Mercado de pocas pulgas | blog Mundial Brasil 2014

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Hermanos Boateng, Kevin-Prince jugador de Ghana y Jèrôme de Alemania

Desde el florecimiento de los cerezos, y hasta la entrada del otoño, los sábados son de mercadillo en el parque Rheinaue de Bonn a orillas del Rin. Hoy no es la excepción, hoy que por la noche juega Alemania. En el parque también hay un lago, y no muy lejos de ahí un par de “jardínes de cerveza” hacen su agosto con las transmisiones del Mundial. La televisión pública alemana, esa que cada contribuyente sostiene, compró los derechos de todo el campeonato y entre dos canales se están alternando las jornadas. A las nueve de la noche florecerán los gritos y comenzará la rebatinga.

El rival no le es ajeno a los alemanes, quiero decir, el país mismo. No son pocos los proyectos de investigación y cooperación, por ejemplo, que se desarrollan en esa zona de la costa occidental africana; sobre todo por el cambio climático y su impacto en la agricultura y adaptación de suelos. En el futbol hay incluso unos medios hermanos, de padre ghanés y madres alemanas, que juegan en la Bundesliga y en los equipos nacionales de Ghana y Alemania: Kevin-Prince Boateng, el mayor, optó por el primero y Jèrôme Boateng por el segundo. Esta noche se verán de nuevo frente a frente las caras.

Acaso como la flor del cerezo, las banderas alemanas tienen también su tiempo. Un campeonato parece serlo. Entre el primer juego y este segundo se ha multiplicado el negro, rojo y dorado de los balcones y autos, y seguramente aumentará el número a medida que avance el evento. Berlín, tierra de los hermanos Boateng, se reúne a las puertas de la Puerta de Brandeburgo con una mirada a sus Victorias, la de la Cuadriga y la de la columna. Los Boateng se vieron en Sudáfrica 2010, la victoria fue sólo de uno, del menor; Berlín los vio crecer, ahí estuvo su semillero, y hoy se los ve jugar en Brasil, ¿cuál será el fruto?

Cero a cero en el medio tiempo, las cervezas apenas y se tocan, y las rebanadas de pan yacen desencantadas. En el mercadillo, por cierto, sólo en fechas recientes la comida tiene mayor lugar. La gente en realidad va a lo suyo y poco o nada se preocupa por tener una pausa para algún refrigerio. No es cada sábado, dicho sea, más bien es cada cuatro. Es un mercado de pulgas que ocupa poco más de la mitad de las veredas del parque (de 125 hectáreas); un medio día se puede pasar ahí sin problemas. O todo el día, pues una vez satisfecho el comercio, el parque, el verano —que hoy comienza— y el Mundial a la alemana son bienvenida combinación. De vuelta a la cancha.

Los hermanos no resultaron Caín y Abel, apenas salen del juego éste se torna épico. Götze, entre rodilla y cabeza, marca, pero la respuesta congela el entusiasmo: dos goles dan cuenta de un nuevo gentilismo: ghanoso, natural de la selección de Ghana. Pero las banderas germanas lejos están de arriarse, vienen un par de cambios que buscan contrarrestar y poner el Ordnung. Klose y un «criador de cerdos» entran a escena. Ghana resiste: regatea el precio y quiere llevarse la victoria.

Es sábado de pulgas y Alemania sabe cómo quitárselas de encima. Empata Klose. Un juego dividido en el que cada cual se lleva un punto; Ghana parece estar satisfecho: vaya que sacó tela. El verano ya está aquí, habrá que ver qué tanto se calienta el parque… y qué tanto lo tiene el equipo alemán ajustado y en la mira. ¿Quién da más?~