prólogo: todo es intencional
una forma de imaginar la vida, acaso la más común, es dotándola de sentido: creer que las cosas significan algo;
una forma de imaginar la vida, acaso la más común, es dotándola de sentido: creer que las cosas significan algo;
Es una maldición: al menos una vez por semana alguien me asegura haberme visto.
Pegado al patio de mi infancia había un cuarto al que no podía entrar.
Empezó el primer domingo que estuve en este departamento: los golpes en el techo me despertaron a las seis de la mañana.
Revoluciones hay muchas, todas lideradas por una juventud desbocada.
«Instituto Nacional de la Satisfacción»: el letrero de la puerta lo recibe junto a un logotipo que semeja una sonrisa.
Se tapó los ojos para oír mejor. A oscuras, así como estaba su cuarto, no hacía falta; pero así el miedo disminuía y podía concentrarse en lo que las voces le decían.
Todos conocemos mitos que ponen a los animales como remedos incompletos de lo humano.
EN LA INVITACIÓN inicial que envié todos los autores que firman en este dossier –nos cuenta Ruy Feben–, la propuesta era la siguiente: «explorar cómo la marginalidad es casi siempre un lugar de confrontación, y ésta un medio propicio para la creación y a la novedad»
«Si Bradbury viviera hoy para ver que el futuro se va encarnando poco a poco cual tatuaje, ¿qué escribiría?» Un texto de Ruy Feben
«Mientras, fantaseo con lo que ocurre después, con lo que es más real: cocino con mi mujer, leo, veo algo en la televisión (por cable), escribo, escribo, escribo, y para tener más de esto duermo lo mínimo necesario. El insomnio sigue siendo emocionante y aventuroso, pero esta vez no es furtivo, sino obligatorio: de no ser por el desvelo que me aprendí hace mucho, hoy no tendría una vida en absoluto.» Un texto de Ruy Feben
«Si la ocupación fuera un dato meramente estadístico, antes que Escritor yo tendría que responder: Novio, Fumador, Conductor, Operador de un Call Center al que llaman Agencias de Relaciones Públicas y Colaboradores Reclamando su Pago, Lector, Jugador de Jueguitos del Celular, Catador de Hamburguesas y Tacos, Microjardinero, Bartender, y muchas, muchas más. Por tiempo dedicado, quizá Escritor sería el décimo sexto o décimo séptimo lugar en la fila de mis ocupaciones. No es sólo que no tenga tiempo, sino que escribir me requiere tal cantidad de energía, que de buena gana no lo haría.» Ruy Feben nos cuenta sus monumentales writer’s blocks.