Cada una con un matiz distinto de la desesperación y el ridículo

 

Inglaterra vs EUA. Un solo gol. Un tiro débil a ras de suelo. El portero Robert Green ataca el balón con las manos. No logra detener el esférico que entra en la portería. Error. La línea de equivocaciones de los arqueros ingleses. Horas después, en la concentración ¿alguien habló con Green? ¿Alguien cruzó mirada?

 


 

El mítico no gol del “Loco” Abreu. Silas en la media luna sirve un pase para Abreu que está solo en el área. “El loco” elude al arquero y se tropieza. El narrador repite el apellido Abreu en varias ocasiones. Cada una con un matiz distinto de la desesperación y el ridículo.

 


 

Un hombre guarda una oreja en un sobre blanco. Lo lleva al correo. En tres días una mujer recibirá el envío. Lych. Variante de Blue Velvet.

 


 

Siempre termino hablando de Sorrentino con mis amigos. Lo conocí con Il divo que miré seis veces en dos días.

Después La grande belleza.  Sí la historia proustiana del escritor y la concepción de la obra. Sí los escenarios majestuosos de Roma. Pero lo que más me interesa y conmueve son las pequeñas tramas que aparecen y desaparecen como escarcha en un cristal. La anciana que regresa después del trabajo y entra a un antiguo palacio, ahora convertido en museo, y en uno de los auriculares escucha cómo su familia se arruinó y desapareció. ¿Alguno de los príncipes europeos hablará con ella? ¿Alguno cruzará mirada?