Poemas de Alfonso Aguado Ortuño
Poesía de Alfonso Aguado Ortuño. Selección de Jesús García Mora
PREGUNTAS
1
El pasado es como si no hubiera existido:
un sueño. El presente es lo que no saboreamos.
Y el futuro aquello que no se cumplirá.
El tiempo, entre bostezo y bostezo, llamó
a la muerte y la muerte vino con su escuálido
caballo. Le ordenó: llévate a éste. Mas éste,
que era yo, se dirigió a la parca encantado:
¡qué liberación!, desenredadme del antes,
del ahora y del después que no quiero saber
nada del ayer ni del hoy ni del mañana.
2
Hoy tiene el ánimo decaído.
El otoño que tanto esperaba
llegó demasiado lluvioso.
La felicidad le ha preguntado:
¿cuántas veces has sido feliz?
Él, ignorando la pregunta
se acerca a la ventana y la abre.
Entra la lluvia de la mano
del viento. Y le llega una voz
desde el cielo plomizo: ¿qué edad
tienes? Y cierra la ventana,
se sienta, cabecea y se duerme.
3
¿Qué es la vida?
Una extravagancia
–escuché en la lejanía–,
un todo que no se reconoce
porque no sabe quién es.
Le pregunté a la abeja por qué
libaba el néctar. Me respondió:
porque sí.
La mariposa desde la flor
me espetó:
el mundo no es como tú lo ves.
Pura matemática
aderezada de química
–me dijo la araña–.
Un aborto tan perfecto
como imperfecto –concluí–,
una salvajada.
4
Tiene ochenta años y sigue sin comprender la vida.
¿Estamos aquí únicamente para perpetuar
la especie? Y como fuera de noche, bajó la estrella
y le explicó que ella ya no era, que era sólo luz.
El calor invocó al mosquito. El anciano sintió
su picadura. ¿Por qué lo haces? –masculló–. Succiono
tu sangre –replicó el insecto– para alimentar
a mi futura descendencia. ¿Entiendes la vida ahora?
5
Los grillos, la noche, el cielo estrellado.
Todo es tan misterioso. Cuando pasen
los siglos ¿cómo será este lugar?
La casa de campo interrogó entonces
al ramaje: ¿quién me derribará?,
¿adónde irán mis escombros? Los árboles
bajaron las ramas. Enmudeció
el entorno. Y el tiempo la palabra
tomó: todo da paso a lo que viene
porque es así y porque yo así lo quiero.
6
Mientras caminaba jugaba tirando piedras.
Y las piedras dijeron: ¿por qué mal utilizas
nuestra obediencia? Respeta nuestra quietud. Vete.
Y el elefante comentó: el hombre es la peor bestia.
Y en el árbol se escuchó el aplauso de las hojas.
Alfonso Aguado Ortuño (Picassent, Valencia, España, 1954). Ha publicado: Heridas en el papel (Pequeña Ed. de Elche, 2006). Diálogos con el papel (Ed. Frutos del Tiempo, 2008). Poemas con forma (Bubok, 2008). Poemas caseros (Bubok, 2008). Otra Poesía (La Sombra del Membrillo, 2009). Poemas desde mi jardín (Ed. Frutos del Tiempo, 2010). Desde mi balcón (Ed. Frutos del Tiempo, 2012). Constelaciones (Ed. Frutos del Tiempo, 2014). Poesía Visual (Ed. Frutos del Tiempo, 2015). De la soledad (Ed. Babilonia, 2015). Poemas de terror y miedo (Ed. ArtGerust, 2015). In memoriam (Ed. Corona del Sur, 2015). Y Retratos de poetas (Ed. Babilonia, 2016).
Poemas sueltos han visto la luz en revistas físicas como Vulture, Revista literaria Fábula, Cuadernos del Matemático, etc.
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