Alberto Chimal: “Me interesa que los lectores conozcan una propuesta que no es lo que ‘está de moda”

Portada de "Siete" de Alberto Chimal (2012, ed. Salto de Página)Alberto Chimal (Toluca, México, 1970) es considerado uno de los escritores más originales y prolíficos de México. Ha venido a Madrid a presentar “Siete”, una antología de sus mejores cuentos. La selección y prólogo son obra de Antonio Jiménez Morato y es publicada por la editorial Salto de Página.

Alberto es autor de más de una docena de libros de narrativa, ensayo y dramaturgia; colaborador frecuente de revistas y suplementos. Sus escritos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, húngaro y esperanto. Es maestro en literatura comparada por la UNAM, integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México y profesor y coordinador de talleres en la Universidad Iberoamericana, la SOGEM y diferentes instituciones.

Desde VozEd queríamos saber como afrontaba la publicación de “Siete” y su presentación -el 8 de Marzo a las 20:00- en “Tipos Infames”, una librería del barrio madrileño de Malasaña. Un lugar de “libros y vinos”, lo que hace esperar una presentación cercana, entre amigos, con unas copitas de vino en la mano y charlas sobre cuentos, libros, escritores, historias… una velada que, imaginamos, nos hará regresar a casa con una sonrisa en la cara.

Le hacemos llegar a Alberto nuestras preguntas. Le decimos que no hay prisa, imaginamos una agenda ocupada y los estragos del jetlag que en todos hacen mella. Él mismo nos indica que no tiene muy clara la agenda para estos días, pero antes de lo que canta un gallo nos contesta. Le agradezco el tiempo en nombre VozEd y de todos sus lectores y le deseo, por enésima vez, lo mejor para él y su libro, y confirmo mi asistencia y religiosa puntualidad, así como la invitación de copas de vino, gin tonics, tequilas o lo que haga falta para saludarlo y celebrar con él la presentación de SIETE.

 

¿Cómo fue que nació este libro [una antología de cuentos] “Siete”?

La idea provino del escritor español Antonio Jiménez Morato y el editor de Salto de Página, Pablo Mazo: Pablo estaba interesado en sacar algo de mi trabajo, que conoció por Antonio, y de esto surgió la idea de hacer una selección de mis libros de cuentos: más que un solo volumen de los que han aparecido en México, una selección que pudiera dar una idea más amplia de lo que escribo a lectores españoles.

Comentas que se da reconocimiento y se “valida” la calidad de los escritores solo cuando se les publica fuera de su país, ¿por qué crees que esto es así?

En México, al menos, esta situación tiene varias causas. Las más importantes son el hecho de que la industria editorial mexicana básicamente está subordinada (como las del resto de América Latina) a  las editoras españolas, y que el propio mercado mexicano es pequeño.

Se tiene la ilusión (no es nada más que eso, en realidad) de que la obra publicada fuera podría hallar más lectores fuera de México que en su propio país.

Siete es un libro de cuentos, muchos de ellos ya han sido publicados en tu blog o reproducidos en internet, como escritor, ¿cómo vives la relación entre los medios digitales y el papel?

Sobre la primera parte, ve la pregunta que sigue.

Sobre la segunda, me parece que el libro electrónico, y más en general la escritura y la lectura digitales, están aquí para quedarse. Son una transformación profunda e inevitable de la cultura occidental, por lo menos, que ya es parte del presente. Por lo tanto pienso que no sólo es provechoso sino necesario comprender lo que sucede y ver qué posibilidades creativas ofrece.

¿No crees que con cuentos ya reproducidos de forma gratuita [para el lector] la venta   de Siete como libro pueda sufrir?

No son tantos los cuentos que ya circulan en internet: hay varios inéditos, varias sorpresas y al menos tres o cuatro rescates de textos que ya no se hallan en ningún lado.

¿Cuál es tu impresión sobre los libros electrónicos (ebooks) y sobre todo el debate que hay en la industria del libro sobre el futuro del papel?

Básicamente creo que no dejará de haber imprenta, pero sí dejará de tener el papel central en la cultura que tuvo durante siglos. Será un arte minoritario o una artesanía, mientras que el grueso de la publicación será digital.

Escribes (“en serio”) desde que eras adolescente, y comentas que las recompensas no han sido precisamente rápidas, ¿cuáles son los momentos que guardas como éxitos para ti en este camino?

Mi primer libro; el Premio Nacional de Cuento; mi primera novela; la publicación de las historias creadas originalmente en formato digital

(“83 novelas” y “El Viajero del Tiempo”); la conclusión de mi segunda novela, la por venir…, y la aparición de “Siete“, claro.

¿Qué sensaciones te produce publicar en solitario fuera de México? ¿Por qué España?

Esta publicación es muy emocionante porque abre, aparte de cualquier otra consideración, la posibilidad de que mi trabajo llegue a un grupo enteramente nuevo de lectores, todavía dentro de mi lengua materna pero más lejos de la cultura mexicana. Tendrán otra relación con los textos y encontrarán (o así lo deseo) cosas distintas en ellos.

La iniciativa, además, vino de aquí, lo que me honra y me alegra.

¿Cuál ha sido tu camino como escritor para obtener la validación “de fuera” o como tú dices (más cínicamente) la intención de encontrar lectores y “llegar a mercados mayores”?

Personalmente deseo que mis libros se vendan, por supuesto, pero creo también que el éxito mercantil no es lo que más me importa: me interesa que los lectores conozcan una propuesta que sin duda no es lo que “está de moda” en mi país (y, probablemente, en España tampoco) pero busca dar una visión particular de las cosas, de las experiencias humanas, de los temas de la literatura: mirar el mundo de un modo particular, “original” hasta donde sea posible semejante cosa. El cinismo, o tal vez el idealismo, estaría quizá en la idea de “triunfar en mis propios términos”: de creer que puede haber lectores interesados en algo más que lo que las grandes empresas de medios han decidido que debe gustar a todo el mundo.

Comentas que “ver [Siete] es descubrir algo nuevo sobre el propio libro y sobre la búsqueda que es el escribir”, ¿qué has descubierto en esta búsqueda de escribir que puedas compartir con otros (jóvenes) escritores para sacar provecho a los “traumas literarios” que todos los escritores tienen?

Lo que más cuesta aprender, y más vale a la larga, es la paciencia: en general nada llega tan rápido como uno lo desea, y entretanto es necesario continuar, persistir. Me gusta la divisa que tenía Aleister Crowley, el escritor/esoterista/loco inglés, y que es una sola palabra: justamente “Perdurabo”, es decir “Persistiré”. Es un gran complemento a un lema famoso que escribió Octavio Paz inspirado en Novalis: “Merece lo que sueñas”.

Trabajas en un taller literario con personas que quieren aprender a escribir, a parte de la técnica, seguramente, en esas sesiones salen a relucir los “traumas de escritor” de los cuales se puede sacar provecho, en este sentido ¿qué les transmites?

Trato de transmitir los conocimientos más precisos posibles: cuestiones de técnica, ejemplos, referencias. El resto es un trabajo de descubrimiento que se hace entre todos y en el que el grupo es (si todo sale bien) una especie de caja de resonancia del autor o autora del texto. Idealmente, un taller no debería ser un grupo en el que todos aprenden a escribir como uno solo, sino un espacio donde cada persona, con la ayuda de los otros, puede descubrir su propio modo de escribir, lo que realmente desea hacer y el mejor modo de conseguirlo.

Esto incluye, por cierto, los traumas, que son fuente de temas e ideas, y la inseguridad, que se debe aprender a combatir pues puede atacar a cualquiera inesperadamente.

En VozEd estamos haciendo una antología de cuentos con historias sobre los traumas de los escritores al escribir, con el murmullo de fondo sobre el ebook, ¿habría manera de prometer a nuestros lectores  alguna historia tuya sobre algún escritor sacudiéndose sus traumas?

Me encantaría poder contribuir. Tengo una ya sobre un tema así pero… creo que no está tan bien como debería (ah, los traumas), así que me pondré a hacer otra.

¿Y alguna colaboración en la revista?

Ah, eso seguro.

Por último, VozEd se presenta como una revista cultural, y con la vocación de “ser un laboratorio de ideas y una voz crítica para crear conciencia y lograr  cambios sociales”, en este sentido, ¿cuál crees que puede ser el papel de un escritor y de la literatura?

Puede tener muchos papeles distintos, pero hay un deber al que no debe (y quizá no puede) renunciar, que es articular la experiencia humana que esté a su alcance: expresarla para beneficio de otros que tal vez están ocupados en otras cosas y no tienen tiempo ni inclinación para hacerlo ellos mismos. Esta función tan humilde es fundamental: es la que da sentido a la literatura como uso del lenguaje para ampliar la memoria y a la vez entender el mundo.~