La Gran Fiesta Mundial (Alemania 2006)


BUENO, ESCRIBIR EN el autobús no parece ser sencillo, más cuando del 66 se trata… pero parece que la cosa camina. Después de leer a Gabo me han vuelto las ganas de coger, perdón, agarrar la pluma. Aparte, el Sordo me pide que le escriba unas líneas sobre el próximo Mundial de Alemania.

El Mundial, nunca mejor dicho. Porque ahora miramos hacia Alemania los futboleros y las 32 selecciones que ya saben que ciudades visitarán. En Junio el mundo entero estará pendiente de lo que pase en Alemania, y viceversa; lo que pase en Alemania será una muestra de lo que está pasando en el Mundo, mal que les pese a los pocos intelectuales retrógrados que han sobrevivido a los cambios de la sociedad global.

El terrorismo, sin duda, tendrá una gran oportunidad de mostrar su poderío. Allí no sólo encontrarán a la crema de Europa, sino también a la de Asia, y América, y Oceanía, e incluso del África, que estará representada por los países que todavía sobreviven a la devastadora destrucción que el resto del Mundo está realizando sobre este continente.

Alemania será la anfitriona y la gran candidata a ganar el Mundial, en lo futbolístico, en lo político y en lo económico. Para la izquierda alemana esta no será una gran noticia; Ángela Merkel y su partido tendrán un crédito enorme, del calibre del que consiguió Mussolini con los Mundiales de 1934 y 1938.

Solo Brasil e Italia dejaron de ganar “su” Mundial, pero para eso se necesitan once leones como aquellos uruguayos del 50 o un genio excepcionalmente rebelde como el inmortal Diego Armando Maradona de 1990. Y a primera vista no parecen existir ninguna de estas dos opciones: los leones se han convertido en millonarios y los genios han aprendido a adaptarse al sistema previsto.

Alemania será Campeón. Eso no le quitará brillantez al Mundial, ni en las calles ni en las canchas. Brasil llega como el último campeón y el mejor equipo de fútbol del momento y de la historia. Si el fútbol fuese tan sencillo como los que creen que son once contra once tratando de meter una pelota en un arco y circunscriptos a unas determinadas reglas no habría dudas, Brasil sería campeón. Por eso, porque no lo será, el fútbol es tan grande.

Italia, Inglaterra y Francia son las otras tres potencias europeas y estarán al acecho de cualquier tropiezo de los locales. Los tres han sido campeones. El otro es España, la niña bonita que quiere sentarse a la mesa de las grandes discusiones, ha ido creciendo y junto con Holanda representa a la segunda línea europea.

No caben dudas de que Europa es la que manda. De los 32 países representados, 14 son europeos: los nuevos estados de Serbia y Montenegro, República Checa y Ucrania están empezando a construir su historia; Portugal, Suecia, Polonia, Suiza y Croacia son los más claros ejemplos de la clase media europea que pretenden exportar al resto del mundo como modelo político y social.

Argentina, como siempre, representa el eslabón perdido. Es candidata. A campeona, a europea, a potencia. Un grande del fútbol que viene junto a Brasil a reivindicar las posibilidades del nuevo MERCOSUR. Paraguay y Ecuador completan la modesta representación sudamericana, demasiado escueta teniendo en cuenta su historial futbolístico, una muestra más de que aquí no solo se juega al fútbol.

Estados Unidos de América no ha conseguido imponerse en el deporte más importante de todos. El gran dueño del mundo no es el dueño del fútbol. Nunca ha ganado nada. Así y todo ha organizado un Campeonato Mundial y estuvo a punto de ser uno de los 8 cabezas de serie (¡con apenas 1 punto menos en la clasificación FIFA que la Argentina!). México, Costa Rica y Trinidad y Tobago son los vecinos imperiales y llegan con intenciones de sumar experiencia.

Australia ha conseguido finalmente apuntarse a la fiesta. Lleva años replegado en su isla y poco a poco va encontrando su lugar en el mundo. El fiel aliado norteamericano y británico no solo ha conseguido viajar a Alemania sino que se ha asegurado su clasificación para el futuro.

El insipiente gigante asiático llega representado por el capitalismo de Japón y Corea del Sur más el petróleo de Arabia Saudita e Irán. Los dos primeros han conseguido su apogeo en la Copa del Mundo pasada y todos juntos llegarán con muchísimas ilusiones y dinero.

África completa la coreografía. El fútbol representa la poca alegría que todavía le queda a este continente. Ni Sudáfrica ni Nigeria ni Marruecos se han clasificado. Túnez es el único que se mantiene firme dentro del contexto internacional. Soplan nuevos vientos. Angola, Togo, Costa de Marfil y Ghana se hacen conocidos por primera vez, como en su momento fueron Camerún o Argelia. Bienaventurados los que se encuentran en el fondo del pozo porque solo les queda ir subiendo.

Serán 32 países enfrentándose entre sí a la vista del resto. Serán millones de personas codeándose en 12 ciudades alemanas Personas de todo el mundo, distintas culturas y colores, alegría y tristeza. Será el fútbol en su mayor esplendor. El deporte rey más globalizado que nunca. Será una fiesta. Será una síntesis. Será el 9 de Junio.~