La Gran Willy que lo parió | día 08
Gorki era el nombre que tenía Nizhni Nóvgorod en la época soviética. Se lo pusieron por ser la ciudad donde nació el escritor símbolo de la revolución rusa: Maksim Gorki. Desde entonces, la ciudad ha vivido una gran transformación. La mejor muestra es el interminable teleférico que cruza el río Volga, y desde donde se tiene una preciosa vista del nuevo Estadio de Nizhni Nóvgorod.
Si los colores del Estadio del Spartak parecían haber sido elegidos para que juegue Croacia, los de este coloso que tiene hoy capacidad para 55.000 espectadores parecen haber sido diseñados para que aquí juegue la Selección Argentina: celeste y blanco.
A primera hora juegan los daneses, que no pueden pasar del empate contra Australia. Abrió la cuenta Christian Eriksen con un zurdazo, pero empató Mile Jedinak con un penal de VAR para los canguros. El 1 a 1 parece un resultado suficiente para que Dinamarca, con otro puntito frente a Francia, vuelva a estar en los Octavos de Final de la Copa del Mundo.
Llegamos con antelación al estadio porque los nervios nos carcomen. No solo Argentina se la juega esta tarde. Perú tiene que buscar la victoria frente a Francia para no quedar eliminado. Los peruanos han atravesado media Rusia para llenar el campo de Ekaterimburgo. Pero en el césped el que manda es Francia, que llega con Griezmann, con Pogba, con Varane. Perú le quita un rato la pelota, y Cueva desequilibra para que Paolo Guerrero se plante solo frente a Lloris. Gana el arquero francés, y gana Francia. Porque Paul Pogba se viste de crack, habilita a Giroud, y su tiro trabado lo empuja al gol el jugador francés más joven de la historia: Kylian Mbappé.
Ni el increíble tres dedos de Aquino que da en la cruceta, ni las ganas de la banda teñida Advíncula-Carrillo podrán ya cambiar la historia, que va languideciendo con el paso de los minutos. La victoria por 1 a 0 de Francia deja eliminado a Perú 36 años después de su última participación en la Copa del Mundo. Nos han dejado un equipo alegre y atrevido, y los hinchas más fieles de este Mundial.
Los argentinos van llenando el estadio al canto de “vinimos todos juntos a Rusia a alentar a Argentina…”. Ya saben que juega Enzo Pérez, que hace un mes no estaba ni en la lista de los 23 para el Mundial. Que vamos a jugar un 3-5-2 o algo parecido, con la fuerza de Mercado en el fondo, y sin el fideo Di María, ni Cristian Pavón. No queremos ni pensar en el talento de Luka Modric o Iván Rakitic.
Tengo un nudo en la garganta, el ambiente recuerda a la goleada de Alemania en Sudáfrica. Me consuelo pensando que Croacia no se juega la clasificación, que están sus dos mediocentros amonestados. De la tribuna baja el “de la mano, de Leo Messi…”. Son todos argentinos, Croacia no ha traído ni el cañón de Zagreb.
Al final jugamos con un 4-4-2 con Acuña de lateral izquierdo, Meza de nada, y Mercado sin saber muy bien si es central o lateral. Así, un despeje del arquero croata lo deja a Perisic mano a mano con Caballero, y Willy hace su única atajada del Mundial.
El partido se juega con los dientes apretados y los tapones de punta. Mandzukic lo pisa a Otamendi, Tagliafico a Mandzukic, al final de la batalla campal el uzbeko decide amonestar a Rebic después de una plancha de expulsión. Marcos Acuña es nuestro alumno aventajado en este terreno, guapea siempre, llega al fondo, mete un centro en el travesaño. Va de nuevo, y provoca un despeje que le queda servido a Enzo Pérez para el gol. La tira afuera. La única que tocó Messi la puso para la carrera del Toto Salvio y su centro de la muerte encontró al pibe Meza, no al Kun Agüero.
Croacia es un poco más coherente con la pelota, y encuentra muchas veces solo por la derecha a Vrsaljko. En la primera se le queda corto el centro atrás, en la segunda Mandzukic, en su especialidad, el cabezazo, falla solo frente al arquero argentino. Pero el más peligroso del ataque croata es Willy Caballero, le deja un pase corto en el área a Tagliafico que no se convierte en gol porque le hacen foul al tres argentino. La última la tiene el malo de Rebic, pero se le queda atrás. Algo hay que hacer en el segundo tiempo.
Pero Sampaoli no cambia nada, y Mercado tiene que volver a cerrar a la desesperada. Para Wilfredo Caballero. Willy, en lugar de despejar, intenta un sombrero ante la presión de Ante Rebic. Pero la pelota le queda para la derecha al joven croata, y ante la mirada impávida del arquero argentino, le da de media vuelta y a la red. Una cosa es no jugar a nada y otra cosa es jugar para los rivales. Caballero entrega un gol cuando a la Argentina no le sobraba nada.
Levantar esta loza parece difícil. Más si Sampaoli encuentra uno que juega bien, el Kun Agüero, y lo quita. Acuña vuelve a llegar por la izquierda y genera una situación para que el ingresado Higuaín se la sirva a Maxi Meza. Nada. Gana Subasic. Argentina es un desbarajuste, llega Vrsaljko, llega Mandzukic. Entran Dybala y Pavón, y apenas la tocan.
El mediocampo es croata. Rakitic, Modric, y Brozovic se están dando un festín con Mascherano y Enzo Pérez. Luka Modric aprovecha que no tenemos arquero para sacar un disparo esquinado desde afuera del área y meter el segundo gol croata. La tribuna enmudece definitivamente. El último arranque de Messi termina en los pies de Meza. Nada.
La impotencia la sintetiza Nico Otamendi, intenta sacarle la cabeza a Rakitic de un pelotazo. Iván Rakitic responde. Primero con un tiro libre majestuoso que pega en la cruceta. Después, con un remate para comprobar si Willy tiene manos, y para empujar al gol el pasecito que le da Kovacic tras el rechace. Es el 3 a 0 lapidario. La tribuna se levanta puteando a Sampaoli. Huele a eliminación. A que se acabó el Mundial para la Argentina.
Con lágrimas en los ojos hacemos cuentas. Si mañana gana Islandia, estamos virtualmente eliminados. Si empata, dependemos de que Croacia no entregue su partido contra los islandeses. Si gana Nigeria, todavía dependeríamos de nosotros mismos. Ese es el problema. Al menos, Sampaoli, ¡cambianos el arquero!
Andrés Margolles. Nizhni Nóvgorod, 21-06-2018
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