BEBER POR NO LLORAR | Cuidado, que vienen los refugiados
Cuidado, que vienen los refugiados es la primera entrega del blog-columna «Beber por no llorar», de Jon Igual Brun para vozed.
SE DICE QUE el ser humano es la única especie que tropieza en la misma piedra dos veces. Es una expresión, claro. No hay que tomársela al pie de la letra. En realidad, somos capaces de tropezar en la misma piedra muchas más veces que dos. Muchísimas. Yo, por ejemplo, cometo el error de desayunar casi todas las mañanas viendo la edición matutina del telediario. No puedo evitarlo. Me siento tranquilamente, con mi vaso de leche y mis galletas y, antes de que me dé cuenta, enciendo la televisión. No hay peor manera de empezar el día. Si uno ya se levanta un poco apesadumbrado ante la perspectiva de ir a trabajar, ver las noticias puede acabar por hundirlo del todo.
El otro día, por ejemplo, me dieron los buenos días unas imágenes de una reportera húngara poniendo la zancadilla a un refugiado y a su hija que intentaban llegar a Hungría. Al día siguiente, tuve que escuchar a un eurodiputado polaco llamar «basura humana» a esos mismos refugiados. Basura humana, nada menos. El hecho de que estén huyendo desesperadamente de una guerra, arriesgando su propia vida, no parecía tener importancia. Según él, todas esas personas que están llegando a Europa no quieren trabajar. Supongo que habla basándose en datos objetivos. Imagino que ha realizado una encuesta entre todos ellos con una única pregunta, «¿desea usted trabajar, señor refugiado?», y la gran mayoría respondió que no. A ver, que yo, si me diesen a elegir, tampoco querría trabajar. Pero algo me dice que el eurodiputado no realizó ninguna encuesta. Puede que haya crecido en una familia desestructurada, o le hayan pegado demasiadas collejas de pequeño, y se haya quedado así, un poco memo. O puede que, simplemente, la «basura humana» sea él.
A veces, me pregunto qué pensarán los extraterrestres de nosotros. Me los imagino ahí arriba, en sus platillos volantes, observándonos atentamente, sin acabar de decidirse a bajar y saludar. «Mira Purfk, vuelve a haber una migración masiva de humanos», estaría comentando el otro día uno de ellos. «¿Otra vez? ¿A causa de otra guerra? ¿Cuantas llevan este siglo Garfk?». Pero Garfk ha perdido la cuenta. Y no es de extrañar, hoy en día hay más de cincuenta conflictos armados repartidos por el planeta, y hasta yo, que soy humano, he tenido que entrar a la Wikipedia para saberlo. Normal que Purfk y Garfk se líen. Supongo que en la próxima reunión de evaluación sobre la situación de la Tierra celebrada cada cien años, lo extraterrestres volverán a decidir que es mejor esperar y seguir observando. Es comprensible. A mí tampoco me haría gracia descender a un planeta donde probablemente me den la bienvenida lanzándome un misil nuclear. Me figuro que están esperando a que alcancemos ese punto de inteligencia en el que comprendamos que matarnos entre nosotros es malo. A eso, o a que nos acabemos extinguiendo. No sabría decir que está más cerca.
Yo –iluso de mí– sigo teniendo esperanza. Prueba de ello es que, como cada mañana, hoy he vuelto a encender la televisión para ver el telediario. Por un momento me he imaginado que hoy sí, que hoy sería el día en el que veré alguna noticia esperanzadora. De esas que harán que Purfk y Garfk se planteen bajar a saludarnos. ¿Habrán hecho las paces en Oriente Medio? ¿Se habrá erradicado el hambre en el mundo? ¿Habrán descubierto por fin una bebida que no deje resaca? Pero nada. Lo mire como lo mire, no puedo dejar de tener la sensación de que los seres humanos no hacemos más que tropezar en la misma piedra una y otra vez.~
La única esperanza es que nos extingamos antes de acabar con el planeta… por el bien de las demás especies y de Purfk y Garfk; pobres, tanto tiempo esperando ¿y se van a quedar sin pisar la Tierra? Sería una putada.