ESP-RUS: Epílogo: España cae a balón parado | Rusia 2018

Por Francisco Romero Herrero

El pasado domingo, España fue eliminada del Mundial a balón parado en uno de los partidos más aburridos de la historia del fútbol. Y no me refiero a que perdiera desde el punto de penalti -eso es lo de menos- sino a que el balón estuvo parado todo el tiempo. España dio más de 1.000 pases (¡más de 1.000 pases!) y no tuvo la sensación en ningún momento de estar dominando el partido. Enfrente, Rusia, de la que no tengo nada que decir. Ni bueno ni malo. Puedo aventurar que no saben atacar y que probablemente ni quieran (deberían ser presa fácil para los croatas), pero sinceramente no sé si saben defender. En serio. Sé que esperan juntitos a que el equipo contrario trate de penetrar en sus filas y que no se descolocan mucho, pero habrá que ver cómo reaccionan cuando alguien menee el árbol, aunque sea un poquito. Creo que las manzanas se van a caer por su propio peso.

El domingo nadie meneó el árbol. Yo creo que no se quiso. Alguien (¿Hierro?) decidió que los laterales no debían subir, no sea que nos contratacasen. Y ahí se quedaron, pegados a los extremos (¿o eran interiores?), pasándose el balón en corto, sin romper las líneas rusas ni una vez. En el centro, Busquets estuvo jugando a la peonza, clavado, sin moverse. Si miramos su zona de calor seguro que obtenemos un círculo perfecto en zona de nadie. Isco se paseó sobando la pelota en horizontal de un lado a otro como queriendo batir el récord de posesión individual de balón en un Mundial. Silva y Asensio ni acudieron. De la mano de Piqué ni hablamos. Y luego está lo de De Gea, que es algo paranormal. Entiendo que sorprenda que aplique este término a alguien que no para una, pero no sé ustedes, yo no hago más que ver repeticiones del penalti y no encuentro explicación. El balón le traspasa. No, no me vengan con historias, ese balón le atraviesa, sigue su camino sin oposición a pesar de que claramente va directo al pecho para embolsarlo. De Gea es un espectro, es Casper, es Patrick Swayze en Ghost. Parece que está pero no. Si quieren, pedimos el VAR para que vean que es cierto: https://www.youtube.com/watch?v=PB7fn7QUfsY

Visto lo visto, creo que la culpa no es ni de Lopetegui, ni de Rubiales, ni de Florentino, ni de Hierro, ni de los jugadores. La culpa es nuestra, de los españolitos. Nos cuesta abstraernos y mirar un poco por encima de nuestro ombligo; la objetividad nos da salpullido. Nos es difícil dar la razón al otro, salir de la trinchera, no tener siempre razón. Somos más de “te lo dije”, buscar culpables y hacer leña del árbol caído, que de profundizar en los errores para arreglar las cosas. Porque en ese camino, puede que reconozcamos que nos hemos equivocado, y eso no, que yo nunca me equivoco. Por eso, en España, la mitad madridista ya ha dictado sentencia: la culpa es de la mano de Piqué, de Iniesta y hasta de Guardiola. Mientras que los culés dicen que la culpa es de Florentino, de Lopetegui, de Hierro y de que la base de la selección es del Madrid. Y si no, la culpa es de Koke o de De Gea. El caso es encontrar culpables de lo que nos pasa, no sea que un día nos dé por hacernos autocrítica y a ver cómo se come eso.

En España importa más si el Madrid ficha a M’Bape o si Messi está triste que si España pasa a cuartos. Es normal. Las alegrías futboleras han venido siempre por los equipos y no por la selección (hasta 2008 seguíamos con el 12-1 a Malta como mito nacional). Y se desea la eliminación de Portugal o de Argentina, solo por la rivalidad Madrid-Barça. Así es difícil. Esa no es la lógica de este maravilloso mundial en el que los equipos van a muerte con lo que tienen, a veces solo por el orgullo de dar una alegría a sus aficionados aunque ya estén eliminados. Un Mundial que ha revivido el gusto por el fútbol de verdad, aquel en el que el dinero no lo es todo. Un Mundial más de equipos que de estrellas. Como debe ser. Como nunca debería haber dejado de ser. Pero España no trajo un equipo, porque no lo es aunque yo pensara que sí. Me pudo la ilusión al repasar uno a uno a los 23 escandalosamente buenos jugadores y creí que este Mundial se podía ganar simplemente con eso.

Prometo no volver a hacerlo. Prometo no volver a pensar que España no es una selección del montón. Prometo no volver a ilusionarme con el futuro y disfrutar del pasado. Y les recomiendo hacer lo mismo. Valoren nuestra estrella, la del escudo, la que dice que en 2010 ganamos el Mundial con un equipazo y que durante seis años marcamos el estilo futbolístico, porque muchas selecciones de las que están deslumbrando en el Mundial matarían por algo así. No lo olviden nunca.