2º promt. Debe tener problemas con su jefe y no se convierte en consultor de vida sino en aventurero
Edición: Actualizamos el promt tratando de refinar el conflicto, que afecta al nudo de la historia.
Prompt a Chat GPT: Debe tener problemas con su jefe y no se convierte en consultor de vida sino en aventurero.
Respuesta:
“Había una vez un hombre llamado Martín, un apasionado consultor informático. Durante años, había dedicado su vida a resolver problemas de código, optimizar sistemas y diseñar soluciones tecnológicas para empresas. Pero en lo más profundo de su corazón, anidaba un sueño diferente.
Martín anhelaba la libertad, la aventura y la posibilidad de explorar el mundo. Cada vez que miraba por la ventana de su oficina, veía las nubes flotando en el cielo y se preguntaba qué secretos escondían más allá del horizonte.
Un día, mientras revisaba una base de datos, Martín tuvo una epifanía. Se dio cuenta de que su vida estaba atrapada en líneas de código y reuniones interminables. El estrés y la rutina habían sofocado su espíritu viajero. Decidió que era hora de cambiar su destino.
Martín se encontraba en una encrucijada. Su jefe, el temido Sr. Rodríguez, era un hombre de carácter fuerte y exigente. Las largas jornadas de trabajo y las presiones constantes habían agotado la pasión de Martín por la informática. Un día, tras una discusión acalorada con el Sr. Rodríguez, Martín tomó una decisión radical.
Sin pensarlo demasiado, renunció a su trabajo como consultor. Vendió su apartamento, donó la mayoría de sus posesiones y compró un billete de avión con destino desconocido. Martín se convirtió en un nómada digital, un hombre que llevaba su oficina en la mochila y su pasión por viajar en el corazón.
Recorrió montañas, playas, selvas y desiertos. Conoció personas de todas las culturas y colores. Aprendió a comunicarse en varios idiomas y a adaptarse a situaciones imprevistas. Su laptop se convirtió en su compañera fiel, y cada café con Wi-Fi era una oportunidad para trabajar y financiar su siguiente aventura.
En una playa de Tailandia, Martín conoció a Elena, una viajera empedernida con ojos brillantes y pies descalzos. Juntos exploraron templos antiguos, compartieron historias alrededor de fogatas y se enamoraron bajo la luna llena. Elena también había dejado su vida anterior para vivir viajando, y juntos crearon un mundo donde el tiempo no existía y las fronteras se desvanecían.
Martín ya no extrañaba las reuniones de negocios ni los informes de proyectos. Su oficina ahora era una hamaca en una isla paradisíaca o un café en una ciudad desconocida. Había descubierto que la verdadera riqueza no estaba en el saldo de su cuenta bancaria, sino en las experiencias vividas y las sonrisas compartidas.
Y así, Martín se convirtió en un aventurero, un hombre que seguía el viento y las estrellas. Su lema era simple: “No midas tu éxito por el dinero que ganas, sino por las memorias que creas”.
Y así termina nuestro cuento, con Martín y Elena navegando hacia el horizonte, sin mapas ni planes, solo con el viento como guía y el amor como combustible. Porque a veces, dejarlo todo atrás es la única forma de encontrar lo que realmente importa.”
Imagen hecha con Copilot, mismo promt.∼
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