Ese golpe se escuchó en todo el mundo

La voz de la narración. Durante estos días escuché a comentaristas peruanos, uruguayos, argentinos, ticos y mexicanos. Aún no encuentro alguna con la que empatice. Pienso que es una cuestión de la edad. En la cabeza tengo al “Mago Septién” y a Fernando Marcos, sus referencias al fútbol de los cincuenta, su cuidado al describir las jugadas debido a su desempeño en el radio. Ahora siento que los narradores observan un partido distinto, como si en la pantalla sucedieran jugadas fantasmas, proyecciones y fantasías donde solo hay fueras de lugar y largos saques de banda.

 


 

Hablo con Javier, uno de los compañeros de universidad de Andrea. Él durante estas semanas hace un documental sobre boxeo amateur. Me pregunta sobre qué es más difícil narrar: fútbol o boxeo. Le respondo que en mi cabeza algunas peleas y sobretodo algunos nocauts aparecen sin una voz. Por el contrario los goles siempre van unidos a la descripción del comentarista. “Barrilete cósmico”. Como no sé en realidad qué contestar, me salgo por la tangente y le digo que en realidad el verdadero reto es contar un partido de béisbol.

 


 

Submundo. En el primer capítulo de esa novela Don DeLillo muestra la complejidad de narrar un solo instante. Señala los matices de las visiones de diversos personajes. Los famosos que están cerca del diamante. Los desempleados y estudiantes en el solar a la espera de un jonrón. Los policías, los vendedores de hotdogs, los espías. Sobre ellos la voz del comentarista radial. Ese que tiene destruida la garganta. Ese que hace miles de aficionados a distancias casi imposibles puedan imaginarse el partido. Ese que en el momento en que el partido está decidido dice: “Ese golpe se escuchó en todo el mundo.”

 


 

La soberbia de los capitalinos. En su narración histórica los antecedentes primordiales para la transición democrática del país son la matanza de estudiantes en Tlatelolco, el movimiento ciudadano posterior al sismo de 1985. Lo que ocurre en la capital como definición de los movimientos, retrocesos y avances de un territorio de un millón de kilómetros cuadrados. En 1991, a mis once años en San Luis Potosí, yo viví junto a mi familia unas elecciones donde el ejército reprimió a los ciudadanos durante un fin de semana. Lo soldados el día de la elección vigilaban el voto y al terminar la jornada quemaron, perdieron, falsificaron las boletas y las actas. El contendiente opositor, el Dr. Nava declaró inválido el proceso. El PRI y el gobernador dieron como victorioso a su candidato. Ocurrió la investidura gubernamental. El Dr. Nava y el movimiento civil que lideraba señalaron el fraude y anunciaron una marcha que recorrería seis estados de México. El Gobierno Federal debido a la presión social consideró nula la elección. Lo que no había ocurrido durante el fraude presidencial de 1988 fue posible en la provincia. La narración única, sin grietas que desearían los poderosos fuera la Historia, no existe. El centro no es ni de cerca el punto más importante en un país donde cada 20 kilómetros hay un margen.

 


 

La narración cambiante. Antes del partido contra Alemania para muchos de nosotros este sería el peor mundial de México. Yo creía que “La Sietecero” perdería por un margen de cuatro goles su primer encuentro. Después de la victoria contra los germanos muchos creen que las semifinales están cerca. Recordemos a Landon Donovan eliminándonos en octavos, cuando también el podio se veía accesible.