La última persecución
Un cuento de Gerardo Ugalde
YO TAMBIÉN QUIERO ser John, o Juan, para ser uno cualquiera, uno del montón. Un Fulano, Zutano o Mengano. Un Juan que no tenga que dar la cara, que no se sepa elegido, alguien… normal.
Aislarse, evadirse, esconderse en otro para, aunque solo sea unos momentos, olvidarnos de lo que debemos ser. O de lo que debemos hacer. Querer ser John Malkovich es querer ser otro, ni siquiera uno mismo. Poner pausa en lo que somos, parar. ¿Podemos hacerlo? No sé, pero queremos, sí.
¿Quién no ha querido ser como John Malkovich? ¿Quién no ha querido estar en la cabeza de John Malkovich? Yo creo que todos. ¿Y qué harías?, me preguntan. Lo dicho, parar. Porque cuando queremos poner pausa lo hacemos mal. No sabemos. No podemos.
Y tenemos un John que persigue alguien, que bien podría ser un Juan. Alguien más que sabe que nadie es nadie, y se lo dice a su amor. Hay un Fulano que explaya a través de un Chevy del 94. Un relojero que ni siquiera tiene nombre,… Unos cualquiera, unos del montón. Y no hay más. Una entrega pequeña porque, por razones de calidad, no merecía la pena extender. De lo bueno, poco. No hay más. No hace falta. Los Juanes, Johnes, Fulanos y Zutanos que aquí aparecen nos dejan evadirnos como si estuviéramos en la cabeza de Malkovich, al menos por un momento.~
Humberto Bedolla, editor de vozed, con la cabeza en otro lugar, en otra cabeza.