El lío de la cultura
Sin duda con la cultura tenemos un gran lío, tanto para definirla como para entenderla: ¿qué es la cultura? Más aun, ¿cómo influye la cultura en la vida de una sociedad, y la sociedad en la cultura misma? En vozed intentamos responder a esta pregunta, y todo a cuento de un hecho bastante difundido por las redes sociales y, por el contrario, con muy poca cobertura en los medios de comunicación masivos: las respuestas de un aspirante a la presidencia.
Sin duda con la cultura tenemos un gran lío tanto para definirla como para entenderla, ¿qué es la cultura? Más aún, ¿cómo influye la cultura en la vida de una sociedad, y la sociedad en la cultura misma? En VozEd intentamos responder a esta pregunta, y todo a cuento de un hecho bastante difundido por las redes sociales y, por el contrario, con muy poca cobertura en los medios de comunicación masivos: las respuestas, del que parece, el aspirante más aventajado para la presidencia de México. El evento: el candidato a la presidencia por parte del PRI (partido que gobernó durante 70 años y cuyo mandato, Mario Vargas Llosa llamó tan hábilmente “dictablanda”) fue a presentar su auto biografía supuestamente escrita por él. En conferencia de presa en la FIL 2011 (el evento literario más importante de habla hispana) no fue capaz de responder que 3 novelas le han influido en su vida. Su respuesta fue: “La Biblia”, confundir al autor de “La silla del Águila”, escrita por Carlos Fuentes, probablemente el novelista vivo más importante de México, por Krause, historiador y director de la revista Letras Libres; y después decir que se quería acordar del título de un libro que habla sobre el otro libro (!) ¿Por qué no salir con algo tan obvio como El Quijote de Cervantes o Romeo y Julieta de Shakespeare? ¿Y la gente de a pie, los habrán leído? ¿Cualquier persona de la calle podría decir 3 novelas y sus autores, que le hayan influido en su vida?
El escritor mexicano Jorge Volpi dice en un tuit: “Los candidatos “escriben” libros y van a la FIL: meros actos de campaña que no esconden el desprecio hacia quienes sí escriben y leen”. ¿Es así?, ¿se desprecia a quienes escriben y leen? ¿Cuánta gente de verdad lee?, ¿y cuanta escribe? ¿Cómo influye en la gente que un político no pueda contestar a esta pregunta? Las respuestas a muchas de estas preguntas es mirar con lupa al sistema educativo y a la política cultural de un país, ¿cuál es la realidad de estos temas en Ibero América? Recordemos que la educación formal, la escuela, aporta muchos de estos conocimientos identificados como cultura. Recordemos las clases de historia, geografía, idiomas o ciencias. Más allá de la especialización la educación formal es cultura.
Todos, sin duda, entendemos que el asunto del candidato está dentro del ámbito de la cultura, pero pocos tenemos claro concretar y definir cultura. Probablemente de la cultura sobresalga la literatura. La influencia de libros y autores en los lectores, y la sociedad en general, es un fenómeno intenso, realmente marca. Así ha sido a lo largo de los tiempos desde que hay escritura. Pero, ¿en esta sociedad consumista sigue siendo importante la cultura y la literatura, o es el mundo editorial el que exagera su importancia? ¿Importa haber leído, entender de música, de pintura o de teatro? ¿Hasta qué punto la cultura “de verdad”, y cualquiera de sus expresiones, es exclusiva de las clases educadas? ¿Y la cultura popular no es cultura “de verdad”? ¿Hasta dónde la separación de la cultura popular y del populacho? ¿Cuál es la importancia de la cultura en las sociedades modernas? Entendemos que leer es ser culto. Entendemos que hablar idiomas, conocer sobre escritores, sobre música o sobre teatro es ser culto. Viajar y conocer otras culturas es ser culto. Existe la lista “Patrimonio Cultural de la Humanidad” asociada a una institución tan prestigiosa como la UNESCO. También entendemos cultura yanki, cultura latina, o más, hay cultura musical, cultura del porno, cultura urbana, cultura futbolera… Existen las industrias culturales, y hay quien defiende la lucha libre (en México) o los toros (en España) como cultura.
Decíamos que, a quien lee se le considera culto, al igual que a quien sigue de cerca expresiones artísticas se dice que “tiene cultura”. Están los que se aprenden las capitales del mundo, los que estudian por gusto, los que se cultivan. Esta es la definición clásica y la primera de una clasificación que Gabriel Zaid hace en el pequeño ensayo “Tres conceptos de cultura” (Letras Libres, 2007), en la que se “subraya la forma de heredar (la frecuentación personal de los grandes libros, las grandes obras de arte, los grandes ejemplos)”.
Luego está la relación con los creadores, el concepto ilustrado, la segunda clasificación, donde se define “el nivel alcanzado (la superioridad de los que están en la cumbre)”. En el caso de los libros, es la relación entre los lectores y los escritores. En el mismo contexto, en el resto de las actividades culturales: música, artes escénicas, cine, televisión y otros eventos, es la relación en la que se distingue a los que crean.
Y por último está la cultura definida por el concepto romántico, la tercera clasificación, “el patrimonio (todo lo que puede considerarse propio)”. La cultura mexicana serían las luchas, Pedro Infante y los tacos. Para la española los toros, Almodóvar y la paella, para la argentina, por ejemplo, los gauchos, Maradona y el asado. Este último concepto es la tercera definición de la RAE: “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.” y a la que hacer referencia la popular frase de Octavio Paz: “La cultura es las culturas”, esto es, que todas las culturas del mundo son una, y nos pertenece a todos.
Y todo esto es cultura.
Pero la cultura –la individual y adquirida (i), la de los creadores y artistas (ii) y la cultura en la que vivimos (iii)– es intangible, inmensurable, y representa un largo camino hacia un lugar desconocido, aunque casi siempre reconfortante. Los motivos para no tomar este camino tienen que ver con los limites (económicos, sociales, políticos, físicos, personales, etc.) y prejuicios y deformaciones en el criterio. Volviendo a las dudas iniciales y al número protagonizado por el candidato, debe preocuparnos (a los mexicanos, a los iberoamericanos y a todos en general) que su cultura es muestra de la cultura de la sociedad y el lugar donde vive. Seguramente, si llegara al poder, su nivel de cultura no le impedirá tomar decisiones, como no les impide tomarlas a millones de personas en el mundo, pero de forma indirecta, sin que esté visible en la ecuación, una mayor cultura permite ampliar miras, conocer y tener en cuenta otras realidades y tener un panorama de la vida y de la sociedad mucho más completa. Sabemos con certeza que la cultura es un gran laboratorio de ideas, permite crear conciencia y tener una voz crítica, y esto sin duda facilita los cambios personales y sociales. Y ya se sabe que, al final de la vida, uno recuerda el acierto con que tomó estas decisiones.~
Enhorabuena Humberto, me ha gustado mucho tu artículo, en concreto el último párrafo creo que condensa lo que significa “cultura” y la importancia que esta tiene en la sociedad.
Felicidades por el articulo Humberto ¡¡
Cada vez se lee menos en este pais… que pena : (
Muy bien escrito, pibe! Aunque me siento más identificado con el título que con la conclusión final.
Fernando, esa era la idea: identificar la importancia de la cultura a la que muchos desprecian, como el caso del candidato a la presidencia de México.
Ruth, creo que cada vez se lee menos en todos lados. Con VozEd esperamos poner nuestro grano de arena para solucionarlo.
Carlos, gracias por el cumplido… y sí, la cultura sigue siendo un lío, que no se sabe muy bien como pero que ayuda a las personas que siguen este camino
Gracias por leerme.
Saludos
Hola Humberto, muchas felicidades por el articulo,me parece muy interesante el analisis en relación a la cultura que nos presentas.
Solo que en mi opinion el problema del candidato a la presidencia que representa al PRI, no es cultural, ya que es egresado de la Universidad Panamericana en Derecho y del Tec de Monterrey en Administración de Empresas, ademas de que tiene la solvencia economica para viajar y adquirir cultura a traves de esta experiencia.
Mas bien, creo que el problema radica en que tiene un equipo muy malo de ascesores, que como bien mencionas, no le dijieron que se pusiera a estudiar y prepararse para ese evento.
Esta situación es la que nos precupa a muchos Mexicanos, por que nos lleva a reflexionar y a darnos cuenta que tristemente el problema no es cultural, sino que es”Una falta de compromiso social”.
Si a Mexico lo gobernaran gente comprometida socialmente,la cultura se daria de manera natural a través de la educación en nuestras ecuelas.
En fin, lo unico que me resta decir es que si nuestros politicos, no tienen “Compromiso Social”, nosotros como Mexicanos si lo podemos tener, ¿como?, leyendo las propuestas economicas de los candidatos y su curricula, para salir a votar por el mejor.Tal vez logremos un Mexico mejor
Una vez mas felicidades por el articulo
Saludos
Humberto, me gusta la forma en la que no te metes en conflictos y la crítica se vuelve reflexiva de algo que ha sido completamente destruido y además con razón.
Una vez dijo un amigo que “cultura” es lo que queda cuando ya no queda nada . Pienso en nuevas cosas, nuevas formas de pensar o aceptar al que piensa diferente, qué tal una cultura de respeto.
De manera muy personal, pienso que la educación “occidental o moderna”, eliminando las nuevas tendencias constructivistas y humanistas, dieron al traste con muchas generaciones al hacer robots repiteconceptos carentes de sensibilidad y de manifestación artística sensible, esas generaciones sólo pensaron en la cultura de la obtención de más y más; más dinero, más libros leídos, más éxitos basados en logros comerciales, más soledad,etc. Por eso la generación de una “nueva cultura” del disfrute perdido.
Todo es perfecto en el momento en el que uno decide y elije lo que quiere vivir, la personal aceptación y defensa de tus elecciones dará forma a tu cultura personal, que para mi, es la que realmente tiene un alto valor.
Wendy, sigo creyendo que el problema del candidato es cultural. ¿Cuántos licenciados hay que no saben escribir? La universidad especializa: derecho, finanzas, tecnología… pero no da cultura, esta se quedó en la educación básica y a partir de ahí, era necesario un esfuerzo paralelo al de la universidad. Tampoco tener solvencia económica da inquietud por querer viajar.
Swald, efectivamente, creo que la cultura es una elección y, evidentemente, nos vemos influenciados por la sociedad pero no deja de ser una decisión personal.
Solo nos quedan las ganas de querer entender lo que pasa a nuestro alrededor.
Gracias por leerme.