La Muralla

Por Blas Soto

Nadie mejor que Sacheri en “Papeles en el viento” nos ha explicado que es más fácil defender que atacar. En el cuento, los amigos descubrían que podían vender un gran defensa en lugar de un mediocre delantero. Que era más fácil construir la muralla que derribarla.

Cristian Gabriel Romero nació para ser central. Desde su Córdoba natal habrá escuchado historias del gran Daniel Passarella. Habrá llorado con el Ratón Ayala en el Mundial de 2006. Cuando lo descubrió Scaloni nos volvió el alma al cuerpo, volvíamos a tener una muralla ahí atrás, donde empieza a construirse el equipo.

Con los años, uno se va retrasando en la cancha. Rápidamente descubre que para ser delantero hay que tener el olfato de gol, pero pisarla y poner pases es lo que más se disfruta a los veinte años. Mientras dan las piernas, uno se convierte en un todocampista, y cuando sube el nivel, incluso se pertrecha en el lateral derecho. Al final, el puesto que nos queda es el de marcador central. Cabeza levantada, pase raso, y la seguridad de que no llegará nadie por detrás.

El “Cuti” Romero, esta noche contra Holanda, fue una verdadera muralla, el hombre impasable, de abajo y de arriba. Cuando le tocó salir por la derecha, con el esquema de tres centrales, lo hizo con la seguridad de siempre, sabiendo que atacar es más difícil que defender. Cuando le tocó salir de la cancha, todos sentimos que nos faltaba la muralla, que nos la estaban derribando.

Blas Soto

Al Daayen, Qatar, 09-12-2022