IRÁN-ESP: Con el VAR se acabó la poesía | Rusia 2018

Por Por Francisco Romero Herrero

Ayer, España ganó 1-0 en un pésimo partido con un gol de rebote y dio un gran paso adelante para estar en la siguiente ronda.

Del partido no hay mucho más que decir, porque la noticia estaba a más de 3.000 kilómetros del césped del Kazán Arena, en Teherán. Allí, por primera vez desde 1979, se permitió que entrasen mujeres y hombres en el estadio Azadí. Sí, lo que leen, hasta ayer, en las gradas de los partidos de fútbol masculino en Irán solo se veían barbas. Una hora antes no iba a ser posible porque la policía tenía acordonado el estadio por las presiones de los grupos religiosos más fanáticos. Pero se pudo.

Todo lo que pasó en 1979 ya lo sabíamos gracias al Persépolis de Marjane Satrapi. Irán, una de las cunas de la civilización, era en los años 70 un lugar de progreso y libertad que cambia de golpe tras la revolución islámica. Cuando la religión entra por la puerta, la razón sale por la ventana.

No tengo ni la más remota idea de cómo es vivir en un país sin libertades, porque era demasiado canijo cuando murió Franco. Pero no descarto acabar sabiéndolo, tal y cómo está el Mundo. Ayer tuvimos que “celebrar” que dejasen entrar mujeres en un campo de fútbol, ver a niños encarcelados separados de sus padres, anuncios de censos para gitanos y redes sociales vomitando críticas a que se acoja a los refugiados del Aquarius y tenemos cantantes en prisión. Se nos está quedando un inicio de siglo de lo más esperanzador.

¿Cómo no nos va a gustar el fútbol? Ayer, en Kazán solo se enfrentaban dos equipos de fútbol. Once contra once. En el campo nos da igual ser Monarquía Parlamentaria que República Islámica, Federal o Emirato. El Mundial es un paréntesis. E Irán lo hizo muy bien. Defendió perfectamente debajo del larguero, pero sobre todo, se estiró con peligro tras el gol ante una España con muchas dudas. Por eso, Ezatolahi sigue celebrando el gol que creía que casi metía a su país en la siguiente fase. ¡Qué locura! Saltaba, corría, se abrazaba, besaba el suelo… ¡Había marcado en un Mundial!

Pero llego el VAR y se acabó la poesía. Fuera de juego y a seguir defendiendo ordenadamente que aun toca remar.

¿Quién sabe si el Fuego Persa no puede dar aun alguna sorpresa contra Portugal?