Femina Incognita 01, febrero 2019

Femina de sueño, sangre y fuego

EL NOMBRE DE este dossier surgió mientras hacía una búsqueda aleatoria en la red sobre la escritura de las mujeres. En algún momento apareció el título de un texto de Rose Moss: “Homo sapiens, feminaincognita: self-censorship in women fiction writers” y eso me ayudó a concretar la idea de lo que me gustaría hacer con esta publicación: un intento de visibilizar a las mujeres que se dedican a la ficción, y que parecen aguardar como sombras entre núcleos de distintos puntos escondidos de la tierra: mujeres desconocidas entre sus pares, entre sus ámbitos, entre el enorme mundo de la ficción fantástica, y en particular, de la literatura que aborda justamente la noción de otredad y alteridad. Mujeres que escriben sobre lo extraño, lo misterioso, lo sombrío, lo distópico y la intervención del universo tecnológico en el humano; lo que irrumpe, distorsiona y transfigura la vida cotidiana y su deber ser convencional.

Mi intención es abrir un umbral para que ellas acudan y muestren en qué consiste su exploración de este mundo literario que por naturaleza es diverso y con una amplia capacidad de entrecruzamientos genéricos para crear híbridos donde prevalezca el uso de la imaginación, ya sea extraña, monstruosa, terrorífica, científica, pluridimensional o pluritemporal, etcétera. Un espacio para identificar qué tipo de búsquedas, de juegos, de inquietudes, de propuestas en torno a estas posibilidades creativas permean en la mente y el instinto de las escritoras que han elegido tales temas para construir sus propios mundos.

Este primer número de Fēmina Incognita inicia conel capítulo 3 de Caer es otra forma de volar, novela de Karen Chacek [México] que explora los terrenos de la telequinesis, otras dimensiones y posibilidades de vida en otros mundos; el ensayo “Una pericia condenada”, donde Lola Ancira [México] hace un breviario en torno a la brujería, así como algunas manifestaciones artísticas que la han abordado; y los cuentos “El mundo estará ahí afuera”, de Solange Rodríguez Pappe, “Santa”, de S. Chugulí [Ecuador]; “Las marcas de sangre sobre la nieve”, de Urla Poppe [Perú] y “Malleus Maleficarum”, de Mariana Rodríguez Jurado [México]. Todos estos textos coinciden, sin haber sido requisito ni solicitud específica, en que giran en torno a protagonistas femeninas rodeadas de distintas atmósferas y aproximaciones hacia lo oscuro, lo onírico, lo siniestro, lo maquinal; un baile constante entre la luz y la desesperanza, entre el pasado, el futuro y una temporalidad indeterminada que nos lleva a cuestionar cuáles son las posibilidades de la mujer como personaje de su propia historia real y cotidiana, y qué podemos aportar en tanto autoras de estas historias en las que somos capaces de proponer imaginarios distintos para ellas y para nosotras a través de la escritura.

Sólo queda agradecer profundamente la generosidad de las escritoras que aceptaron formar parte del inicio de esta aventura, y esperar que sus voces hagan eco para trazar el futuro de Fēmina Incognita.~

Iliana Vargas, editora de Femina Incognita.