Eros y el semiocapitalismo: ¿la pérdida del otro y el fin del amor? | Reseña

Reseña de Laura Podadera #literaturaDigital

 

ESTE LIBRO NO  es un libro de amor. Es un libro, sobre todo, de análisis sociológico y psicológico de las relaciones interpersonales en nuestro tiempo y, como no podía ser de otra forma, también de amor, ya que éste vertebra todas nuestras relaciones. El amor entendido en todas sus dimensiones: amor-desamor, ausencia de amor, necesidad natural del ser humano de afecto y aceptación, de las múltiples formas que existen de experimentarlo, entenderlo o sufrirlo.

Eros y el semiocapitalismo está escrito por Irmgard Emmelhainz, una traductora y ensayista independiente radicada en México que obtuvo su Ph.D en la Universidad de Toronto con la tesis Jean-Luc Godard y la cuestión palestina (2009). Ha publicado extensamente sobre arte y cine, así como análisis relacionados con estética y geopolítica. Esta obra que nos ocupa da buena cuenta de su conocimiento también en materias como la psicología y la sociología. El «Centro de Cultura Digital» promueve la cultura en todos sus ámbitos a través de las herramientas que nos ofrece la tecnología y por eso ha apostado por la edición de este ensayo.

En esta obra se analiza la crisis de la sensibilidad como consecuencia del feroz capitalismo en el que vivimos: individualidad, competencia, hiperproductividad, aislamiento, soledad, etc. La disminución del contacto físico como una de las principales interferencias sobre la intimidad. Como consecuencia, vivimos en una sociedad con niveles mínimos de empatía y comunicación real. Las personas han sido convertidas en un bien de consumo más. Todo esto explica, según Irmgard Emmelhainz, lo alarmantemente común que es la depresión entre los jóvenes, y los no tan jóvenes, que aparentemente lo tienen todo.

Ansiedad, estrés, sufrimiento psicológico que mantenemos oculto porque no le encontramos ningún sentido a compartirlo ni expresarlo, en el caso de contar con las herramientas para hacerlo, como por ejemplo el lenguaje complejo, metafórico y simbólico, o la presencia física, la sensibilidad y la empatía propia y del otro. Elementos todos ellos de los que hemos venido siendo privados de forma progresiva, apenas perceptible, pero imparable.  Una enorme necesidad de afecto, de confianza, de intimidad, de exposición personal, de AMOR. Esa es la gran desgracia de nuestro tiempo. Su vacío y soledad.

En este breve ensayo encontramos en términos generales, un lenguaje profesionalizado, científico y riguroso. Sin embargo existen también páginas en las que describe estadios del desamor, ejemplificándolos en historias particulares, y en las que emplea un lenguaje no sólo callejero, sino incluso vulgar y soez.

También aborda otros muchos grandes temas, como la exigencia contemporánea (casi tiránica) de ser feliz, de sobreponerse al sufrimiento sin permitirnos tan siquiera sentirlo y nos recuerda que no hay atajos en el proceso de gestión del dolor. El problema de la comunicación como uno de los más importantes a la hora del éxito o el fracaso de una relación. Irmgard Emmerlhainz menciona a lo largo de este trabajo varias películas que ilustran a través de sus sus personajes o de sus historias, los sentimientos y problemas que nos expone en su libro.

Otro de los grandes temas es, según nos plantea, la vulnerabilidad. Señala el error de atribuirla a la mujer como una característica propia de su género y reivindica su verdadero significado: un rasgo inherente al ser humano sin distinción de género, siendo la única manera que tenemos de entregarnos al otro. Se extiende además sobre esta idea y nos explica cómo intervienen los distintos niveles de vulnerabilidad en las relaciones de poder, superando la dicotomía hombre-mujer.

En definitiva es un ensayo bastante interesante. No es una lectura de distracción sino más bien todo lo contrario, exige una gran concentración debido a su lenguaje técnico (salvando ciertas páginas) y su exigencia implícita de conocimientos previos de psicología, sociología y filosofía para poder comprender los conceptos que utiliza y las ideas metafísicas que plantea.

Me ha gustado bastante por el interés propio de cada uno de los temas que toca, aunque reconozco que en ocasiones se asemeja demasiado a un manual de universidad y pierde,  en ese sentido, la conexión con el lector. La puntúo con un 3 sobre 5.