Se abren las compuertas

Una crónica por Myrtha Olivares, que da cuenta de la puesta en circulación del catálogo de coediciones de Ediciones Aguadulce y Trabalis Editores de Puerto Rico, el cual tuvo lugar en la noche del 1 de octubre de 2015 en la Universidad del Sagrado Corazón, en Santurce, Puerto Rico.

 

«ES HERMOSO CRECER en equipo. Queremos que los libros de Ediciones Aguadulce fluyan como el agua de los ríos, y que cada lectura del mismo libro no sea el mismo río». La escritora pepiniana Cindy Jiménez Vera nos da una entrada al conversatorio junto con los escritores y la puesta en circulación que se dio el jueves, primero de octubre. Ediciones Aguadulce y Trabalis Editores abrieron las compuertas de la represa y las corrientes van a su cauce.

Andan festejando además que las editoriales Ediciones Aguadulce y Trabalis Editores recibieron el Gran Premio Nuevas Publicaciones otorgado por la Feria Internacional del Libro de Puerto Rico el mismo año. Premio que se ha otorgado cuatro veces en dieciocho años de la FIL-PR. Y nosotros y nosotras también celebramos. Como el agua de los ríos, de la que hablaba Cindy Jiménez Vera, así fluimos y nos saciamos del agua que brotó de los poemas, de lo ahí narrado.

Un banquete de libros en circulación que reúne a Latinoamérica con representación de Puerto Rico, Cuba, Nicaragua, México, Argentina y Chile. Entre estas, desde Nicaragua una «Antología para Puerto Rico» de Ernesto Cardenal con prólogo de Janette Becerra; de Chile una «Antología poética» de Óscar Hahn con la selección y prólogo por Mario Meléndez; en la poesía desde México Ángel Ortuño con «Turbo Girl: historias de la mamá del Diablo»; Argentina, Ignacio Uranga desde la poesía con «Lo parcialmente, hasta entonces dicho: antología poética» y el saborcito cubano de la narrativa de Anna Lidia Vega Serova con «Ánima fatua». No pudieron asistir, pero enviaron unas pequeñas palabras de agradecimiento y estima por esta gesta hermanatoria.

Para más sorpresa fue el banquete la representación local puertorriqueña, a lo que alguno he tenido el gusto de leer, pero no con estas nuevas publicaciones o ediciones. Casi caemos rumbo a bajo de un volcán con Lilliana Ramos Collado y sus «Últimos poemas de la rosa»; tomamos un globo para volar hacia «Tegucigalpa», un texto que se niega a definir, e intercambiamos «más de un año de amaneceres» con su libro «400 nuevos soles» de Cindy Jiménez Vera, los cuales ya van por sus terceras ediciones. Le cantamos a las «Hijas de la libertad» con Yolanda Arroyo Pizarro; tratamos de recrear e imaginar con David Caleb Acevedo las «Historias para pasar el fin del mundo» donde no hay necesidad de desigualdad; de escarbar la palma de la madera con la que nos vamos formando, construyéndonos «Palo de lluvia» de Xavier Valcárcel. También a manera de dosis, con Mayda Colón, nos dejamos llevar por el juego-laberinto de los «Recuentos y volteretas». Caminamos por los cuartos de «La casa que soy» de Janette Becerra, y sin faltar hacer un rastreo del «Catálogo de cuerpos» de Melanie Pérez Ortiz.

Otros de los que también se encuentran incluidos dentro de la colección son «Necrópolis» de  Ana María Fuster Lavín (Portada de David Caleb Acevedo); «desglace» de Jorge Posada (Primera edición, diseño de portada de Nicole Delgado); «Autopsia» de Anuchka Ramos Ruiz (Segunda edición, con portada de la artista Yolanda Velazquez); «Burlesca» de Iris Alejandra Maldonado (Segunda edición, con portada de la artista Yolanda Velazquez); entre otros.

Después de estos bocados, Shanti Lalita en el cello con Son(Oro), su proyecto de experimentación sonora, en fusión de la música y la poesía nos devolvió el Canto de los pájaros de Pablo Casals, La viuda, y melodías de Bach.

Un junte «casual y accidentado», a palabras de Lilliana Ramos Collado, «que reúne la compatibilidad abierta». Una serie de coediciones poliamorosas con las que bautizó Cindy Jiménez Vera.

Nos quedamos con sed de seguir escuchando y leer, de más caramelos trabalisaguadulceros.

¡Enhorabuena!~