Mirada porteña: La pelota y yo
No recuerdo mi primera pelota, recuerdo varias, de papel, de trapo, de cuero, chapitas, lo importante era la pelota, algo que patear, y si rodaba mejor. El sueño era tener siempre la pelota. El que la tenía, al que no se la quitaba nadie, ese era Maradona, y lo expresaba a voz en cuello.
Ahora la pelota la tiene Messi, no hay quien se la saque, va para allá, va para acá, él con su pelotita en el pie. De repente la presta, pero corre, la pide, quiere que se la devuelvan. Tal vez no sea gol, pero él es Maradona, a él nadie se la quita.
Esta noche en Frankfurt nos dejó a todos con una sonrisa en la boca, siguiéndolo, divirtiéndonos con él, sin importarnos el resultado del partido. Lo vimos al pobre Ooijer hacer el ridículo por tratar de quitársela, como y por donde lo pasaron no lo sabrá nunca aunque vea la repetición mil veces.
Me dicen que no ganamos, qué raro. Entonces me viene a la mente aquella anécdota de Lalín, un delantero de Independiente de los años 30. Jugaban contra Tigre y él gambeteaba y gambeteaba, era el mejor, pero el partido seguía 0 a 0. En el entretiempo Seoane le dijo que entre gambeta y gambeta la metiera al medio que él entraba como un tren, dicho y hecho, pase y gol de Seoane, y éste lo va a abrazar a Lalín al grito de “Viste, viste?” pero el delantero rojo le respondió: “Sí, fue gol, pero yo así no me divierto”.
Frankfurt, 21-06-2006
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