Hugo Chávez: Ya no se callará jamás

«Hugo Chávez: Ya no se callará jamás. Quizás sea injusto, pero lo cierto es que una frase en el momento justo, es la mejor síntesis para definir una figura.»


 

Pancarta mostrada durante la Cumbre de las Américas, en Mar del Plata en 2005

Quizás sea injusto, pero lo cierto es que un gesto, una frase, una palabra en el momento justo, suelen ser la mejor síntesis para definir una figura, una trayectoria, un personaje.

En el caso de Hugo César Chávez, el Presidente venezolano fallecido el 5 de Marzo de 2013 tras enfrentarse durante casi dos años a un cáncer de colon, la frase que mejor lo sintetiza, casualmente, no la pronunció él, sino Juan Carlos I, el Rey de España.

Corría el año 2007 y se celebraba en Santiago de Chile la 17º Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno. El fuerte discurso antiimperialista que ya se estaba imponiendo en Latinoamérica hacía incómoda la presencia española en dicha Cumbre, estratégica para los muchos intereses económicos que tiene en la región.

Así las cosas, durante la reunión, televisada para todo el mundo, al Rey de España se le escapó un exabrupto; cansado de las constantes interrupciones de Chávez mientras el Presidente español tenía la palabra, le espetó un grosero y desubicado: «¿¡Por qué no te callas!?», al venezolano.

Ese exabrupto encerraba, en cinco palabras, no solo el sentimiento de España, sino el del resto de los países poderosos del Mundo, a los que Chávez venía acusando directamente de las miserias del Resto.

Su discurso, combativo, estaba apoyado por una realidad venezolana que fue cambiando diametralmente desde su llegada a la Presidencia. Algunos datos contundentes son: la pobreza extrema ha disminuido del 21% al 7% en 10 años; el desempleo, del 17% al 8%; el salario mínimo ha pasado a ser el segundo más alto de Latinoamérica; y, el dato más revelador, la matriculación universitaria creció un 300%.

Pero lo que lo diferenciaba, es que esa política interna, que con tanto éxito había conseguido implantar en Venezuela, estaba y está pensada como un modelo latinoamericano. Y supo que era imposible mantener esa política sin el apoyo del resto del continente, por lo que su discurso apuntó siempre hacia allí, hacia la unidad en busca del mismo objetivo, en países que comparten los mismos problemas.

Con un discurso bolivariano, se dedicó a unir a Latinoamérica, a convencerla de que actuara en la esfera internacional como «un todo», para defenderse mejor de los poderes políticos y económicos que desde los Estados Unidos y Europa intentaban imponer sus intereses en América.

Ya en 2002, cuando recién llevaba 3 años como Presidente de Venezuela, la primera potencia mundial, los Estados Unidos de América, organizaron un golpe de estado (como los que solían organizar en la década de 1970) para callarlo. El golpe, a punto de triunfar, fue detenido por la férrea resistencia del pueblo, que salió a las plazas, y no las abandonó, a pesar de los francotiradores, hasta que Chávez fue liberado.

Su mayor victoria política a nivel continental fue acabar con el proyecto norteamericano del ALCA (Área del Libre Comercio de las Américas), que consistía en llevar a Latinoamérica un tratado económico que, en la práctica, permitía a los productos norteamericanos hacerse con ese mercado, condenando a las industrias latinoamericanas a sucumbir ante la «libre competencia» de dichos productos. Fue en Mar del Plata, Argentina, en 2005, cuando la presencia de Chávez, Lula y Kirchner, permitió establecer un discurso latinoamericano y el proyecto del ALCA fue derrotado ante la espantada de George Bush.

Ese fue su mensaje: unir al pueblo latinoamericano en busca de su propio futuro. Ese fue el mensaje que lo convirtió en el «diablo» a los ojos del establishment internacional. Esa es la voz que hubiesen querido callar. Esa voz que se oyó como nunca antes en Latinoamérica, será su mayor legado. Esa voz ya no se callará jamás.~