A mí dame un libro
El tiempo avanza. La tecnología cambia. Cambian las herramientas. Pero, desde Homero hasta García Márquez, lo que no cambia es la capacidad humana para leer y escribir, escribir y leer.
La inteligencia, la capacidad de crear, es intrínseca del ser humano y el uso de la tecnología, apenas si sirve para potenciarla o anularla. Las nuevas herramientas están allí, para el lector, para el escritor y, fundamentalmente, para el editor. El saber utilizarlas dará mayor o menor calidad a la capacidad de aprehender el conocimiento, pero, en ningún caso, creerá conocimiento.
Me atrevería a decir que cada vez hay más lectores, pero que dedican cada vez menos tiempo a la lectura, o a lo que antes se denominaba comprensión de la lectura (no sé si sigue existiendo este concepto en las escuelas, espero que sí). Leer se lee mucho, pero textos cortos, generalmente rápido, y muchas veces fuera de contexto. El contexto es el corazón de la lectura, sin el contexto es imposible entender el texto, disfrutarlo.
Sí es cierto que se están vendiendo bastantes e-books, gracias a su precio más competitivo con respecto a los libros impresos. Se trata, en estos casos, de lo mismo que pasa con los periódicos, son compradores que quieren ver de qué se trata, investigar el libro sin hacer un gran desembolso de… dinero y tiempo, que vienen a ser lo mismo. Si el lector se queda atrapado, seguramente comprará el libro, sino habrá hecho una pequeña inversión sin importancia.
¿Por qué preferiría el lector un libro en papel que un e-book? ¿Es solo una cuestión de costumbre? ¿Es una cuestión de gustos?, ¿o hay algo más? ¿Será obsoleta esta pregunta dentro de un par de décadas?
Un libro, una obra de arte, tiene una forma única, distinguible, que la individualiza. Eso, simplemente, marca la gran diferencia con el libro digital. Quizás, con el tiempo, el libro digital consiga ese poder de individualización pero, por el momento, está muy lejos de conseguirlo. No es lo mismo tener en una mano un libro de Kafka, en otra uno de Borges, mirarlos, pesarlos, distinguirlos, que tener dos pdf con el contenido de esos libros. No, para mí está claro que no es lo mismo, que nunca va a ser lo mismo, o lo será, quizás, cuando pasemos de este mundo físico, en el que necesitamos «tocarlo todo» a un mundo digital, virtual, donde manejemos otros sentidos. Ese cambio puede llegar, pero no está ni remotamente cercano, mucho más que un par de décadas tendremos que esperar para disfrutar más de una rosa digital que de una rosa real.
Esto no significa que no se pueda leer en un e-book, simplemente, no es lo mismo. Se puede leer el diario en Internet pero ¿es lo mismo que sentarse a la mesa y desplegarlo? La respuesta es que no. El diario en Internet puede valernos para enterarnos de las últimas noticias, incluso de alguna nota que nos interesa, pero no conozco a nadie que se siente a leer el diario en Internet. En el mundo del futuro, quizás, en el de hoy, que es el que estamos analizando, eso no está pasando ni hay visos de que pase en los próximos años.~
Coincido en muchos puntos sobre este artículo, y hago hincapié en la circunstancia de la decadencia de la lectura en nuestra sociedad.
Soy de las personas que consideran que muchos de los problemas de la actualidad se podrían solucionar leyendo. La cultura que aportan, las ilusiones que generan, los momentos de inflexión y relajación que fomentan los libros son condicionantes que no deben perderse.
Por otro lado, no termino de coincidir en la negatividad del libro electrónico. Cómo ávido lector que me considero, este formato de lectura me parece de lo más apropiado en términos de comodidad, espacio, transporte, etc. Al fin y al cabo soy de las personas que valoran más el contenido y no el continente; por lo que la esencia del libro está en sus palabras y no en el formato.
Sí es verdad que se pierde ese romanticismo del papel y la portada, pero es una prueba más que hasta la literatura es capaz de adaptarse a la sociedad 2.0 que nos gobierna. Es una forma de contrastar que la literatura sigue ahí, por lo que no nos sirve de excusa el decir que se queda anticuada. Por otro lado, reconozco que se puede llegar a fomentar más la piratería, y si eso perjudica a escritores y editoriales, lo correcto sería encontrar un punto intermedio donde todos pudiéramos convivir…
Muchas gracias por permitirme opinar, un cordial saludo.
Coincido con lo manifestado por Andrés. La desaparición del libro (en papel) como los lectores los venimos leyendo hasta ahora, difícilmente suceda. Han sustentado esta teoría voces autorizadas como Umberto Eco, Alberto Manguel, Juan Goytisolo y otros. La razón principal: que todo lo digital que se maneja actualmente son soportes muy buenos para contener, almacenar y buscar información.
Pero leer, leer es otra cosa.