AUS-PER: Adiós al fantasma | Rusia 2018

Por Rolando Mendoza

¡Goool peruano! 36 años después vuelve a sonar ese grito desgarrador en las gargantas de 30 millones de peruanos, esta vez en un mundial y consiguiendo un triunfo sin ninguna objeción. Perú fue superior a Australia que solamente pudo llegar al área con empuje pero con poca claridad.

Nuevamente el juego peruano de control hizo suyo el partido. El equipo jugó bien, no al nivel de sus dos encuentros previos, pero bastó para ser superior. La sensación que queda es agridulce, las lágrimas de Cueva al final del encuentro, siendo consolado por todos sus compañeros, es el resumen de ese sentimiento. La selección se despide sin ser menos que ningún rival de su grupo, la derrota contra Dinamarca fue injusta, el penal fallado pudo cambiarlo todo; contra Francia se pudo hacer más y los galos nunca fueron superiores, solo un error en defensa con un rebote sentenció el partido, pero contra Australia, libres de la presión y solo con la mente puesta en dar una alegría a todo el país, consiguieron un triunfo en un mundial más de 4 décadas después.

El primer gol llega de un remate perfecto de Carrillo después de un centro preciso de Guerrero, remate en primera y premio a Carrillo que jugó un gran mundial. El segundo gol fue a cargo de Guerrero, clásico gol de centro delantero, pase de Trauco y en el área remata sobre la marca de Milligan. Después del gol, Perú se hizo cargo del partido, sin la necesidad de buscar más goles y Australia intentando a base de centros pero sin la calidad necesaria para causar peligro. Partido sentenciado mientras que, en el otro encuentro del grupo, los franceses y daneses hacían tal vez el partido más aburrido del mundial, ambos sin ninguna necesidad de buscar el resultado ya que con la victoria peruana, la clasificación danesa no corría peligro, por momentos se escucharon algunos pitos del público que no veían ninguna acción de peligro.

Al final del encuentro, la despedida de la afición y los jugadores fue muy emotiva. Los jugadores se consolaban unos a otros, tal vez lamentándose por la mala suerte que tuvieron en algunas jugadas, la misma mala suerte que nos apartó en las eliminatorias para los mundiales de México 86 y de Francia 98, porque 36 años son muchos para una un país futbolero, pero en la tribuna todos los peruanos presentes festejaban y daban por satisfactoria la participación del equipo peruano. Satisfacción que también comparto, porque he podido ver nuestros colores en un mundial, porque al fin cayó ese mantra de que nunca más volveríamos a un mundial, porque es una selección joven que aún tiene mucho camino por delante, porque con gente calificada a cargo del equipo se consiguen los objetivos, porque los jugadores han sumado a sus cualidades deportivas un espíritu combativo que nunca pude ver en selecciones pasadas.

El mundial ha terminado para Perú, lo que el futuro le depare para este grupo de jugadores es ilusionante, queda por delante dos partidos amistosos ante Holanda y Alemania, pero la prueba de fuego sin duda será la Copa América del 2019, donde, espero, lleguemos bien motivados y con la ilusión de hacer un gran torneo continental. Por fin puedo dejar de rebuscar en mi mente cada vez que me preguntaban por Perú en un mundial, aquel recuerdo precoz, borroso, deformado y casi fantasmal del España 82, por fin mis ojos han visto por primera vez un triunfo peruano en un mundial, por fin he podido gozar, emocionarme y sentirme orgulloso de mi selección, que sensación tan rara, nos vamos pero nunca debimos irnos tan pronto.