Ni caos, ni destrucción: por qué el anarquismo no es lo que piensas que es
Ni caos, ni destrucción: por qué el anarquismo no es lo que piensas que es. Un texto de Bitty Navarro — ;ene
MUCHOS ANARQUISTAS —INDEPENDIENTEMENTE a la rama del anarquismo con la que nos identifiquemos— tomamos como una de nuestras tarea principales en relación al anarquismo el sacarlo de ser blanco de medios, políticos y/o grupos de interés que ven por su economía personal y por ello desinforman a la gente sobre el anarquismo. Esto, desdichadamente, significa que también es nuestra tarea combatir la ignorancia profunda sobre el tema que se ha asentado en el público general.
La palabra anarquía es milenaria. Tie
ne sus orígenes en el Griego antiguo, en la palabra ἀναρχία (anarchia), una combinación de las palabras ἀν (an) y ἀρχή (arkhê), que significan respectivamente «sin, ausencia» y «autoridad, gobierno, dirigente». Esto significa que desde la época de los Antiguos Griegos hasta 1840, cuando el libertario Pierre-Joseph Proudhon [1] incorporó el término —en busca de provocar y subvertir— en su tratado ¿Qué es la propiedad? o una investigación acerca del principio de derecho y del gobierno para hablar de una nueva filosofía política emergente, conocida en esa época como filosofía libertariana [2]: el anarquismo. Proudhon y Mikhael Bakunin y Max Stirner son, sin duda alguna, los padres del anarquismo. El primero proponía un anarquismo mutualista, el segundo un anarquismo colectivista y el tercero un anarquismo egoísta [3]. Es importarte resaltar que ni el mutualismo, ni el colectivismo son lo mismo que el comunismo o que el socialismo.
Y a todo esto, ¿qué no es el anarquismo? Empecemos por uno de los mitos, difamaciones, más sonados: los temibles «anarquistas encapuchados». Muchas veces escuchamos, tras alguna protesta social, a los medios masivos llamar a grupos de personas vestidas de negro en protestas «anarquistas encapuchados», continuando así una larga historia de permitir que intereses privados combinados con ignorancia los lleven a desinformar y difamar. Aclaremos primero quiénes son estos «anarquistas encapuchados» que salen a menudo a protestar, en todas partes del mundo, vestidos de negro, y algunos, cubriéndose la cara con mascadas negras. Son personas practicando un método de protesta conocido como Black Bloc.
Este método nació en 1977 en Alemania del Este cuando el gobierno lanzó una movilización policial contra activistas anti-nucleares y «okupas», como se les conoce en jerga española, o «paracaidistas» en jerga mexicana. Los okupas estaban compuestos principalmente de disidentes políticos que habían tomado espacios descuidados y derruidos para crear instituciones sociales independientes basadas en la convivencia comunitaria. La mayoría eran pacifistas, pero tras un ataque violento de la policía a 5,000 protestantes utilizando el método Black Bloc en 1980 (en el mismo país), muchos cambiaron de postura y estuvieron cada vez más dispuestos a confrontarse de forma violenta con la policía. El usar ropa negra y mascadas sobre el rostro era y sigue siendo una táctica de evasión que sirve para no ser identificado por las autoridades; finalmente, es un método de propuesta que puede asociarse o no con el anarquismo.
Hago énfasis en que Black Bloc es un método de protesta que puede ser tomado por cualquier ideología, y un método de protesta que hoy en día, desdichadamente también es utilizado —o usurpado de la mano de la gente— por bufones contratados por grupos de interés buscando crear inestabilidad y hostilidad durante protestas pacíficas. Black Bloc, no obstante, no es anarquismo y vestirte de negro, cubrirte la cara con una mascada negra y salir a la calle a romper vidrios de negocios o a provocar a la policía no convierte a un individuo en un anarquista, sino simplemente en alguien que está utilizando, bien o mal, las tácticas de un método de protesta que en sus tres décadas de existencia ha sido esencial para lograr cambios sociales de importancia aún inconmesurable (piensen, por ejemplo, en la primavera Árabe, donde se utilizó con frecuencia los métodos del Black Bloc).
Bien, otra noción que la concepción popular de anarquía tiene ligada al anarquismo y a la falsa idea de que la teoría política anarquista busca crear caos y desorden es el movimiento estético musical y plástico conocido como anarcopunk. El anarcopunk tiene su origen a finales de la década de los 70 en el Reino Unido y es una expresión artística que surge del punk-rock de los Sex Pistols, específicamente de una canción aún muy popular, en la que hacen uso de temáticas anarquistas: Anarchy in the UK. La estética de las bandas originales de los 70 y 80 es, indudablemente, la estética que una gran mayoría de la sociedad sigue asociando con el anarquismo. Y aunque el anarcopunk jugó un papel importante en germinar algunas revoluciones sociales y en mover a la juventud hacia cuestionarse y cuestionar a sus instituciones, es difícil saber si el anarcopunk benefició al anarquismo o si lo dañó, pues algunos artistas transmitieron en las letras de sus canciones ideas muy cliché, vagas y en ocasiones hasta desatinadas del anarquismo en cuanto a escuela de pensamiento política.
Ahora bien, ¿qué sí es el anarquismo? El anarquismo no es una mónada, no es una sola propuesta, hay muchas corrientes anarquistas; ya hemos mencionado el anarcocolectivismo, el anarcomutualismo, el anarcoegísmo y el anarcoindividualismo. Entre otras de las más notables encontramos al anarcosindicialismo, quizá una de las ramas que mejor ha logrado llevar a la práctica al anarquismo [4], y al anarcocomunismo. Si se lee sobre cada una de ellas, se notará que hay diferencias radicales entre todas; pero también hay algunas constantes que comparten todas las ramas del anarquismo. Daniel Guérin, notable exponente del anarcocomunismo y también compilador de la historia de la anarquía y quizá el autor más objetivo al hablar de dicha historia, en su libro introductorio al anarquismo, Anarquism: From Theory To Practice [5], nos dice lo siguiente:
Anarchism can be described first and foremost as a visceral revolt. The anarchist is above all a man in revolt. He rejects society as a whole along with its guardians. […]
The anarchist regards the State as the most deadly of the pre-conceptions which have blinded men through the ages. […]
The anarchist denounces the deception of bourgeois democracy even more bitterly than does the authoritarian socialist. The bourgeois democratic State, christened «the nation», does not seem to Stirner any less to be feared than the old absolutist State. […]
The anarchists were unanimous in subjecting authoritarian socialism to a barrage of severe criticism.
The anarchist sets two sources of revolutionary energy against the constraints and hierarchies of authoritarian socialism: the individual and the spontaneity of the masses. Some anarchists are more individualistic than social, some more social than individualistic.
Aquí encontramos cinco preceptos que unen a las diferentes escuelas del anarquismo:
- Una revuelta visceral que rechaza a la sociedad y a sus guardianes.
- El Estado como la preconcepción social más peligrosa y mortal.
- La democracia y el estado democrático como un engaño burgués más.
- Un rechazo al socialismo autoritario en base a que es tan sólo «otro extremo de la moneda», un estado represor que oprime a las masas igual o peor que el estado democrático autoritario.
- Las dos fuentes más valiosas de energía revolucionaria son el individuo mismo y la espontaneidad de organización de las masas.
Con lo anterior, y debido a que el tema es tan amplio que se podrían escribir libros enteros para aclarar las malas concepciones del anarquismo, concluyo con dos líneas: qué no es el anarquismo como teoría política y qué, a grandes rasgos, sí es el anarquismo como teoría política.
El anarquismo como teoría política no es una búsqueda de caos o desorden, no es una búsqueda de violencia por la violencia misma, no es un método de protesta y no es una estética. El anarquismo en capacidad de teoría política tiene muchas ramas y vetas diferentes, unidas por algunos preceptos fundamentales: la revuelta y el rechazo a las preconcepciones sociales y a los guardianes de estas mismas; tomar al Estado como la preconcepción social más peligrosa para el individuo y/o para las masas; ver más allá del engaño democrático y saber que la democracia es otra forma de mantener en poder a quienes buscan aplastar el desarrollo del individuo como individuo y el bienestar de la mayoría; ver más allá del engaño del socialismo autoritario y denunciarlo como una manifestación más de estados totalitarios que buscan oprimir a la gente y no liberarla y, finalmente, buscar en el individuo y en la capacidad de organización espontánea de las gente la energía necesaria para luchar contra los males del Estado, de los guardianes de la moral y de otros grupos de poder y jerarquías que, por milenios, han mantenido en estado de servidumbre al hombre y le han coartado libertades al grado de no permitirle ser un individuo.
Hoy más que nunca, ante lo que parece ser la inminente caída del socialismo autoritario y la más lenta, pero cada vez más acelerada caída de los estados democráticos de bienestar, leemos a muchos decir: ¿pero qué otra opción de organización social tenemos? La respuesta es sencilla y se encuentra si uno logra ver más allá de las mentiras y difamaciones y busca donde nadie se atreve a buscar. Nuestra respuesta está en los anarquismos, en una teoría política de poder subversivo incomparable, imperfecta como toda teoría, pero que traerá, a la larga, una liberación mucho más total y auténtica del individuo y de las masas.~
Referencias:
[1] He utilizado hipervínculos a Wikipedia en inglés y no en español ya que en lo que concierne a temáticas anarquistas, la primera tiene mejor información y más objetividad. No obstante, en la barra lateral izquierda pueden cambiar el idioma al español en caso de que no gusten leer en inglés. — ;ene
[2] Lo que se conocía como libertarianismo en el S. XIX no se acerca a lo que ahora, en E.E. U.U. ha surgido como un movimiento político de ideales difusos que tomó el nombre, a pesar de que sus preceptos parece más bien ir alineados con el minarquismo.
[3] Max Stirner se considera no solo padre de la anarquía y exponente del anarquismo egoísta —del cual se derivó la escuela anarquista a la que se adscribe esta escritora, el anarcoindividualismo— sino también una figura casi profética que anticipó el nihilismo, el psicoanálisis y muchas de las teorías que dieron pie al (o formaron parte del) giro posmoderno.
[4] Esto durante la organización de sociedades económicas autónomas e igualitarias poco antes y durante la Guerra Civil Española.
[5] Desdichadamente, el libro de Guèrin, hasta donde sé, no ha sido traducido aún al español.
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