Poemas de Eduardo Rezzano

Poemas de Nocturna, de Eduardo Rezzano. Selección de Jesús García Mora


 

Secreto

Viajaba en el baúl de un Chevy

entre una tarta de manzanas

un lemon pie y una pregunta

que me daba vueltas

 

¿se podrá fumar aquí?

 

Era noche cerrada

tanto adentro como afuera

sólo que afuera

hacía más frío y llovía

 

Era invierno o casi

y mi último cigarrillo

corría apagado

de dedo en dedo

 

con el riesgo de perderse

en la oscuridad pringosa

de mi ataúd de mermelada

 

¿Les hablé alguna vez de mi hijo?

 

Él dice ser

mi secreto mejor guardado

 

pero tengo otros que

son verdaderos agujeros

en el cielo negro

 

madrugada hecha jirones

sobre el camino perdido

río abajo entre las piedras

 

Kindertotenlieder

 Los niños muertos reciben

con emoción contenida

las canciones que Mahler

les dedicara

 

—con emoción contenida

en un vaso que nadie sostiene

y se estrella

 

a) estalla

b) rebota contra la alfombra y derrama

susurros y respiraciones

 

La habitación está vacía

pero se escuchan voces y alguien

apaga la luz

 

porque el pánico

se huele mejor a oscuras

en la noche fría

de cristales y alfileres

 

 Sea food

De espaldas sobre la noche

sentí que un tiburón se me acercaba

desde la profundidad de un mar

oscuro y cristalino

A punto de morderme eligió

la voluptuosidad de mi mano

y puso el hocico sobre

el hueco de mi palma

Mi cuerpo inerme

lo acompañaría en su descenso

suave y silencioso

tiburón enamorado

Mi cuerpo blanco

demasiado blanco

mis ojos olvidados

del último terror

 

Poemas de Alcohol para después de quemar

 Dos o más piernas

Una mujer avanza por las vías abandonadas del ferrocarril provincial. En la mochila lleva su cabeza y una muda de ropa —la cabeza se descompone y la ropa se mancha—. Se detiene frente a un enorme silo metálico y piensa: “¿Qué es lo que camina a cuatro patas por la mañana, a dos a mediodía y a tres por la noche? No puede ser el hombre; al hombre lo vi arrastrarse para comer de mi mano y le di muerte”.

 

Música

A través de la ventana

se oía cantar un pájaro

lo curioso era que lo hacía

en re menor y su melodía

 

era aquella que

como una condena

nos acompañaba desde

que el tiempo era tiempo

 

Cuando salí con la escopeta

se había ido y con él

la tormenta que amenazaba

con anegar los sembradíos

 

con él

el vivo recuerdo de una niñez

que no nos convoca

el paso liviano casi etéreo

de las hadas

la música inacabada

de los días en blanco

 

Visita de médico

El espíritu navideño

pasó con prisa

por mi casa

 

“Visita de médico”

dijo y vació su bolsa

sobre la mesa

 

Nos dejó una pila

de blisters caducos

medicamentos de dudosa

procedencia y una

advertencia

 

“Volveré con más

cuando seamos menos”

 

poeta_eduardo_rezzanoEduardo Rezzano nació en La Plata, Argentina. Es escritor y músico. Publicó los libros de poesía Ningún Lugar (Ediciones del Canto Rodado, Mendoza, 1999), Gato Barcino (Lumen, Barcelona, 2006), no fábulas (Vox, Bahía Blanca, 2010), Alcohol para después de quemar (Fuga, Santiago de Chile, 2012; Zindo & Gafuri, Buenos Aires, 2014; Kriller71, Barcelona, 2016), Caligrafía (Amargord, Madrid, 2013) y Nocturna (Zindo & Gafuri, Buenos Aires, 2016).