80P1VM/56: Pingüinos steampunk

#post_80P1VM/56 de 80 en 1 vuelta al mundo, de Humberto Bedolla

 

LLEGAMOS A OAMARU buscando ver pingüinos (hay una playa en esta ciudad de la que no se mueven y es realmente muy fácil verlos) pero nos quedamos con una pequeña ciudad rara. Rarísima. Oamaru tiene una calle que mantiene los mejores edificios victorianos del país y tiene alma steampunk. Sí, esa corriente -inicialmente en la literatura- en la que la gente va vestida como en la época victoriana pero que se sitúa en un mundo parecido al de MadMax. Todo una excentricidad para una ciudad de provincias.

Y realmente lo llevan en la sangre. Hay un museo que recuerda el steampunk, pero la gente se viste sin necesidad de excusas de forma steampunk. No dark, no hippie, no hipster, no snob,… sino steampunk.

El día era soleado. Entramos a varias galerías, comimos en el malecón, buscamos los pingüinos. Lo que no nos gustó fue que, para ver la famosa colonia de pingüinos azules (los más pequeños de todos los pingüinos que existen) hay que pagar. La colonia ha sido transformada en una reserva… Así que no los vimos. Decidimos buscar pingüinos pero sin pagar, sin ir a zoológicos o centros especializados, sino en su hábitat, en playas o lugares remotos donde están en estado salvaje. Y al parecer la costa sur-este de la isla sur de Nueva Zelanda es posible. En la propia ciudad de Oamaru hay una playa un poco más apartada del centro en el que hay, se supone, una colonia de pingüinos de franja amarilla (La tienen ubicada en los ojos, como si fuera una banda de bandido).

No los vimos, nada de pingüinos, pero una foca nos saludó a lo lejos. Y con eso, de momento, nos bastó. Recordamos que Oamaru es el punto en la costa desde la cual comienza la vida salvaje de Nueva Zelanda, y por ahí nos fuimos.~