Uruguay: Con la Fuerza del Candombe; la Celeste uruguaya rumbo a la Copa del Mundo | Rusia 2018

Por Manuel Polgar

“El fútbol es la única religión que no tiene ateos…”

Eduardo Galeano.

EL DÍA QUE supe –hace apenas un tiempo–, que en Uruguay se plantaba también una excelente uva para tinto, tuve que salir corriendo a la vinatería para conseguir una botella. Comprobarlo, con paladar y sentidos propios y listos, bien lo merecía. Tannat es la cepa, con todo su cuerpo y violácea alma de la campiña, que los uruguayos han adoptado como patrimonio nacional y que a mí, aquel día, me llevó también de vuelta a la lluvia necia de sus ciudades que moldea, permanentemente, la nostálgica personalidad de sus habitantes. Regresé a casa y desempolvé la “guampa” y la “bombilla” para el mate que compré en un pequeño establecimiento de la Avenida 18 de Julio; sacudí los libros de Galeano y Benedetti y, acercando mi memoria a las brasas encendidas del Mercado del Puerto en Montevideo, me volvió a emocionar la idea de un país –en el culo del mundo– bien pequeñito y con un cúmulo de sentimientos de arraigo tan intensamente grandes.

Decidí, por esto, escribir sobre la pasión uruguaya que me faltaba para completar la sureña jornada: el fútbol y su celeste camiseta. Dicho lo anterior, confieso entonces que es el cariño a sus escritores, a sus luchadores y movimientos sociales, a su comida y su gente –mas que a mi profundo conocimiento sobre su fútbol–, lo que me lleva la pluma que sostengo en la mano.

Es el disco también del Cuarteto Ricacosa, con el candombe mulato, el que suena y me va pausando a entender los ritmos del toque uruguayo de la pelotita en el medio del campo. Una vez adormilado por repetitivo y sencillo, acelera con un cambio de ritmo de Cavani, dirigiendo un balón que remata de cabeza Luis Suárez para colocarla abajo, en la esquina derecha. Imparable. Ya estalló la Plaza Independencia y se están encendiendo los asados en las banquetas de cada barrio.

Y es que después de una eliminatoria apretada –como siempre en CONMEBOL y que puso a prueba a una selección no tan experimentada como la del mundial pasado, pero que logró el segundo lugar con 31 puntos–, Uruguay está lista y la garra charrúa, con el fútbol de estilo más balanceado entre defensa y ataque de los últimos años, y con la potente dupla Cavani-Suárez que empuja al equipo a la ofensiva, promete llevarlos a los primeros lugares del certamen. Diego Godin, férreo zaguero del Atlético de Madrid, será una vez más el encargado de portar el gafete de capitán y su experiencia se volverá determinante en la grama del terreno de juego.

La lista de jugadores seleccionados por el experimentado y querido estratega Óscar Washington Tabárez, por lo pronto y hasta el 4 de junio, es de 26 jugadores.Además de Suárez, Cavani y Godin, los otros “históricos” que van por su tercer Mundial son el portero Fernando Muslera, su sustituto Martín Silva, los laterales Maximiliano Pereira y Martín Cáceres, y el volante Nicolás Lodeiro.

La lista incluye también a varios jugadores más jóvenes que comenzaron a ser convocados por el entrenador en el tramo final de la eliminatoria sudamericana, casi todos ellos con experiencias previas en las selecciones juveniles que Tabárez coordina. Entre ellos se destacan los volantes Federico Valverde, Rodrigo Bentancur y Nahitan Nández.

Salvo el lateral Guillermo Varela y el central Cristian Rodríguez que actúan en la liga local defendiendo a Peñarol, el resto de los reservados actúa en el exterior: seis de ellos en España, seis en Italia y cuatro en Argentina.Con los nombres mencionados anteriormente, es muy probable que el 11 titular de la escuadra charrúa lo conformen los siguientes jugadores: Muslera en la portería; Laxalt, Godin, Giménez y Pereira como defensas; Vecino, Betancur, Nández, De Arrascaeta en el medio campo y Suárez y Cavani en la delantera. El clásico 4-4-2, clavado y sencillo y certero.La selección uruguaya integra el Grupo A, zona en la que enfrentará a Rusia, Arabia Saudita y Egipto. En octavos de final podría cruzarse con Portugal, España, Marruecos o Irán. Uruguay debutará el 15 de junio frente a Egipto por el Grupo A. Luego actuará ante Arabia Saudita el 20 de junio y cerrará su fase de grupos ante el combinado local el 25 en Samara. En el papel, los charrúas se encuentran en un grupo “a modo” y no deberían tener problemas para avanzar a la segunda fase.

El fútbol no siempre corresponde a quien le ama; los uruguayos lo saben. Y es que a pesar de la pasión desboradada de este pequeño país, que en porcentaje es el que más jugadores exporta y que más Copas América ha ganado, y del amor profundo que le rinden como parte de la cultura ríoplatense, hace rato –desde el maracanazode1950–, que la Copa del Mundo no se queda a dormir con ellos. Yo, como fiel seguidor de los Tiburones Rojos de Veracruz y con la nostalgia de los campeonatos añejos del Pirata Fuente, los acompaño en el sentimiento y me aferro con ellos en Rusia 2018. A final de cuentas, y como escribió Jorge Valdano sobre el célebre escritor uruguayo: “Si Mario Benedetti se anima a arbitrar, tiene dos equipos enteros que patearán para el mismo lado, porque no fueron convocados para jugar al fútbol, sino con el fútbol“.

¡Vamo´ arriba la celeste!