Con el corazón en un puño se festeja más
Por Andrés Margolles
La Aldea Cultural de Katara se construyó con la idea de establecer un espacio para las creaciones artísticas de Doha. Lo que más llama la atención es el gigantesco Anfiteatro al estilo de los del imperio romano, desde sus gradas no solo se divisa el escenario, sino toda la costa del Golfo Pérsico hasta la playa de Katara.
Esta noche enfrentamos a Australia por los Octavos de Final del Mundial. Australia, un regalo del destino, como en el camino al Mundial de 1994 cuando Colombia nos goleó en Buenos Aires, Paraguay nos perdonó la vida, y Maradona vino al rescate. Aquella vez no nos sobró nada, un centro de Batistuta terminó en gol y estuvimos con el corazón en un puño hasta el final. Aquel día Graham Arnold, el DT de Australia, era su centrodelantero.
La previa la juegan Holanda y Estados Unidos. Muy rápido aparece Memphis Depay para mandar a la red un desborde de Dumfries, y antes de que termine el primer tiempo Dumfries desborda de nuevo y esta vez su centro lo manda a la red el siempre presente Daley Blind. El buen juego de Estados Unidos tiene su premio en un centro de Pulisic que toca Haji Wright y se mete en el ángulo opuesto de Noppert, un golazo si lo hubiese hecho a propósito. Pero era el día de Denzel Dumfries, no contento con salvar un gol sobre la línea, volvió a desprenderse para llegar solo en el segundo palo y rematar al gol un gran centro del otro carrilero: Blind. Holanda 3, Estados Unidos 1. Otra buena actuación de Holanda que, además de Cody Gakpo, ha sumado más actores a la compañía. El equipo de Van Gaal, como siempre, será un durísimo rival en Cuartos de Final.
Los aledaños del estadio Ahmad bin Ali están repletos de argentinos varias horas antes de que empiece el partido. El Mall of Qatar, justo enfrente del estadio, la última construcción antes del comienzo del desierto qatarí, es un continuo desfile de camisetas de la Argentina. Hoy somos locales otra vez. La gente ya sabe que no juega el Fideo Di María, que está muy tocado, lo reemplaza el Papu Gómez, que tan buenas sensaciones dejó en el debut, y tan perjudicado se vio por el resultado final.
Argentina empieza a ritmo de tango, como si tuviese toda una vida para llegar al gol. Como si tuviese toda una vida para que Messi acelere. No pasa nada, la pelota circula de lado a lado del campo y se extraña a Di María para que intente algo distinto. Julián Álvarez le quiere poner velocidad, pero no puede, los canguros están todos esperando en su campo.
Es tanta la parsimonia que Australia se decide a avanzar, ya que Argentina apenas lo presiona, y consiguen forzar el primer córner, el primer córner del partido es para Australia. Los canguros se animan a pesar de sus limitaciones. Jackson Irvine fuerza el segundo córner. Ahora cabecea Harry Souttar, el gigante, es hora de despertar.
El despertador lo tiene el diez, primero saca esa garra que tenía el otro diez, el de arriba, para perseguirlo al mejor jugador australiano, el lateral izquierdo Behich, se la roba, lo saca de quicio, y lo lleva a cometerle una torpe falta al Papu Gómez. Es un buen tiro libre para meterla al área. La despejan, pero le vuelve a caer a la zurda prodigiosa, y Lionel la mete al medio, y la va a buscar al área donde la juega por abajo Alexis Mac Allister, la toca Otamendi, y le llega al mejor jugador del mundo. Entonces el tiempo se detiene, entonces parece que tiene tiempo para todo, para controlar, para ponerla abajo, imposible para el arquero Ryan, porque para él el tiempo corre como para los demás. Es gol. Es el 1 a 0. Ya es uno de los goleadores del campeonato.
Termina el primer tiempo. Llegamos una vez, hicimos un gol. Pero estamos jugando con la seguridad de que la pelota se encontrará con él. El Cuti Romero y Otamendi no han perdido ni una sola vez, y en el medio tenemos suficiente juego como para que los australianos se cansen de correr atrás de la pelota. Empieza el segundo, esperemos haber aprendido la lección de Arabia.
Entra Lisandro Martínez para jugar con tres centrales, aunque sea Australia, y lo cierto es que el equipo se afianza, sale bien desde atrás, se proyecta De Paul y a Messi le traban el remate. Un pase corto de Otamendi al Dibu nos da un susto, nos atacamos nosotros solos. Ahora el que presiona la salida es Rodrigo De Paul, con toda esa fe, con toda esa garra que no puede faltar nunca en la cancha, aunque esté mal con la pelota, aunque ya no dialogue como antes. El arquero Ryan quiere gambetear tanta enjundia pero se le va larga, y Julián Álvarez, que los ha corrido a todos desde el principio, también corre ésta, se la roba, media vuelta, arco vacío, y gol argentino. 2 a 0. Parece que la historia se va terminando.
Ahora Messi se pone a gambetear. Y sigue gambeteando, y gambetea, y gambetea, llega hasta el área chica, y el último canguro se la tira al córner. A un centro hermoso del Toro Acuña no llega por poco Julián, la Argentina tiene a Australia a su merced. Se va Julián ovacionado para que entre Lautaro, a ver si le entra una, que lo necesitamos. Acuña le deja su lugar a Tagliafico, otro gran partido del Toro en el lateral izquierdo. La primera que pelea Lautaro la define cruzado afuera Tagliafico.
Faltando quince minutos, aceleró Behich, despejó Otamendi, la pegó Craig Goodwin, pegó en Enzo y fue a parar a la red. Descuento inesperado. 2 a 1. No estaba en los planes sufrir. Aziz Behich sigue siendo la única opción ofensiva de Australia, arranca por el lateral izquierdo, se va de todos, y cuando va a meter el gol de su vida, lo cruza Lisandro Martínez, justo a tiempo. Después Hrustic la manda cerca del ángulo del Dibu. Qué manera de sufrir.
Argentina responde, pero Lautaro le pega mal. De Paul se empieza a comer la cancha. Palacios recupera, se la da a Messi, ahí empieza la fiesta, los gambetea a todos y se lo sirve a Lautaro, y Lautaro la tira a las nubes. Messi ha decidido que tenemos que hacer el tercero, maneja los tiempos, mete un taco delicioso, lo asiste a Lautaro, pero esta vez se la saca Ryan. Es un toqueteo en el área australiana, desborda De Paul y Lautaro no llega.
Queda tiempo para una última jugada. Va el gigante australiano a cabecear la última pelota que vuela sobre el área. No la toca, pero se lleva con él a la defensa y la pelota la controla el chico Garang Kuol, está solo, se da media vuelta y apunta. Llega enorme achicando y tapando con su brazo izquierdo abierto el Dibu Martínez. La tapa y la abraza. Y lo abrazan todos. Abrácelo también. Abrace a Emiliano Martínez. El Dibu ha sellado la victoria.
El polaco pita el final. Argentina 2, Australia 1. Hay que saber sufrir en un Mundial, aunque sea contra Australia. Debimos liquidarlo antes, a Lautaro la pelota no le quiere entrar, justo ahora, justo en el Mundial. Ahora sí, camisetas al aire, de la hinchada, de los jugadores que se acercan a festejar, de la mano de Messi. La verdad es que así se celebra más, con el corazón en un puño se festeja más.
Hay ganas de cantar, de seguir celebrando, los jugadores no se van, la gente menos, entonces se canta “Muchachos”, y lo canta la hinchada, y lo cantan los jugadores en el campo, y saltan como un hincha más. No habremos sido contundentes, no habremos dejado una imagen mejor que la de Holanda, pero el equipo está más fuerte que nunca, son más amigos que nunca.
Andrés Margolles
Al Rayyan, Qatar, 03-12-2022
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