El mes del Fútbol (mundial Alemania 2006)

Bienvenidos al mes del Mundial de Fútbol.

Bienvenidos los que cada cuatro años vuelven a ver fútbol y a alentar a la selección de su país.

Bienvenidos los que han esperado cuatro años para verlo y ya se han agendado el de Sudáfrica 2010.

Bienvenidos los que reaprenderán, con un esfuerzo envidiable, de qué se trata la “posición adelantada” y llegarán a gritar a voz en cuello: “orsay” en la final.

Bienvenidos los que explicarán que sí, que estaba adelantado, pero que la culpa no es suya, sino de aquel que demoró un segundo vital en darle el pase.

Bienvenidos los que ya saben de Beckham, Zidane y Ronaldinho.
Bienvenidos los que ya saben de Landzaat, el Tin Delgado o Takahara.

Bienvenidos los que se acuerdan de los goles de Maradona y de donde festejaron los Mundiales ganados.

Bienvenidos los que no olvidarán las atajadas de Arconada y se emocionan al recordar el apellido de Augentahler.

Bienvenidos los que se alegrarán por esquivar la rutina diaria para reunirse con los compañeros frente a la tele.

Bienvenidos los que sufrirán insospechadamente por tener que perderse un Francia-Suiza a causa de una salida social.

Bienvenidos.

Disfrutarán de un colorido espectáculo con aficionados de todos los rincones del planeta. Ya se ha visto durante las Eliminatorias europeas la capacidad de movilización de los hinchas. No caben dudas de que las calles alemanas subirán el listón que ya quedó bien alto durante el Mundial de Francia 1998.

El fútbol, el que se verá dentro del campo, nos preocupa un poco más. En Italia 1990 la calidad del juego y la falta de goles obligó a la FIFA a cambiar algunas reglas del juego para conseguir una mejora. Esa mejora en el ritmo de juego y en el promedio de goles se ha ido agotando Mundial tras Mundial.

En aquel Mundial de Italia, la Argentina fue subcampeona con un juego paupérrimo, marcando 5 goles en todo el Campeonato. Hace cuatro años, en Corea/Japón 2002, Alemania también ocupó el segundo puesto sin dejarnos nada en la retina. Del segundo para abajo, ni hablar.

Entonces, hubo otra cuestión decisiva para el bajo nivel del torneo. Los grandes quedaron eliminados en las primeras rondas y solo pudimos disfrutar de dos grandes partidos: el

Brasil-Inglaterra y la final; amén del Inglaterra-Argentina de la primera fase.

Esta vez esperemos que sea distinto. Aunque la paridad deportiva, igualdad hacia abajo, nos hace temer que se repitan un torbellino de sorpresas. Si no las hay, los cruces de Cuartos de Final se presentarán fascinantes.

Los árbitros no solo tendrán ésta responsabilidad, sino fundamentalmente la de cuidar a los habilidosos, a los que le pueden dar brillo al juego, de los que cada vez hay menos. Ronaldinho llega con todas las miradas apuntando a su magia, una garantía de belleza; Messi es la irreverencia de la juventud, el de la gambeta inesperada, hacia atrás; Henry la calidad en velocidad, el secreto del fútbol actual; la revelación, como siempre, la buscamos en África, el Okocha o Diouf de este Mundial pueden ser: Amoah, Dundane o Adebayor.

No nos apresuremos, tengamos paciencia, el 9 de Junio Alemania inaugurará su Mundial y frente a los televisores de todo el Mundo nos juntaremos a gritar por los nuestros y por el fútbol.

Que gane el mejor.

Andrés Margolles. Madrid, Junio 2006