La imposibilidad del glam
Acabamos de «inventarnos la Literatura Glam», Ruy Feben.
vozed dossier 04, marzo 2016
Un rápido ejercicio de asociación: ¿en quién pensamos si hablamos de literatura hippie? Allen Ginsberg, Timothy Leary, Ken Kesey. Muy bien. ¿Punk? Anthony Burgess. ¿Y si pensamos en literatura grunge, en las letras de la Generación X? Acaso vendrán nombres como Douglas Coupland o Chuck Palahniuk. Y así, si repasamos los movimientos musicales del siglo XX, a casi todos podremos asociarles sin demasiada dificultad una contraparte literaria. Desde el jazz hasta el brit pop y el hip hop, la música, que más que un arte es como una serie de enormes lagunas en cuyo interior siempre viven cardúmenes de colores extraños, suele hacerse siempre de playas literarias.
Hay excepciones, claro. Y entre ellas, acaso la más notoria es la del glam. Antes de continuar con esta suerte de diatriba, debería yo definir el glam, pero eso es complicado […]
A pesar de que a los escritores nos parece de algún modo violenta la idea de reflexionar en torno a esto, este dossier es una aproximación variopinta al tema del glam y la pose desde la escritura, ese espacio (no tan) alienígena para los guitarrazos chillones. Raquel Castro nos entrega un cuento que, justamente, se da un chapuzón al alma humana a través de un frontman maquillado. Ira Franco explora el glam desde la memoria personal, preguntándose un poco lo que esta introducción plantea desde mucho más lejos; Edgar Adrián Mora hace lo propio, pero desde la memoria social. Magali Velasco (la cuarta escritora de este dossier que nació en la década de los setenta, y que vivió o padeció en adolescencia propia la era dorada del glam) cruza el glitter con otras visiones generacionales y con la suya propia. Finalmente, Christina Soto van der Plas cierra el dossier con una puerta abierta: si bien la literatura glam no existe, es posible ver desde el glam a la literatura, a la Gran Literatura: a Borges.
El intento original de este dossier era rastrear en todo el interminable mar de la literatura a esos autores que pudieran clasificarse como glam; inventarnos la Literatura Glam, con mayúsculas, hacer una suerte de happening como el que hicieran Marc Bolan o David Bowie. El resultado fue más bien la confrontación entre nuestro «ente literario» (digamos, nuestra alma desnuda y creadora) y esa cosa brillante que amamos odiar. Un extraño chapuzón a un océano de peces refulgentes que son fantasmas, que somos todos los que alguna vez hemos intentado escribir.~
Ruy Feben,
A dos cuadras de un expendio de licra, marzo de 2016
» vozed dossier 04, marzo 2016
Contenido:
» La imposibilidad del glam, por Ruy Feben [ » ♥♣ ]
» Rey del glam, por Raquel Castro [ » ♥♠ ]
» I was dancing when I was twelve…, por Ira Franco [ » ♦♥ ]
» Si te pide glam, dale…, por Édgar Adrián Mora [ » ♥♥ ]
» Donde viven los niños glam, por Magali Velasco [ » ♣♣ ]
» Borges, Rey del Glam, por Christina Soto van der Plas [ » ♦♣ ]