El sueño ruso | día 18
Los argentinos caminan con la cabeza gacha por las calurosas calles desérticas de Kazán. Se preguntan dónde están los tártaros. Si querrán alguna entrada para el Uruguay-Francia. Parece que no. Será difícil venderlas. Habrá que ponerse la celeste y alentar junto con los hermanos rioplatenses.
Tartaristán fue una de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, hablan su propio idioma, el tártaro, y hasta tienen su propio alfabeto. Dentro de las murallas blancas del Kremlin destaca la mezquita por sobre la iglesia ortodoxa, y las banderas que flamean en los edificios gubernamentales son las de Tartaristán, no las de Rusia.
Eso sí, esta tarde los tártaros estarán apoyando al equipo nacional ruso. Dicen que tienen un equipo modesto, que España es mejor, pero están dispuestos a festejar hasta los despejes, a ilusionarse cada vez que Rusia pase el mediocampo. Los bares se llenan, y aparecen los hinchas del Rubin Kazán con el número 3 del “Chavo” Ansaldi en su espalda.
España se pone por delante muy pronto, Nacho Fernández gana la banda derecha y lo derriban, Marco Asensio mete un tiro libre envenenado, y Sergio Ramos la empuja, con el veterano Ignashevich incluido, al gol. Gol del Real Madrid. España gana y tiene la pelota. Pero en una jugada aislada el gigante Dzyuba mete un cabezazo y Piqué se la bloquea, como en el vóley. Penal. Artem Dzyuba está “on fire” como gritan los hinchas tártaros. Y España juega sin portero. Se van empatados al descanso.
Isco lo intenta de todas las maneras, pero los españoles parecen seguir pensando en Lopetegui, en Rubiales, en Fernando Hierro. El eterno Iniesta viene del banquillo para probar a Akinfeev, Iago Aspas hace tres cuartos de lo mismo. Y el arquero ruso responde. España puede jugar sin portero, De Gea no la toca, Rusia no llega nunca.
Es el primer partido del Mundial que se va a la prórroga, y todo sigue igual. Ahora es Rodrigo el que viene desde el banquillo para probar a Akinfeev. Rusia resiste envalentonado por su público, y por esa España timorata que parece pensar más en las vacaciones que en el Mundial. Ya todos piensan que el duelo en los penales, entre Akinfeev y De Gea estará muy desigualado. Pero el 1 a 1 final ya no lo mueve nada. A los penales.
Los veteranos cumplen. Iniesta, Piqué, y Ramos no fallan. Los rusos tampoco. El tercer penal español lo tira Koke y lo ataja Igor Akinfeev. Por si le faltaba algo al arquero ruso, también se lo ataja de manera espectacular a Iago Aspas para darle la victoria a Rusia 4 a 3. Se desata la euforia en el campo, en las gradas, en el bar, y en el país.
El rival de Rusia en Cuartos de Final sale del partido que enfrenta a Croacia y Dinamarca. El partido empieza loco. En cinco minutos ya están 1 a 1. El negro Mathias Jorgensen, vaya paradoja, recibe una pelota suelta en el área y le pega abajo para batir al tapado Subasic. Pero responden los croatas con una subida de Vrsaljko que después de un blooper de la defensa danesa le queda para la media vuelta a Mario Mandzukic, que mete su primer gol en el Mundial.
Luego todo vuelve a la normalidad, un típico partido europeo, dinámico, con Croacia siendo levemente superior, pero Dinamarca respondiendo. En el tiempo suplementario, Ante Rebic gambetea a Schmeichel y lo bajan a punto de meter el gol de la victoria. El argentino Néstor Pitana cobra el penal. Luka Modric lo patea a Kasper Schmeichel lo ataja. Empatados y a penales.
Esta tanda de penales es muy distinta a la de Rusia-España, aquí convierten y fallan en la misma proporción. Por eso cuando llegan empatados al último penal, el que tiene que tirar Iván Rakitic, hay mucha incertidumbre. Pero el volante del Barcelona no falla, y Croacia gana 3 a 2 en los penales. Se enfrentará a Rusia en ese partido de Cuartos de Final en el que hubiéramos querido que se enfrentasen Argentina y España.
Andrés Margolles. Kazán, 01-07-2018
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