Puente
Un cuento de Iliana Vargas
Dossier (abril-mayo 2017) #literaturaPulp
El papel grueso y amarillento, aquella encuadernación que amenazaba con ceder expulsando las hojas si se le forzaba de más, las tapas blandas con ilustraciones y su diversidad de géneros. El Pulp, su sensación al tacto, sus historias, pervive en nuestra imaginación. Aquella estética de antaño que encierra la musicalidad del charleston y el swing nunca nos ha dejado. Nieto de los Penny Dreadful victorianos e hijo de los Dime Novels, el género le hacía honor a su linaje de “literatura barata”. Aquellos folletines alejados de las grandes editoriales y que incluían en sus páginas géneros tan diversos como la Ciencia Ficción, el Western, el Horror, el Thriller o el romance (todo aderezado con una buena dosis de violencia y erotismo) eran uno de los entretenimientos favoritos de las masas. Historias emocionantes, hechas para el goce del lector sin ninguna pretensión de intelectualidad. Server Lee calcula que en la cumbre de su popularidad en las décadas de 1920 y 1930, las revistas Pulp vendían hasta un millón de copias por edición en Estados Unidos.
Las décadas de popularidad del Pulp, que no terminaron hasta bien entrados los 50, hablan de una época convulsa en la que la gran crisis del 29, la era de la prohibición, la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la guerra fría, además de otros conflictos bélicos, crearon una época convulsa para el pueblo. Las revistas Pulp estaban al alcance de una población empobrecida, ofreciendo un escape al duro día de día de la nación. En esta era, el antihéroe surge con fuerza: desesperanzado y cínico, dispuesto a sobrevivir como sea en un mundo hostil pero redimiéndose al final; sus métodos pueden ser cuestionables mas sus intenciones son buenas. El western representa la mejor metáfora de las urbes salvajes donde la supervivencia es el único modo de vida disponible. La Ciencia Ficción nos lleva a otros planetas con civilizaciones diferentes de la nuestra, o quizás no tanto.
El pulp demuestra que la literatura barata no es forzosamente mala, autores que ahora son considerados clásicos publicaron en revistas Pulp. Charles Bukowski, Isaac Asimov, Robert Bloch, Ray Bradbury, William S. Burroughs, Arthur C. Clarke, Philip K. Dick, Dashiell Hammett, Robert A. Heinlein, Frank Herbert y H. P. Lovecraft son tan solo algunos de ellos. Muchas obras “menores” de ese entonces han reclamado su merecido lugar como Literatura, así, con mayúscula. Ejemplos de ello son Tarzán, Una Princesa de Marte o El Halcón Maltés son parte de ellas.
En este ejercicio de homenaje al Pulp, los autores toman los mejores aspectos del género: la estética de su época del oro en conjunto con la libertad para jugar con los múltiples géneros posibles. Los resultados son tan diversos como las plumas que los crean, como el Pulp de antaño. Esperamos que los lectores disfruten de estos placeres “Pulp-osos”.
Edna Montes, editora del dossier Dossier 05. Placeres Pulp-osos
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