.
Intervenimos con la idea de crear una bifurcación en el tiempo, alterar el futuro y, de alguna forma, quitarnos piedras en un camino futuro.~
Humberto Bedolla (editor),
Volviendo de los Pirineos, donde los huesos rotos,
abril de 2016.
» vozed 57, abril – mayo 2016
Contenido:
» Cómo romperme, romperse, romperle la pierna, por Humberto Bedolla/ ilustración de Carlos Dzul [ » ♠♠ ]
Cuento »
» La renuncia, por Josemaría Camacho [ » ♦♦ ]
» Dos cuentos intervenidos, por César S. Sánchez [ » ♠♣ ]
» Diario de un borracho, por Marcos Pico Rentería [ » ♣♣ ]
» Deus ex machina, por Dán Lee [ » ♣♦ ]
Crónica »
» Los viajes con mi papá, por Pablo Mata Olay/ ilustración de Sonia García [ » ♠♥ ]
» El sueño del perro, por Simón Clarinet [ » ♥♠ ]
Cultura »
» NAGARA: Cualquier día de ayer, por Jorge Posada [ » ♦♥ ]
» Defensa del lector delirante, por Vicente Monroy/ fotografía de José Manuel Romera [ » ♥♥ ]
» Hommage à Hannah Höch, serie de collage de Purificació Mascarell [ » ♣♥ ]
» Peter Pan sin pasaporte, por Enrique Andrés Mejía Gómez [ » ♦♣ ]
» Intervención artística al volver de la oficina, por Sol Soto [ » ♥♣ ]
®Portada: Huesos de Humberto Bedolla/ intervención de un ortopedista del H. 12 de Octubre (Madrid)
Un texto de Humberto Bedolla. Ilustración de Carlos Dzul
Dos cuentos intervenidos por el escritor, Cesar S. Sánchez, que no deja en paz al narrador.
Cualquier día de ayer, de Jorge Posada, en su columna Nagara
Una serie de collage de Purificació Mascarell. Inspirada y como homenaje a Hannah Höch.