La aventura espacial vs la desventura militar


 

Con este segundo artículo sobre la reconversión militar, pretendo dar ejemplos reales de cómo beneficiaría dicho cambio a nuestro mundo, sin causar graves perjuicios.

En el primer artículo hablaba de los efectos colaterales positivos que una reconversión paulatina tendría como motor para reducir los conflictos mundiales, sin la presión de la industria para vender armas, y de los gobiernos para emplear el armamento comprado.

Con cifras, quiero demostrar que las cantidades que se manejan son suficientes para emprender un cambio paulatino, gradual, que vaya tomando impulso y que genere sinergias y economías de escala hasta que los beneficios sean tangibles y elevados.

El gasto militar mundial ascendió en 2006 a 1.204.000 millones de dólares, superando esta cifra en el año corriente (aún no sabemos cuánto, claro, pero sí que los presupuestos militares se están disparando). Por ejemplo, China lo ha aumentado un 17,8% hasta más de 37.000 millones de euros (casi 50.000 millones de dólares). Estados Unidos, por supuesto, está a la cabeza del gasto militar, con uno 528.000 millones de dólares (casi la mitad del total).

Todo ello sin contar otros gastos como la seguridad interior, la policía, bomberos, etc. Gastos muchas veces derivados de situaciones que podrían evitarse en parte con inversiones en mecanismos de seguridad, educación, etc.

Por otro lado, el mundo está experimentando un creciente interés por la exploración mundial (con China, Brasil y la India como puntas de lanza de esta nueva generación de potencias espaciales). Sin embargo, este interés no se ve reflejado en los presupuestos de los estados más que de palabra.

La misión a la Luna se retrasará muchos meses porque EE.UU está embarcado en guerras que les han obligado a retirar parte del presupuesto de la NASA. Sin embargo, con la mitad de lo que el estado español vende en armas al resto del mundo se podría solventar esa falta de presupuesto.

El coste de la exploración espacial es elevado, sin duda, y éste cuenta con detractores. Por ejemplo, la ISS costará entorno a 100.000 millones de dólares, superando seguramente esa cifra en un 50% [1]. El coste del LHC también es astronómico, y es un proyecto no carente de riesgos.

La mayoría de la gente es partidaria, de palabra, de reducir el gasto en armamento, y destinarlo a otras áreas. Sin embargo, los costes sociales de tal reestructuración alteraría gravemente la industria de los países desarrollados, por lo que poderosos lobbies se alzarían para impedir que el dinero del armamento se destine, por ejemplo, a la medicina, ayuda al tercer mundo, educación, etc. Por ello es interesante estudiar la alternativa de la industria aeroespacial al complejo militar-industrial.

Utilizar el gasto público y privado de 1,25 billones de dólares en reconvertir de forma paulatina la industria militar en industria aeroespacial, tendría un impacto mucho menor en la estructura del empleo, del reparto de la riqueza y del status quo que eliminar dicho gasto de un plumazo.

Por pura lógica bastaría decir que, incluso si la exploración espacial no aportase nada bueno (cosa que es totalmente errónea) siempre sería mejor que invertir esas cantidades de dinero [en la industria aeroespacial] que en armas que al final terminarían destruyéndose o usándose.

Pero debemos profundizar en el estudio de los outputs (beneficios sociales) que obtendríamos de un mayor aumento de la presencia espacial en nuestras industrias.

Energía barata y limpia, nuevas tecnologías impensables hoy día, turismo, incluso nuevos territorios ricos en minerales y materias primas como no se han visto aquí en siglos. Existen así mismo muchas áreas que se verían afectadas, no sólo la industria pura. Los servicios militares se podrían reconvertir, la industria energética obtendría del espacio las materias primas limpias que hoy en día les faltan, eliminando la presión social sobre sus negocios, etc.

Incluso hay quien dice que utilizar energía nuclear para llegar a la Luna (y más allá) ahorraría costes del orden de miles de millones de dólares [2]. ¿Soy el único que ve las posibilidades para transformar nuestra industria nuclear en aeroespacial también?

En resumen, esta reconversión es un paso factible si es apoyado desde la industria y los gobiernos que, cada día más, ven agotado el sistema económico que hasta ahora les sustentaba, debido a la creciente presión social.

Una alternativa que tenemos a mano, y que sencillamente, depende de nosotros afrontar. La alternativa es permitir que países más rápidos y veloces lo hagan antes, y obtengan las inmensas riquezas que nos aguardan en el espacio (superiores en varios órdenes de escala al petróleo, el gas natural y las guerras).

Todo ellos, hablando de bienes tangibles y servicios, y dejando de lado la gran aventura humana en la que nos embarcaríamos, que superaría con mucho las grandes épicas y los descubrimientos de los mayores exploradores, políticos y militares de la historia.~

[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Estaci%C3%B3n_Espacial_Internacional
[2] http://space.newscientist.com/article.ns?id=dn12148