Después del día del fin del mundo
El fin del mundo llegó, la catástrofe reina en el planeta. Pero, nadie muere, todos siguen ahí, en una realidad suspendida. Todos siguen esperando ¿qué? Nadie lo sabe.
Está es una falsa crónica del día después del fin del mundo. ¿Seguiríamos actuando y pensando con los valores morales actuales?
05:00
Estás serán quizá las últimas letras que escribiré y estarán muy lejanas de ser un gran poema. ¡Absurdo! ¡Esto es la vida, un gran absurdo! En unas horas no habrá un solo ser humano vivo, no habrá ojos que se encuentren con estas líneas. No habrá mañana.
8:00
Traté de prender el televisor para ver si tendrían un especial sobre «El verdadero fin del mundo» o «Los últimos días de la vida en la Tierra», desgraciadamente lo único que vi es la estática, la estática desesperante que puede tener un televisor. Cuando intenté con el radio pasó algo similar. Debo tener más cuidado con mi memoria.
8:10
Soy un tonto, en primera por preocuparme por mi memoria; en segunda, por que desde ayer ha colapsado toda forma de comunicación y es imposible ver las noticias.
10:00
No pasa nada, nada… Las uñas de mis dedos han terminado esparcidas por el suelo. Este silencio, este terrible silencio recubre el vecindario, ¡y es aterrador! Ni los insectos hacen ruido. Parece que todo ser vivo ha decidido escapar del mundo, no estar, resguardarse y esperar a que la muerte lo alcance.
13:00
¿Cómo será? ¿Explotará? ¿Implotará? ¿Las aguas llegarán con su furia y terminarán con todo? ¿El calor aumentará en cosa de segundos, quemando todo lo que hay en la Tierra?
13:45
Escuché un ruido, falsa alarma. Al acercarme a la ventana para ver qué había sido sólo vi mi bote de la basura en el suelo. Seguro el viento lo tiró. Debo confesar que sentí emoción al escuchar el ruido. Pensé que tras éste, todo empezaría. Pensé que sería testigo de tan esperado momento. ¡Tenía tantas ilusiones de saber cómo moriría!
14:00
Caminé a la biblioteca para tomar un libro. Vi el Ulises de Joyce y pensé que efectivamente nunca lo iba a poder leer, que ese libro no había sido escrito para mí y que yo nunca iba a poder ser su lector. Luego pensé que de nada había servido todo la literatura del mundo. Finalmente, la eternidad había durado unos cuantos milenios.
14:20
Estoy sentado, con una copa de vino, un Oporto que estaba guardando para cuando hubiera un día especial. Nunca supe con certeza a qué me refería con un día especial. Lo más especial que se me ha ocurrido es que quizá siempre estaba esperando que algo llegara y rompiera mi monotonía, pero no ha pasado y yo estoy igual, sigo sin saber qué es un día especial. Así que por eso hoy abrí la botella, para beber mientras leo, como esos escritores que salen en la tele, que beben, fuman y leen o escriben. Estos momentos quiero ser un escritor.
14:25
¡No mames! ¡Qué aburrido es querer ser un escritor! Mejor cierro el libro y bebo.
15:00
Mareado estoy, siento… Comer si puedo, algo.
17:00
Desesperadamente me desperté y corrí con esa sensación de presión en el pecho, con ese sentimiento de que algo dentro de ti se rompe. Corrí con miedo. La alarma contra incendios se activó. En mi borrachera dejé la sartén en la estufa, con la estufa encendida. Pensé que moriría quemado y me dio miedo. Del fin del mundo… Ya ni lo recordaba.
17:45
Es muy desesperante estar esperando mientras se escucha el silencio del mundo. Si los celulares funcionaran, les hablaría a mis amigos para que se vinieran… Para hacer una fiesta. La fiesta. Y morir en la venida, y quizá en la avenida, de la conjunción de todos los tiempos.
Nota: no beber más ese Oporto de mierda, me ha dejado con un dolor de cabeza terrible. Y una sed que hasta me siento un dromedario hecho y derecho.
18:07
¡Tenía mucho que no me la jalaba! Creo que ya no me había dado cuenta de que hace años no besaba. Sigo sin besar. Si estuviera Magda en estos momentos conmigo, seguro le planto el beso y digo que me gusta, y quizá de paso tenemos sexo.
18:20
No cabe la menor duda, tampoco la mayor. No hacer nada hace que se pienses pendejadas.
18:30
Escucho voces en la calle. Algunos vecinos han permitido que los niños salgan a jugar. Me da alegría y envidia. Cuando el mundo muera no seré el primero en sentirlo.
18:55
Estoy desesperado, cansado, aburrido. Fui al cuarto por una chamarra porque quiero salir: sentir el aire, ver colores diferentes a los que hay en mi casa.
19:00
Me encontré al vecino. Nos miramos, ambos con una cara de sorpresa, ambos preguntándonos que hacíamos ahí, frente a frente. Seguramente en nuestros respectivos mundos posibles ni el ni yo sobreviviríamos a la catástofre y no estaríamos en nuestras respectivas puertas mirándonos las caras. Pero ahí estábamos.
19:38
El hijo de mi vecino llegó y preguntó a su papá si podía seguir jugando o tenía que ir a la cama. Mi vecino no sabía que contestar. Dijo, juega un rato más y luego suspiró.
19:45
La pelota me golpeó. Decidí mejor evitar tener accidentes fuera de la puerta de mi casa. Mejor me puse a caminar por el barrio, que dicho sea de paso siempre ha sido muy tranquilo.
20:30
Mi ceguera hizo que no viera a Romina, mi mejor amiga desde los estudios básicos. Por suerte Romina me vio. Ella preguntó si creía que el mundo fuere a terminar algún día, algún hoy. Vaya eufemismo disfrazado por dios sabe qué nombre. ¿Por qué no ir al grano? ¿Por qué no decir, ya no quiero morir, me resisto? Sólo logré contestarle que no, que el fin del mundo no había llegado, ni llegaría. Que desde el origen mismo había empezado su muerte. Lo que por cierto se puede decir de la siguiente manera: lo único eterno es el fin del mundo.
20:31
Después de la epifanía tomé el camino a mi casa. Estaba muy cansado. Encendí por incercia la televisión, y vi la estática reinando. Me quedé dormido.
Día más uno (después del fin del mundo)
10:00
Definitivamente este es el fin del mundo, y nos llega para la eternidad, para la constante espera, para el deseo velado de la muerte. Lo sé porque caminé al trabajo, ya todos mis compañeros estaban ahí. Sentados en su lugar habitual, esperando recibir órdenes.
11:00
Así empezó el fin del mundo…, con la consciencia de la monotonía.~
wow me encanto,es cierto la monotonia a veces uno muere con ella!