Holanda, imparable | blog Mundial Brasil 2014
Llevamos sólo seis días y nada se parece a lo que esperábamos en un principio; hasta los pronósticos incuestionables han comenzado a descartarse. Por ello lo único que nos queda es seguir contemplando el buen desempeño en la cancha y dejar que el azar decida, porque en el juego a veces la fortuna se instala como invitada de honor. Ese es el caso de OnsOranje, que en lo que va del Mundial ha sabido conjuntar un equipo bien estructurado y la buena fortuna dentro del terreno de juego: primero con la goleada propinada a los españoles y ahora con el triunfo frente a Australia. Creo que alguien ya tiene asegurada su clasificación a la siguiente ronda.
Ingenuamente pensé que me daría tiempo de llegar a ver la transmisión del partido con el único vecino que, como yo, trabaja en casa (forever freelance), y que además tiene televisión por cable; pero esta vez la fortuna no me sonrió y tuve que quedarme en casa y recurrir a internet (forever alone). Apenas habían pasado veinte minutos y ya caía el primer tanto de Holanda gracias a Arjen Robben, quien con ello se convirtió en el segundo en anotar tres goles en lo que va del Mundial, (a éste hay que sumarle los dos que le anotó a los españoles). El primero en juntar tres tantos fue el delantero alemán Thomas Müller, autor de tres de los cuatro goles que Alemania le anotó a Portugal.
Sólo un minuto después del primer gol vendría otro, pero ahora del conjunto australiano que no pinta como favorito luego de la derrota ante el equipo chileno. Estaba claro que este encuentro Holanda llevaba las de ganar, sobre todo después de que Australia perdiera tres a uno contra Chile. Sin embargo, Holanda no la tuvo fácil. Penal a favor de Australia y luego la anotación de Memphis Depay, quien representa el ala joven y poco experimentada del equipo naranja, pero que pronto empató el encuentro poniendo en entredicho cualquier resolución previa al cumplimiento de los noventa minutos. Quien le daría la victoria a Holanda sería Robin van Persie, delantero del Manchester United, que, así como Müller y Robben, suma ya tres goles anotados en Brasil 2014.
Treinta días de tributo al dios redondo
Dicen que éste es el Mundial que tiene mayor cobertura gracias a internet, lo que se traduce en toda la información que compartimos. Quién diría que gracias a internet las diferencias horarias dejarían de ser un problema. Cuando Sudáfrica 2010, recuerdo que había partidos que se transmitían en vivo durante la madrugada, e incluso así, la gente esperaba despierta para verlos, sin importar que llegarán desvelados y con sueño a sus trabajos.
Ahora que los partidos son antes de media tarde (tiempo de México), la población que trabaja en oficinas o diversos comercios tiene la ventaja de contar con las transmisiones por internet, las cuales indiscutiblemente disminuyen el desempeño laboral, pero mantienen “informada” a la población. Es por ello que en muchas partes del país (y quiero pensar que no somos los únicos en el planeta, sino ¡qué vergüenza!) toda actividad parece detenerse mientras juega la Selección Nacional, como si con nuestro apoyo pudiéramos garantizar su victoria (lo cual casi nunca ocurre).
Muchos dicen que durante los treinta días que dura el Mundial las actividades deberían de detenerse, las resoluciones importantes en los países deberían de ponerse en pausa, para no afectar el seguimiento de unas y otras por el interés que se le presta al encuentro mundialista. Quizá debería de ser así, pero resulta exagerado, porque aunque lleve el mote de “mundial” estoy segura de que no todo el mundo está o debería de estar pendiente del fútbol; quizá más bien debería de persistir ese mismo interés cuando se trate de resoluciones políticas, económicas y sociales que afectan a los países. Y no es que haya algo “malo” en querer seguir lo que ocurre durante el encuentro de fútbol, sino que algo estamos haciendo mal cuando sólo nos interesamos por ello y nos importa poco el resto de las cosas relevantes que pasan en el mundo. Quizá sólo basten estos treinta días de cada cuatro años para rendirle tributo al dios redondo, el resto del tiempo habría que rendirle tributo a la verdad.
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