Yo, ¿intolerante?
«Me confieso un intolerante ante la carencia del sentido común». Por Moisés Martínez Ayala
«Me confieso un intolerante ante la carencia del sentido común». Por Moisés Martínez Ayala
Un texto por y para los raros, de Moisés Martínez Ayala/ Ilustración ‘She could be sweet’ de Juan Astianax.
«Este texto, que no es un manual,» le hará entender cómo de actuar. Un texto de Moisés Martínez Ayala.
«El pobre se encuentra con el rico y el rico con el pobre; el culto, con el ignorante… En el encuentro está la clave de la sociedad» para mantener un cuestionable equilibrio.
«Definitivamente, preguntar ‘¿quién soy’» es una pregunta que raya en la locura de estar al filo de uno mismo». Del teatro a la ilusión del yo, un texto de Moisés Martínez Ayala
«¿De qué están hechos los sueños? De una idea del hombre diferente. Dicho de otra manera: sabernos de otro modo en el mundo es la sustancia de la que están hechos los sueños.»
«No importa el grado de estudios que se tenga, la condición social, la creencia religiosa o la edad, porque quiérase o no muchos hemos sido formados bajo el esquema de Walt Disney dentro de sus series animadas o en sus películas. Es esta formación la que hace que todos seamos iguales»…
«Fracasar es más una forma de estar, de situarse en el mundo, donde se puede ver a Penélope tejer y destejer una y otra vez, no para inmutarse, sino para experimentar el cambio, el movimiento de algo que se está transformando.
En estos días donde las economías se desploman, donde la crisis es la vertiente del mundo, lo que estamos viendo es el movimiento mismo, el cambio de un estado a otro que lejano está de ser una mera idea mecánica, pues todo lo que busca automatizarse no fracasa, sólo tiene márgenes de error. ¡Quizá sería bueno empezar a humanizar los conceptos y la vida misma! ¡Quizá sería bueno romper con la idea de la producción y de la máquina para que el hombre dé con eso que se llama felicidad!»
Un texto de Moisés Martínez Ayala.
«Hay niveles, dicen algunos, en esto de utilizar el tiempo libre pues cuando se ama estar en el trabajo y vivir en él, entonces a la persona se le señala como un workaholic, un adicto al trabajo, una persona sin vida. La diferencia entre este ente y la persona que emplea su tiempo desde una actividad recreativa es que no está esclavizado. Uno emplea su tiempo libre para entretenerse, el otro hace de su tiempo libre un eslabón más de su actividad laboral, la cual depende de un tercero. Esclavo es uno, el otro amo»
El fin del mundo llegó, la catástrofe reina en el planeta. Pero, nadie muere, todos siguen ahí, en una realidad suspendida. Todos siguen esperando ¿qué? Nadie lo sabe.
Está es una falsa crónica del día después del fin del mundo. ¿Seguiríamos actuando y pensando con los valores morales actuales?
El autor hace un análisis sobre la figura deportista como héroe.