La danza de la muerte
Por Ana Martínez Castillo
EL TERCER NÚMERO de Fémina Incógnita parece haber salido de abismos recónditos y terribles, donde la realidad asoma con su crudeza mimetizada en sombras y luces frías; donde hay visiones sobre el futuro que suenan a premonición, a sutil adivinanza.
Esta vez colaboran autoras de distintas latitudes, tanto geográficas como generacionales y escriturales, cuyo resultado es un potente coctel de propuestas y dimensiones en torno a las variaciones de la imaginación fantástica y la ciencia ficción, incluyendo ahora el noir.
Ana Martínez Castillo (Albacete, España) abre el Dossier con una reverencia macabra y un guiño a la voracidad cazadora de un majestuoso personaje en “La danza de la muerte”; Mariana Orantes (CDMX, México) retoma y juega con uno de los cuentos legendarios de los Hermanos Grimm e invoca a “Dos ojitos” para exponer, en una atmósfera opresiva que recuerda al delirio onírico y la alucinación, la figura del monstruo oculta en la condición humana; Andrea Ciria (CDMX, México) incide un poco más en lo invisible, el misterio y lo ominoso, y a través de “Parpadeo” ofrece el punto intermedio entre seres humanos y seres de naturaleza desconocida; Norma Yamille Cuéllar (Monterrey, México) nos lleva por los caminos del humor negro, los avatares de una reportera y la extrañeza en torno a un crimen indescifrable en “Sabina, por favor”, el primer capítulo de su novela corta Historias del séptimo sello; Mónica Marchesky (Salto, Uruguay) se adelanta a cualquier capítulo de Black Mirror y muestra los alcances de la deshumanización a causa del uso de la tecnología y la realidad virtual en “La tía Eulalia”; Mariana Moreira (Uruguay) profundiza en este cuento y en nuestro coqueteo con la transmodernidad y la reconfiguración de la identidad humana en “La representación de la alienación social actual a través de la ciencia ficción en ‘La tía Eulalia’ de Mónica Marchesky”; Mariela Castañeda (Puebla, México) cierra con un trozo del futuro y nos deja entre escombros post-apocalípticos, preguntándonos si seremos capaces.~
Iliana Vargas, editora de Fémina Incógnita.
Fēmina ominosa y de terror liminal »
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