80P1VM/34: Buscando tortugas en Gili Air
#post_80P1VM/34 de 80 en 1 vuelta al mundo, de Humberto Bedolla
¿VAMOS A VER tortugas, no?, preguntó Arancha. Espero que sí. No sé como llegamos a la conclusión de que la felicidad residía en ver tortugas haciendo snorkel, pero nos empeñamos en alcanzarla.
Nos fuimos desde Ubud, en el centro de Bali hasta un complejo de tres pequeñas, pequeñísimas islas llamadas Gili, entre Bali y Lombok. Llegamos después de un viaje en camioneta y un ferry rápido cuyo precio negociamos durante dos días y que, finalmente, logramos a buen precio.
Al llegar a Gili Air, la isla intermedia, en cuanto a desmadre y cantidad de turistas —Gili T muchos turistas y mucho desmadre y Gili Meno nada de nada— compramos dos máscaras de buceo, de profesional. Luego preguntamos a los locales cuál era el lugar para ver a las tortugas. Nos señaló el agua, y una línea entre una zona de color turquesa y otra azul océano. Ahí está el borde del talud, ahí están, comiendo, dijo. También pasan muchas lanchas, dije señalando varias embarcaciones que pasaban muy cerca de la gente que estaba nadando, ¿respetan a los que nadan? Sí, contestó sin poner mucha atención a mi preocupación. Inspiramos profundamente y nos lanzamos. Solo traje de baño, gafas y tubo. Cuidado con los erizos en esta primer zona baja, gritó alguien a nuestras espaldas. Y con las corrientes. El agua era cristalina. Vimos una, dos, muchas estrellas de mar. Y las vimos, tranquilas, pasteando algas. Moviéndose con agilidad frente a nuestros esfuerzos por no salir despedidos mar adentro por la corriente. De vez en cuando levantaba la vista y veía que nos alejábamos del lugar de entrada y nos acercábamos a la zona de transito de las embarcaciones. Qué bonito, ¿la viste?, gritó Arancha entre las olas. Sí, está fuerte el oleaje, ¿qué hacemos? Déjate llevar, contesté. Saldremos del otro lado de la isla, dije también gritando. Ok. Pero mira si hay más tortugas. Vimos dos más.
Salimos del otro lado de la isla. Cansados, felices. Mientras volvíamos caminando vimos un café. Paramos. Pedí uno doble. A ver si lo amargo me quita la sonrisa tonta que tengo. Llevo 3 cafés, la mueca no se va.~
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