Sean empáticos y nunca digan nunca

Un texto de Andrés Torres Ramírez

 

Querida editora,

Tenía rato ya queriendo escribir esto pero me faltaba mucho valor y herramientas para redactarlo correctamente. Lo que viví hace unos meses fue producto de un deterioro mental que yo mismo dejé que pasara. Realmente aquí no hay culpables ni víctimas; solo desinformación.

Por años tomé medicamentos para conservar mi salud mental dentro de lo que muchos llaman “sano”, y sobrellevando por años los efectos secundarios de muchas pastillas que tenía que tomar sin tener idea alguna de los efectos que tenían sobre mí. Sobrepeso, debido a la desinhibición total de mi apetito, somnolencia y aletargamiento incontrolables, manos y cara con sudor en exceso, manos temblorosas y cambios de humor radicales. Alguna persona que fue muy cercana me dijo “no le eches la culpa a las medicinas”. Y realmente no busco culpables; solo quiero relatar mi experiencia y lo que viví con las medicinas y sin ellas. Ahora, estoy medicado correctamente y tomando la responsabilidad de muchos aspectos de mi vida. Muchas personas se enteraron de que desaparecí por mi foto en “Se Busca.» Con preocupación, asombro, extrañeza, curiosidad y morbo. Estas mismas reacciones me he encontrado en la gente que me he encontrado después de lo que viví. Gente que pregunta por genuina preocupación pero no sabe como acercarse, gente que pregunta por curiosidad y gente que pregunta con morbo. Todas las reacciones son válidas por que es como cada quien percibe la experiencia. También ha habido gente que me dice “Ay, nada más te estás haciendo”. Aunado a esto también han habido las reacciones de cariño genuinas, las reacciones de “cariño” que han sido para autocongratularse y sentirse bien; Todas válidas por qué el tabú es constante; en fin. Todas las aprecio y contesto a ellas según percibo la pregunta que todos eventualmente hacen.

“¿Qué te pasó?” En resumen, tuve un brote psicótico por dejar de tomar completamente por casi un año mis medicamentos, que tuvo como consecuencia muchas alucinaciones auditivas, visuales, sensoriales y olfativas.

Terminé manejando desde la Ciudad de México hasta Acapulco, a 4 horas y media de sitancia, en un estado psicótico a las 2 am y llegué a Acapulco a las 6 am. En mi brote, todo tenía sentido, pero en la realidad era una ausencia de sentido de verdad y falta de medicación correcta. Antes de salir a carretera me encontré a un policía que revisó mi auto, al cual yo le mencioné que yo era Dios e iba a mi hogar. El policía pasó por alto cualquier indicio y me dejó seguir mi camino. Llegando a Acapulco una amiga me contactó por teléfono y le dije en donde estaba; estuve esperando en una playa, alucinando terriblemente, por 5 horas. Sentía la tierra temblar, llovía y dejaba de llover repentinamente, sentía que los pájaros me hablaban y un montón de libélulas me seguían. Horas después llegaron mi hermano y un amigo cercano por mí. Me trajeron de vuelta a México y mi estado deterioraba cada vez mas. Las alucinaciones se volvieron masm uertes y discutí mucho con mi familia. Era evidente que no estaba nada bien. Eventualmente se tomó la decisión de llevarme a un hospital psiquiátrico, el Fray Bernardino al sur de la ciudad.  Entré y tuve que ser sedado para relajarme. Estuve ahí 15 días. Los primeros dos no podía ni siquiera leer y tuve bastantes alucinaciones. Una de ellas desencadenó el que me tuvieran que amarrar a la cama. Jamás había pasado por esto y el estar amarrado sin poder moverte es algo que te marca. Estuve 7 días en cuidados intensivos, los enfermeros eran muy amables y algunos otros más duros y lo entiendo, había gente con un deterioro mayor que decía cosas que no tenían sentido y los enfermeros tenían que ser más fríos. Después pasé a piso donde había mas pacientes. He de confesar que ya una vez ahí me sentía desesperado por que los otros pacientes tenían alucinaciones mas fuertes y volvía casi imposible el socializar por que sentía que si les escuchaba muchas de las cosas sin sentido, a mí me afectaba, y me hacía cuestionar mas si realmente estuve alucinando o no.  En ese momento yo también fui víctima de la falta de información y conocimiento sobre el tema ya que yo, en mi carencia de información sobre un hospital psiquiátrico, pensaba que iba a estar ahí de por vida. Y no, solo se está hasta que uno se siente mejor. Mi recuperación tomó 15 días. En esos 15 días conocí a todo tipo de personas dentro del hospital. Gente que llevaba ahí 2 meses, personas que no era la primera vez que estaban ahí, gente que había estado en el reclusorio; gente amable y gente que era mejor evitar. Estuve 15 días y agradezco con todo mi corazón todo lo que viví en esos 15 días por que me volvió una persona segura de mí mismo y confiada en que ahora tendría las herramientas para encontrar mi camino y retomar las cosas, amistades y hábitos sanos en mi vida. Comenzó el proceso de reintegración con terapia familiar, psicoterapia, medicación por parte de un un psiquiatra de confianza y mucha paciencia. El mes siguiente fue de recuperación en casa y con el apoyo de mi familia y amigos me fui recuperando. Mucha gente me ve y con extrañeza me dice “has bajado mucho de peso” y después insinúan que si me meto algún tipo de droga y no, la respuesta es que dejé de tomar las medicinas que me hacían daño, me informé bien sobre cuales son los efectos secundarios que hay que evitar en los medicamentos, el psiquiatra me explicó perfectamente todo y tengo contacto frecuente con él, asistí a terapia familiar y a psicoterapia.

Desde hace tiempo siento la necesidad de expresar esto; cuando me sentí en confianza y sentí un lazo genuino me abría a contar toda la experiencia, y las reacciones variaban. Todo desde asombro, morbo, comprensión…ellos ya habían pasado eso, y sobre todo sentía una pesadez al grado de ser un tabú.

 El ir a terapia, tomar las medicinas correctas y preocuparse por su salud mental no debería de ser mal visto. Poco a poco le fui perdiendo yo también el miedo a contarlo y lo asimilé. Compartí una publicación desde mi FB contando brevemente lo acontecido y obtuve muchas reacciones. En general veo que la gente no sabe como reaccionar por que no hemos sido informados como sociedad sobre este tema y noto cada vez mas que somos muchos los que padecemos depresión, ansiedad, bipolaridad…y demás. El no tener noción sobre la salud mental nos hace ignorantes ante el tema. A mí, a los 21 se me diagnosticó con Trastorno Límite de la Personalidad. Los especialistas concluyeron que no es 100% el cuadro, pero tiene mucha semejanza. Entré a varios grupos en FB con gente que padece el mismo trastorno y encontré una especie de hermandad y mucha gente que necesita informarse mas, estar con un psiquiatra correcto y en general conocer más. También encontré mucha empatía y participación de todos los miembros en pro de la mejoría de la gente del grupo. Y creo que esta es una lucha silenciosa; algo que lleva años pasando pero que apenas se está empezando a comprender. Una lucha por ver la salud mental y los desequilibros mentales con más empatía y comprensión. Dejar los tabúes de lado e infomarnos; ver esto como algo que pasa y ser más inclusivos; saber cómo lidiar desde el lado del paciente, familiar y amistad. Al exponer el tema en FB me escribieron bastantes personas que están pasando o pasaron por algo semejante y me di cuenta que hay mas gente cercana de la que pensaba pasando por esta lucha silenciosa. Me ha tocado que la gente se aleja, las amistades mas cercanas se distancian, otros se acercan, la familia se solidariza y ahora entiendo mejor todo. Cada quien lo entiende según lo percibe y es válido. Estamos aprendiendo todos.

Mientras tanto me ha costado bastantes meses y otra recaída (un intento de suicidio) el ponerme nuevamente de pie. El encontrar los medicamentos adecuados ha sido prueba y error. Actualmente lo que me ha sacado adelante es la solidaridad de mi familia y algunas amistades, el realizar y enfocarme en hábitos positivos, hacer ejercicio, comer sano y procurar dormir temprano. Evitar las adicciones de todo tipo. Meditar y practicar reiki. Enfocarme en la música que ha sido un refugio imperativo y constante en mi vida. El retomar todo esto ha sido un proceso difícil, doloroso, tardado pero me siento agradecido por él ya que me ha enseñado que puedo salir adelante. Enfocándome en el presente y viviendo día a día. Paso a paso.

Como sociedad les digo: Aprendan, infórmense, pero no se vuelvan parte del tabú y a su vez un número mas de estadística que sataniza y no tiene ni idea de lo que es la salud mental o el deterioro mental.

Sean empáticos y nunca digan nunca.

Yo jamás pensé que viviría esto y lo agradezco y espero que este texto genere conciencia en quien la tenga que generar, para mejorar, aprender y abrir mas el panorama de la salud mental.

Que la vida les sonría a todos.

Gracias, E.~