¡¿Que suenas con qué?!
«Desde que inventaron los sueños nos jodieron la vida. No tengo claro si fueron los dioses, cuales quiera que sean, o fue el propio hombre, pero estamos jodidos.»
Un texto de Adrián L. Alexander /fotografía de Jose Granizo
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
—Pedro Calderón de la Barca, “La vida es sueño“
DESDE QUE INVENTARON los sueños nos jodieron la vida. No tengo claro si fueron los dioses, cuales quiera que sean, o fue el propio hombre, pero estamos jodidos.
Cuando eres niño comienzas soñando cosas raras, a lo mejor que puedes volar. O que te puedes ahogar. Unos sueñan con que se quedan encerrados, otros con que viven solos en un planeta rojo, o con monstruos. Luego llegan los sueños húmedos, que todos hemos tenido y muchos nunca hemos dejado. Soñamos con la actriz famosa de turno, con la supermodelo o con la vecina. Y luego nos da por dales significados. Si sueñas con tu casa es que es tu cuerpo. Si sueñas que alguien muere es que ese alguien se casa, y si se casa es que se muere. Si sueñas con sangre es que… no recuerdo, y así hasta inventar la pseudo ciencia del análisis de los sueños. La gente paga porque se los interpreten.
Y seguimos dando una vuelta de tuerca. Queremos hacerlos realidad, o por lo menos mostrarlos al mundo. ¡¿Los sueños, hacerlos realidad?! Sacarlos de donde nunca tenían que salir para que el mundo entero los contemple. Hay muchos, muchísimos, que nos muestran sus sueños: que si Tim Burton nos presentan su Pesadilla antes de Navidad, que si los Wachowski los sueños controlados en Matrix, el mundo de sueños de Disney… Están los escritores, los dramaturgos, los pintores,… Dalí los usaba para inspirarse: dormitaba con una cuchara de metal en la mano y un plato en el suelo. Cuando se dormía soltaba la cuchara, claro está, está caía al plato haciendo ruido y así se despertaba, entonces se levantaba y daba rienda suelta a sus creatividad utilizando lo que había soñado. Y luego está el resto de la humanidad que decimos «alcanza tu sueño, búscalo». Y es que sueño y ensueño se mezclan de tal forma hasta ser lo mismo. ¡¿Los sueños, hacerlos realidad?!, qué ideas.
Seguro que has soñado con tener una pareja más guapa de la que tienes, aunque la actual sea espectacular. O has soñado con unas vacaciones en una playa paradisíaca, o con una casa con chimenea, o con una Harley… No importa lo que desees, algo deseas. Y normalmente acaba frustrándote. Yo he soñado con ser vago profesional, que alguien me pagué por vagar, por irme de fiesta, por conocer chicas guapas, enamorarlas y reírme con los amigos, y está claro que vivo frustrado por no conseguir que alguien me pague por ello. Completamente jodido.
Desde que escribo y me relaciono con otros con los mismos gustos raros, encuentro que muchos desean ser escritores. Eso no significa escribir, sino vivir de su escritura. Algunos lo llevan con filosofía, otros viven como alma en pena, desvelándose de noche para sacar los demonios que los obligan a escupir palabras, mal viviendo de trabajos que no le gustan y visitando los –amados y odiados por igual– centros editoriales. Y sueñan con que los publiquen. Otros con que los lean. Otros con que le guste a la crítica. Otros…
Supongo que es imposible no soñar. De hecho es motivo de superación, pensaran algunos. «Si no sueñas no hay nada porque vivir, por que luchar», dicen. «Sería muy triste no soñar». Y hasta resulta que sí, que hay estudios de esos sesudos (últimamente me he enterado de varios de ellos, sí) que dicen que si tienes un objetivo y luchas por alcanzarlo sueles ser más feliz. ¡Y más!, encuentran la fórmula para conseguirlos: fíjate objetivos, visualízalo, se constante, no decaigas, vuelve a intentarlo y, tarde o temprano, lo conseguirás. Qué bonito, pero ¿y si lo que quiero es la autodestrucción a conciencia? No el suicidio, que no lo juzgo, pero ese se lo dejo a los que tiene huevos, sino esa decadencia que produce la vida alegre: Beber, vivir con piojos, unos porros, drogas, rock y una amiga. Vivir de noche, conocer vampiros, cabrones, putas; verles a todos el oculto señor Hyde. Pues también se puede conseguir, si lo buscas con empeño, dicen. Si estás convencido de ello. (¡Ah, sí, ahora recuerdo que cuando reflexioné más en profundidad sobre esto, me di cuenta que no los tenía bien puestos [los huevos, sí] para desearlo con todas mis ganas!) Pero sí, tú puedes ser como Juana de Arco, que luchó contra los invasores de Francia obedeciendo sus sueños que le ordenaron guerrear. No sabemos si fueron sueños fisiológicos o ensueños de grandeza, pero lo consiguió. Igual tú, lo puedes conseguir, sea lo que sea.
Hay grandes soñadores que nos ponen como ejemplo de éxito. Sueña, búscalo, trabaja. ¡El sueño americano!, todo es posible. Y si no lo logras eres un perdedor. Pues que hijos de puta los dioses que nos dieron capacidad de soñar. Quiero creer que fueron ellos ―o él, a estas alturas ya estoy bastante encabronado con Morfeo, por centrar la diana en alguien―, que inventaron esa forma de tener dominados a sus súbitos. Y es que es una gran idea. No podemos habernos inventado nosotros mismos tantas fuentes de frustraciones y encima recordarnos a nosotros mismos que debemos ir en pos de ellos y que si no lo conseguimos es por idiotas, porque solo hay que trabajar. Dejarte el lomo, los brazos, privarte de las 14 horas de sol para tener el/la: _ _ _ _ _ _ (piense en lo que quiera, material o no). No, creo que los humanos podamos ser tan rebuscados para buscar la felicidad así, tienen que ser los dioses.
Me dirá qué no. Desde que inventaron los sueños nos jodieron la vida. Acabamos con la vida corriendo, como dice Calderón de la Barca, viviendo en frenesí y persiguiendo «una ilusión, una sombra, una ficción» que queremos hacer realidad. Y resulta «que toda la [puta] vida es sueño, y los sueños, sueños son». Vaya por dios, o dioses, ¡qué no vamos a ninguna parte!
No pretendía deprimirla lectora/lector. De hecho, me he divertido bastante escribiendo esto. Pero no negará que es mejor vivir con humor e ironía y hacerles un corte de mangas a los dioses. ¡Hijos de puta los dioses, todo una ilusión! Así, mientras soñamos con ser escritores, con que nos lean, con que la crítica sea benevolente, con las vacaciones en la playa paradisíaca, con la casa con chimenea, con la Harley, con la actriz, modelo y vecinas todas juntas en la misma cama, con ese año sabático dando la vuelta al mundo habrá que levantar el dedo medio a los dioses, hacerles una peineta y beberse un tequila. Siempre nos quedara la opción -si las cosas no salen bien y si vemos que estamos tristes y frustrados aun intentándolo- de desmadrar, revolucionarnos contra ellos y echarle la culpa al alcohol. Porque una cosa es soñar, y otra, la necesidad de querer hacerlo realidad.~
Los sueños, sueños son, inalcanzables o no, pero nos da material para que al despertar la mente vuele, y poder escribir de ellos, no???
Muy bien!!! felicidades por compartirnos tus pensamientos.