Lengua extranjera
Los ojos oscuros de Carlos Vela. Interrogo a mi padre. “Tiene la mirada perdida”. No como los cobradores de los penales en el 94. Hay un ligera duda en los ojos oscuros de Vela que segundos después desaparece.
Lugar común. Es casi imposible que Alemania pierda. Una de las excepciones fue contra los búlgaros en los cuartos de final de Estados Unidos. El segundo gol, el cabezazo de Yordan Letchkov, una de las jugadas más hermosas que he visto. Los búlgaros en una semifinal. Su potencia y alegría nos hacía llamarlos gitanos. Letchkov al terminar su carrera deportiva entró a la política. Fue alcalde de su ciudad, después condenado a prisión por abuso de poder.
Werner Herzog camina más de mil kilómetros. Berlín – París. La maestra de su juventud, Lotte Eisner está enferma. Herzog al enterarse, decide emprender la marcha. Ese ritual mantendrá con aliento a Eisner. Un sacrificio, el agotamiento del cuerpo de Herzog hace posible la sobrevivencia de Lotte. Otras lógicas. Un barco de vapor atraviesa el Amazonas.
Manuel Negrete. Jugador de la Universidad Nacional. Un solo gol memorable hace 32 años. Actualmente es candidato para la alcaldía de Coyoacán, Ciudad de México. Hace unos años con Los KFGC fantaseábamos escribir una novela. Un proyecto Wu Ming. Habría exiliados, campos de concentración en el Caribe, un remix de la escena final de Corazón valiente, en tres páginas las historias de aprendizaje de los héroes de Marvel. Cerca del clímax, Manuel Negrete narraría cómo se convirtió en el presidente vitalicio del país. Durante el debate para legalizar la reelección uno de los opositores cuestiona su trayectoria y mérito. Negrete responde estoico y elegante: ” Señor senador sus argumentos son válidos. Le soy sincero a usted y al pueblo de México. No me cuento entre los próceres de la nación pero ahhhhhh qué pinche golazo.” En las pantallas del Senado de la República se proyecta la chilena de Negrete. Los legisladores, el personal de limpieza y de seguridad, los asistentes, los cocineros, los periodistas se levantan, gritan y se conmueven con el gol desde fuera del área. La democracia es la evolución melodramática de las telenovelas.
Rosario, Argentina. En los transformadores eléctricos un letrero: “Cuidado. Hay tensión.”
La sorpresa de un texto que regresa y no se entiende. Gambarotta. Pseudo.
En calle Padilla
unos chinos vestidos de pachucos
se reparten nombres: vos Zhang Cuo
te llamás Francisco, vos Xin Di
te llamás Diego, vos Gong Xi: pacino;
y yo Bei Dao me llamo Pseudo.
En los balcones
las viejas preocupadas
del qué dirán
escuchan éxitos de Serú Girán.
Después, discuten
porque todos quieren llamarse Diego
y le dicen a Bei Dao
que Pseudo no es un nombre.
Relaciones difíciles. Lezama Lima y el recuerdo de Daniel Sada. Maestros. Al llegar a La Habana el primer lugar que visité fue Trocadero 162. Curso Délfico. Sada cuenta las llamadas telefónicas con Bolaño durante la madrugada. Lezama se atasca en las butacas de cine mientras los mariguanos juegan en el frontón. Hay tensión.
Nuevos maestros. Durante algunos días viajé con Sergio Raimondi. La primera noche recitó la alineación del Real de San Luis, narró parte de su experiencia en “Los Mateístas”, la gran anécdota de Montalbetti con Ginsberg. Existe una fotografía donde Sergio lee un texto de de Poesía civil a unos metros yo saludo a la cámara como Miss Simpatía. Nuestra sorpresa al vender nuestros libros por 10 euros.
¿O sea que Rusia muestra al mundo el futuro
y Ud. se dedica a estudiar obras barrocas
del siglo diecisiete que nadie sino Ud. mismo
tiene la parsimonia suficiente para leer?
Sorrentino al recibir un premio agradeció a Scorsese, Talking Heads, Fellini y Maradona.
Diego patea una pelota de tenis durante minutos: la belleza del universo. Juventud.
Carlos “El Pibe” Valderrama: una revista de poesía.
Erwin “El Platini” Sánchez y Marco “El Diablo” Etceverri: referencias obligatorias cuando hablo con un boliviano.
Lectura rápida. Luego de los cinco goles en el Monumental de Buenos Aires, los pronósticos situaban a Colombia como semifinalista en U.S.A 94. Durante el primer partido Hagi metió un gol bellísimo a una distancia de 40 metros de la portería y Rumania los venció 3 a 1.
En el segundo encuentro los anfitriones, los eliminaron del torneo. El autogol del defensor Andrés Escobar le costó la vida. Apuestas, sicarios, impunidad.
Lectura rápida. El autogol del polaco Thiago Cionek es casi idéntico al de Escobar. Esperemos no existan consecuencias parecidas.
Envío el prólogo del libro de poesía del colombiano Javier Moro. Lectura rápida. Escribir algunas cuartillas en poco tiempo sobre el trabajo que le tomó a otra persona varios años. Detenerse en algunas palabras y observarlas. Cambiar el orden de los textos y averiguar qué sucede. Intentar descubrir la estructura, los mecanismos de los versos. Saber que algo falta, que esa lectura rápida no es suficiente.
Tzrianda y yo jugamos como porteros en cuatro partidos. La regla es no soltarse de las manos. Solo encajamos un gol y eso en la final. Recibimos un trofeo de plástico y felicitaciones. Cada uno hizo tres atajadas pero las de ellas fueron en la línea y en los minutos finales. Pienso en aquella frase del belga Jean Marie Pfaff: “Todos los goles que me anotaron eran imparables.”
En el transporte una muchacha narra su vida familiar. En una casa de dos pisos viven 48 personas. Anécdotas donde un grupo de primos se fracturan, se abollan el cráneo. Recuerdo esas líneas de Pound:
¡Oh, qué asqueroso resulta
ver tres generaciones reunidas bajo un mismo techo!
Un viejo árbol con retoños
y algunas ramas podridas cayendo.
Salgan y desafíen las opiniones,
vayan contra ese cautiverio vegetal de la sangre.
Vayan contra todas las clases de manos muertas.
Me cruzo con unos tíos en la calle y no nos saludamos. Un amigo me muestra algunas fotografías y me asegura que una de las mujeres que aparecen es mi prima. No la reconozco. Él pronuncia los apellidos. Coinciden pero eso en una ciudad de 25 millones de personas no es ninguna garantía.
La teoría sueca del amor. En las ciudades nórdicas una persona puede pasar más de un año muerta sin que nadie lo note. Las personas no tienen interacciones sociales: las compras, los pagos, el trabajo se hacen desde la computadora. No hay amistad, ni amoríos, las relaciones familiares se pierden desde la adolescencia. Algunos suecos radicales se congregan en los bosques para hablar y tocarse, unos verdaderos desestabilizadores sociales.
Adieu au langage. En el primer acto Godard muestra y oculta escenas de guerra. El siglo XX como un hilo de muertos y tecnologías para hacer más efectivo el genocidio. En Europa los conflictos comenzaron con el asesinato de un archiduque y terminaron con los Balcanes. Un país que era siete países. Lo que Godard expresa al fragmentar el discurso. El ritmo que logra al trozar información. Adiós a Croacia. Tardé cuatro años en escribir los materiales del libro. No encontraba la estructura hasta que vi esa pieza de Godard y comprendí que había que buscar nuevas formas en los escombros. Coicidencias. El editor del libro, Patricio Grinberg, tiene raíces balcánicas. La familia salió de su tierra por la invasión nazi. Cuando cruzaban Polonia un grupo de soldados alemanes los detuvieron. Apartaron al niño más pequeño. Asesinaron a los mayores. Ese huérfano es el abuelo de Grinberg que llegó después a la Argentina.
el joven carece de manos
a cualquier pregunta responde
sí
sopa tibia
sí
milicianos serbios en la línea del frente
atrás pero infinitas
las sombras de los cables eléctricos
la casa donde vivieron
seis niños con el nombre de adam
al frente la grava sucia de sangre
desde la trinchera
sacos de harina
un joven dispara desde hace horas
Luis Eduardo García escribió hace un tiempo que si hubiera mundiales de poesía Perú y Chile serían los países con más títulos durante los siglos XX y XXI. México soñaría con el quinto partido pero sus autores son malos y engreídos. La crítica y los creadores opinan que estamos frente a la mejor generación de la historia, una de las antologías más recientes se titula “La edad de oro”. En los torneos ganamos uno, empatamos otro y perdemos dos. Mediocridad. La mejor jugadora del mundo es canadiense, en su ficha bibliográfica solo resalta: “Estudia griego”.