Compartiendo frasecitas como una quinceañera
Un texto de Jacqueline Erazo Flores
EN LA VIDA de una mujer, existe un antes y un después de que te conmueve una película de Almodóvar. No me malinterpreten por favor; supongo que al ser una mujer latinoamericana, he visto de cerca más dramas y diversidad de reacciones relacionadas a las mujeres y sus conflictos que las que pueden existir dentro de los dramáticos personajes femeninos del cineasta.
Y es que al igual que en el siglo XIX, con autores tan aclamados y publicados, como Tolstoi o Flaubert, y éstos a su vez, con sus personajes femeninos llenos de roles específicos y limitados, y a la vez limitantes, que llegaron a representar al personaje femenino de la sociedad de aquel siglo, no era difícil concluir los elementos básicos a los que eran relegados éstos personajes; en la actualidad se adapta una nueva era de representación social del personaje femenino a otros niveles; entonces es necesario tomarse un respiro para analizar.
La representación del personaje femenino quien no se adapta y además arriesga, como lo son por ejemplo, Anna Karenina y Madame Bovary, en aquella sociedad que las rechazaba, fue relegada a un cruel destino que las atormentó, incluso hasta la muerte. Clásicos personajes de aquella sociedad contradictoria del siglo XIX. Pero sin duda, es necesario preguntarnos: ¿acaso las fuerzas y pasiones que conflictuaron a aquellas mujeres, no conflictuan aún a las mujeres actuales?, y lo que es peor; ¿acaso los destinos de aquellos personajes conflictuados, no se continúan representando de la misma forma trágica cliché hoy? El común destino de aquellos personajes femeninos es la soledad, la contemplación, el silencio y la tragedia, cualidades plasmadas en varios personajes de las películas de Almodóvar. Lo diré, esto aburre.
Cuando me encuentro con un hombre o una mujer que no es feminista, o no apoya al movimiento feminista, me es difícil asimilar que no comprenda que el llamarse feminista, hoy, es un deber humanista y ético; es apoyar al desarrollo civilizacional, aunque tenga sus merecidas contradicciones o excesos, como todo movimiento que surge para el desarrollo social a lo largo de los procesos históricos.
Y no voy a entrar en detalles sobre los procesos feministas que han realizado cambios históricos, o que han impulsado un desarrollo como civilización pero sí es necesario remitirse a las realidades latinoamericanas y a sus contextos sociales, en donde una nueva era de “analfabetismo” se ha configurado en los últimos años a partir del exceso y la libertad de información con el surgimiento de las redes sociales, y además el incipiente concepto sobre educación dentro del sistema institucional. Entonces, no es difícil encontrarnos con muchachos adolescentes de dieciséis años que conocen demasiado sobre herramientas web, pero con una inteligencia emocional de un niño de siete años.
Ahora, remitiéndome nuevamente a los personajes femeninos del cine aclamado en mi generación, me queda más que hacer un reflexivo silencio y un reclamo a la vez. Y claro que existen muchos otros directores de cine que han logrado captar en un momento los matices de lo que significa un personaje femenino, sí; aunque en este caso, hablo un poco de lo “popular”de lo que se consume o se ha consumido por décadas.
¿Qué fue primero? el cliché de la mujer sufridora de telenovela mexicana materializada por “Marimar” o realmente las mujeres sufrieron como aquellos personajes desde el inicio de los tiempos?. Bueno, Eva, a ella le correspondió el sufrimiento, !oh!, !eso explica todo!…
Cuando terminé mi carrera y empecé a escribir para medios, en un momento oportuno decidí dejar de hacerlo; ¿cómo empezar a escribir un artículo honesto cuando has pasado, a lo mejor, gran parte de tu vida estudiantil preparándote para esconder las verdades incómodas de la realidad, repetir clichés, cuando los medios de comunicación se han encargado de “aligerar” las cosas alrededor para cumplir con lo que técnicamente se denomina producción de contenido de masas?. No nos confundamos, el drama vende, el sufrimiento vende, o ¿por qué entonces “Pare de sufrir” continúa lucrando después de tanto tiempo?
Las pasiones son humanas, los conflictos son humanos, y nada de eso nos corresponde o no determinantemente en contexto de géneros. Todas y todos hemos amado, hemos herido y hemos sido heridos y heridas, todas y todos podemos perdernos pero a todas y todos nos corresponde ayudar a encontrarnos…
Soledad, contemplación y silencio, eso no corresponde a ningún rol de género, eso corresponde a la vida en general, pero lastimosamente lo que corresponde al concepto de masas, son los reduccionismos, es la ansiedad mediática de ver los clichés cumplidos, eso es lo que implica la psicología de masas, una especie de infección que se expande en los medios, en la sociedad.
Entonces entre feminismo y deber, a lo mejor el ser feminista te deje sin demasiadas opciones contextualmente hablando, pero seguramente, no tendrás que aburrirte, eso es seguro. Entonces, este pequeño motivo, para mí, es suficiente para considerarme feminista, para combatir los roles, clichés sociales, para indignarme cuando salgo a la calle con minifalda y alguien me agrede, o denunciar los comportamientos misóginos de mis colegas…
Cuando salgo a caminar con mi hija por algún lugar, si un hombre me “piropea” o “silba”, ahora, le grito un concreto pero poderoso argumento para que deje de hacerlo, eso, para mí es educar, en mi forma muy básica, a mi sociedad, básica, inmersa en los reduccionismos y los clichés, pero con tanto para dar. Pese a los reclamos inconscientes grabados de mi abuela que me repetía la frase: “Ignóralos” o ponte “formalita”.
Pues ya no soy “formalita”, ya no sonrío ni soy protocolaria como mis ancestras me enseñaron. Y pues ahora, cual quinceañera afiliada a un movimiento subversivo, también comparto sus “frasecitas” feministas como esta y hasta las argumento, así que entonces te digo: “Te deseo todo el coraje que necesitas para romper con los patrones que ya no te sirven”.~
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