El castillo de If: La revolución, si viene, vendrá de las palabras
Un texto de Édgar Adrián Mora
De hecho, contaba Paty, había una guerra entre la Universidad Invisible y Las Hormigas. Las Hormigas eran todos aquellos que defendían la realidad oficial: las transnacionales, los medios de comunicación, los gobiernos. Los miembros de la Universidad Invisible eran científicos, intelectuales, artistas… José Carlos Becerra era uno de ellos, también Efraín Huerta. Pero sólo Becerra era un agente, igual que Julio Cortázar. Ya sabes, tenía un nombre secreto y conocía códigos para usar en situaciones especiales. Lo de Brindisi no fue un accidente. Becerra murió en medio de una misión secreta. Fue asesinado. ¿Entiendes? Fueron Las Hormigas.
«La Universidad Invisible»
LA IMAGINACINACIÓN ES una de las cualidades humanas más preciadas. Implica la posibilidad de modificar las referencias de aquello que denominamos «realidad» en otras «realidades» que surgen sin límites claros. Imaginar nos permite reconstruir el mundo. Repensar la manera en cómo nos concebimos en diversos planos: individualmente o de manera colectiva. Incluso como especie. Es también una manera, desde la escritura, de reafirmar el poder configurador que tiene el lenguaje para reinterpretar las cosas. Las palabras como las arquitectas de lo que existe.
Ese ejercicio de imaginación es el que Rodolfo JM (Ciudad de México, 1973) realiza en su más reciente libro Versos de una hora (Paraíso Perdido, 2017). Es evidente que nos encontramos ante un libro misceláneo, un volumen que no fue pensado como tal, sino que responde a la lógica de reunir historias dispersas para dar forma a este compilado.
Son varios los mecanismos, tratamientos y referencias que se pueden identificar en el volumen. Por un lado la autorreferencialidad. El libro Versos de una hora aparece como parte del cuento homónimo y de «La Universidad Invisible», en ese sentido genera un efecto de reflejo hacia sí mismo que otorga un marco de interpretación a algunos de los textos incluidos. En ambos textos priva la idea de que la palabra, la poesía, puede desatar la revolución o la resistencia, según sea el caso. Guiños al Bradbury de Farenheit 451, cuando el volumen arde hasta consumirse y, en alegoría, también las posibilidades revolucionarias que podría animar.
«Presente imperfecto» es un cuento ciberpunk que plantea la existencia de realidades alternas mediadas por la inmersión en mundos tecnológicos. Una Matrix en donde aparecen personajes como Frida Kahlo (o una versión de ésta), Lolita (o una versión de ésta) y políticos revolucionarios como Francisco Villa y Emiliano Zapata (las versiones de estos). La construcción de un mundo que alude a una permanente y continua inestabilidad, tanto en la versión artificial como en la de Mundo Real. En «El astronauta» nos asomamos a una aparición inexplicable de un astronauta, David Bowman, que pone de cabeza al mundo que se narra, un mundo en donde Stephen (una versión alternativa de Stephen Hawking) resulta en un profesor víctima de bullying por parte de sus hiperviolentos estudiantes. La sombra de Kubrick se proyecta de manera nítida en este texto.
En «Demonzilla» acudimos a una versión de Godzilla que se convierte en un proyecto gubernamental destinado a prevenir el fin del mundo, o algo parecido, desde la isla de Patmos; monstruos radiactivos japoneses más literatura bíblica. A eso se añaden las consecuencias que tiene en la adaptación humana la llegada de ese fin del mundo alternativo. «Conejos», «Aracnofilias» y «El problema con los palpígrados» recuperan el espíritu cortazariano de algunos textos como Historias de cronopios y de famas, es acá el lenguaje el creador de los mundos que se van configurando conforme son enunciados. Son textos cortos, justo en medio del volumen, que desentonan con respecto de los demás.
«Paciente cero» aborda el extraño caso de un hombre amante de las drogas y las experiencias psicodélicas que se convierte en el primer infectado de una epidemia que igual podría tener orígenes extraterrestres que demoníacos o, incluso, de seres provenientes de los territorios del sueño. Por su parte, «Una mañana de diciembre» presenta a Rex Porneau, una estrella del universo pornográfico, que dará vida a la orgía del fin del mundo, eso, si las profecías mayas y su alcoholismo se lo permiten. «Debut» le da sentido a una fantasía adolescente: la posibilidad de triunfar con una banda de rock, a pesar de habitar el inminente fin de los tiempos.
El texto que más me llamó la atención fue «Fetus in fetus», una narración que mezcla la fantasía con la ciencia ficción y en el cual la frase «pensar con el pito (pene)» adquiere otras dimensiones. El cuento narra la historia de Tulio, un hombre que lleva en el glande el cerebro de su hermano siamés no desarrollado ni nacido y que «obliga» a su huésped a un comportamiento errático. También concibe a la escritura como una cura contra la locura: «Tulio no tardó en encontrar una actividad sustituta a la masturbación: la escritura. Escribía desde el amanecer hasta entrada la noche. Era una forma también de combatir las visiones que le provocaba Vladimir [el cerebro-pene] que, acostumbrado a la estimulación y ahora falto de ella, manifestaba su descontento con pesadillas y visiones. Tulio vivía con miedo de salir a la calle, comía muy poco, apenas bebía agua. Su cabello creció en forma desordenada y sus carnes revelaron con nitidez la frágil estructura ósea bajo ellas. La escritura alejaba las visiones, pero en cuanto dejaba de escribir, estas regresaban. Era mejor no dejar de hacerlo, bajo ninguna circunstancia».
En «La Universidad Invisible» nos asomamos a una conspiración en donde la literatura, la política y la actividad creativa se mezclan para mostrarnos una trama en donde las sociedades secretas tienen el poder de modificar el mundo real. Esa es una de las tensiones que prevalecen en varios de los textos, el contraste entre lo real y lo imaginado. Finalmente, «Un astronauta, perdido, solo…» utiliza la imagen del astronauta perdido en el espacio para construir la alegoría del hombre contemporáneo y su constante descolocación del mundo.
Versos de una hora aboga por la capacidad subversiva de las palabras y sus posibilidades configuradoras del mundo, de ese mundo que habita las páginas impresas y la imaginación. Es también un conjunto de relatos que navega entre la ciencia ficción, la fantasía y la resignificación de personajes y escenarios que concebimos como parte de la cultura pop o que se mueven en las fronteras de ésta. Si no les importa que no exista un plan unificador del volumen, sino que asumen la dispersión como parte fundamental de la propuesta, es un libro que provee una lectura que conduce, también, a reflexiones dispersas.~
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