¿Y ahora?

Un texto de Noelle Maluly Múzquiz

 

ESTIMADA EDITORA,

TODO el mundo o la mayoría nos encontramos cómodamente en la posición de “a mí, no me va a pasar.” Vives al límite, sin poner atención a lo que realmente importa.

Tengo 30 años. Vivo con mis papás. Tengo un trabajo que no me gusta, dos perros que amo, un sueldo que no alcanza para una renta, estoy soltera y tengo 5 meses y medio de embarazo. Sobre esto último: me enteré hace dos semanas.

No entraré en detalles ni en lo específico sobre cómo fue que no me di cuenta porque es irrelevante. Lo importante es lo siguiente. Un día mi vida iba bien, agarrando rumbo (por fin), buscando otro trabajo, cursos para crecimiento laboral y profesional, viajes, un cumpleaños, fiesta…colores, olores y sabores y emociones. Abierta a nuevos amores – después de que creí que no podía más y mi corazón ya estaba muy roto…

…en fin. Tomando riendas de lo que quería, asimilando que haciendo lo que hiciera, no iba a llegar a donde quería estar, pero sin dejar mi vida pasada.

Y, al otro día…me tenía que cuidar. No fumar, no más tequila, no café, cuidar lo que como, tomar vitaminas; en otras palabras, cambié radicalmente lo que yo entendía por vida.

¿Cómo estoy?

Tengo miedo. Si antes no podía ni conmigo misma, es una locura tener a alguien más que dependa de mí. Pero está. Lo siento cada segundo y cuando se queda quieto me preocupo, así que no hay vuelta atrás.

Tengo miedo. El papá no se quiere hacer responsable. Él sigue su vida. Sin decirle a nadie porque “no le cae el veinte.” A mí me cayó el veinte porque no me queda de otra.
Estoy enojada. ¿Por qué él puede ocultarlo, ocultarnos, y vivir, así como si nada? Le pediría que creciera, y que respondiera, pero eso no me corresponde a mí. No tendría que pedirlo, y si es porque “así tiene que ser” o a la fuerza, entonces no me interesa. No quiero favores. Quiero un trato igual.

Tengo miedo de quedarme sola. Sola. Sin un compañero de vida. Este bebé llega a revolucionar todo, todo lo que yo entendía, pero ¿habrá alguien lo suficientemente valiente para quedarse en la nuestra? ¿Que lo llegue a ver, amar y tratar tanto como a un hijo propio, y dé su vida, su tiempo, como lo haría un buen padre? ¿Como debe de ser?

Hago lo posible por ser positiva, pero en vez de ver la vida como un vaso medio lleno o medio vacío, tiendo a verla como un vaso con agua adentro, sin más. No me aferro, por si no llega a pasar. Mi equipo es mi bebé, mi niño. Aun con miedo, me tengo yo. No necesito más, aunque haya quienes quieran que piense lo contrario.
No te digo que no hagas las cosas, E, no te digo que te va o no a pasar, pero sí puedo decirte que, hagas lo que hagas, ten tu vida en orden, por si algún día estás parada en mis huellas, no te dé tanto miedo el futuro, y tengas un poco más de control de la situación en todos sentidos.

Hasta pronto.

N.~