¡Estamos vivos! | día 09
Abandonamos Nizhni Nóvgorod con la tristeza a cuestas. Avanzamos entre camiones que, como nosotros, no tienen ganas de llegar. Paramos en Ivánovo para estirar las piernas y verificar que ninguna rueda se haya quedado en los innumerables pozos de la carretera. Finalmente, volvemos a encontrarnos con el Volga en la ciudad de Yaroslavl.
Es la más grande y, probablemente, la más acogedora de las ciudades que se conocen como el Anillo de Oro de Moscú. Ciudades que hace mil años se disputaron la primacía de la región con la actual capital, con el resultado conocido. El Kremlin de Yaroslavl no es de ladrillo rojo, sino blanco, lo que le confiere una belleza diferente.
Llegamos justo para ver a Brasil, que está empatando con la Costa Rica de Keylor Navas. Los ticos lo resisten todo, incluso cuando le cometen un penal a Neymar, el árbitro holandés se arrepiente de sí mismo y no lo concede. Noventa minutos de juego y el partido sigue cero a cero. Pero en este Mundial, siempre hay que contar con cinco o seis minutos de alargue. En el primero de ellos, apareció de nuevo toda la amplitud del juego brasileño, y Philippe Coutinho entró como un rayo al área chica para hacer justicia en el marcador. Antes del pitazo final hubo tiempo para que Douglas Costa le sirviera a Neymar su primer gol en el Mundial. Ganó Brasil 2 a 0, sufriendo como todos los favoritos.
Ahora sí, nos instalamos en la peatonal de Yaroslavl para ver a Nigeria. La esperanza es lo último que se pierde. Y, la verdad, a falta de Messi, el que nos levanta de la silla es Ahmed Musa. Un centro de Moses lo mata magistralmente en el aire y lo remata antes de que vuelva a tocar el suelo, como hacía Maradona. Es un golazo y el grito retumba en la pequeña Yaroslavl. Los lugareños no saben qué está pasando. No conforme con esa maravilla, Musa, que ya había rematado al travesaño, capitaliza la clara superioridad nigeriana, revuelca al arquero islandés, y pone el 2 a 0 en el marcador. La vida la recuperamos del todo cuando Sigurdsson, que parecía infalible contra Argentina, tiró un penal de VAR a la tribuna.
La jornada se cerró con la victoria de la siempre puntual Suiza por 2 a 1 sobre Serbia, que empezó ganando con un cabezazo de Aleksandar Mitrovic. Lo empató Granit Xhaka con un zurdazo desde afuera del área, y lo ganó Xherdan Shaqiri en una carrera portentosa con definición exquisita. A Suiza solo le falta un punto para estar nuevamente en los Octavos de Final.
Ahora sí, Argentina vuelve a depender de sí misma. Ahora sí, podemos volver a pensar en el equipo, en el Mundial. Nos han dado una segunda vida y tenemos que aprovecharla. Cambio de arquero, por supuesto. Atrás, Rojo por Tagliafico, y no tenemos mucho más. El medio es lo que tiene que cambiar. Hay que recuperar a Banega, probar con Lo Celso, contar un rato con Di María y otro con Pavón, y encontrarles un lugar a Dybala o a Higuaín. En definitiva, poner a los buenos y que se organicen con la pelota. Para encontrar un funcionamiento de equipo ya no hay tiempo.
Andrés Margolles. Yaroslavl, 22-06-2018
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