Fugas

«Para mi aparecen como alguna especie de revelación, hay un velo que se corre, algo que de repente se ilumina, es iluminado, ignoro por qué, pero de repente destella, y es una línea o una historia completa pero aparece con una claridad inaudita hasta el momento. Luego aparece esa necesidad, o en mi caso personal, un hambre de hacer, de sentarse y devorarse esa idea o de que esa idea me devore (nunca lo tuve muy claro aunque me inclinaría más por lo segundo).» Un texto de Leonardo Vergara.

 

SIN EXCEPCIÓN, EL discurso a cerca de ser-creativo / ser-creador me ha resultado presuntuoso o pretencioso al menos.

Casi obligada es la referencia a uno de los seres-creadores más increíbles que me ha tocado conocer. Borges hablaba del proceso creativo como de una forma de revelación, como una inspiración o iluminación. Algo que parecía insuflar la pluma, agitar la paz/sin-creativa. Una línea, quizá la primera de un poema, un principio y un final para un cuento del cual entretejer los hilos conectivos. Cortázar, en toda su humildad, era reacio a hablar de creatividad, de alguna forma de genialidad o genio. Por lo que plasmaba esta cuestión en torno a una necesidad.

Desde mi perspectiva, acotada en comparación con estos gigantes de la literatura argentina, puede conciliarse un perfecto equilibrio entre ambas exposiciones. Si es que existen tales movimientos, tales fuerzas creativas, para mi aparecen como alguna especie de revelación, hay un velo que se corre, algo que de repente se ilumina, es iluminado, ignoro por qué, pero de repente destella, y es una línea o una historia completa pero aparece con una claridad inaudita hasta el momento. Luego aparece esa necesidad, o en mi caso personal, un hambre de hacer, de sentarse y devorarse esa idea o de que esa idea me devore (nunca lo tuve muy claro aunque me inclinaría más por lo segundo).

Mientras comenzaba el párrafo anterior planteaba esa duda que siempre me ha perseguido, en torno a la creatividad o el ser-creativo o, por caso, si nos preguntáramos por la inteligencia o el ser-inteligente.  ¿Qué es la inteligencia? ¿Qué es ser-inteligente? Me siento un tanto afortunado de no haberme tragado aquel americanismo del coeficiente intelectual. Y ahora bien, esperando que se exprese concretamente este escepticismo: ¿qué es la creatividad? ¿Qué es ser-creativo? Y quizá una pregunta anterior, ¿existe, conceptualmente al menos, aquella cualidad que identificamos con la creatividad o el ser-creativo?

La disyuntiva última planteada no aflora con facilidad. Quizá estamos demasiado atestados de categorías conceptuales, categorías que nos sirven para describir, pero que, personalmente, encuentro sumamente perjudiciales. ¿Qué rótulo le adosamos a un ser-creativo? ¿Cuál es el requisito que ha cumplido para permitirse hablar de ello? ¿Qué dificultad ha sorteado para permitirse presumir en torno a si mismo y a presuntos procesos creativos?

Se verá, o al menos así lo espero, mi disconformidad con la forma de encarar ciertos tópicos. Disconformidad que obedece claro a la facilidad con la que nombramos y renombramos, con la cual indicamos, significamos y resinificamos.

Siempre hay algo moviéndose, o, aventurándose un tanto más, todo se mueve y quizá las mayorías de las fuerzas en movimiento nos sean desconocidas. Me alienta alegremente pensar en ello.

Como todo, los iguales, la igualdad misma, sólo existen en las matemáticas, la geometría o la lógica. No concibo posible dos movimientos iguales sino en una representación teórica de física, no hay fuerzas iguales y quizá yace allí algo de oscurantismo (la creatividad) que pretendo iluminar precariamente dada mi palpable incapacidad.

En este no haber iguales, en este caos indefinible tantas veces y tantas veces apresuradamente definido, las perspectivas son una e inigualable sino por la pereza y el bombardeo sistemático del consumismo. Sin esto, sin esta anestesia, no habría iguales, no serían posibles, y quizá lo creativo, el ser-creativo, se nos caería de a pedazos. Ya no hablaríamos quizá de creatividad o pobreza expositiva, de mentecatismo retórico o vacuidad representativa. Hablaríamos quizá, y sería motivo de alegría, de perspectivas.~