Tear After Yawn

Pieza de Pablo Robles Gastélum

Hoy me cambié de acera para evitar el sol en la cara. La Tierra dio un giro rapidísimo como venganza y toda la calle se cubrió de luz. Cerré los ojos y seguí caminando. Pensé en lo infantiles que pueden ser los planetas cuando están aburridos. También en la arrogancia del sol; cómo presume su propio brillo, que aumenta a medida que él se descompone. Nosotros no somos así, nunca lo hemos sido. Algunos humanos pueden ser estrellas distantes u hormigas obligadas a trabajar sobre el mismo árbol. Siempre terminan descubriéndolo demasiado tarde. De ahí la ventaja de ser un árbol. Ellos se comunican solo lo necesario y soportan mucho mejor la soledad. Esta sería mi primera crítica a la naturaleza: que lo necesario para los árboles no es lo necesario para los humanos. Sería bastante práctico que los intereses de ambos estuvieran unificados, considerando que vivimos en el mismo lugar. Un lugar diminuto dentro de una matrioshka de galaxias que no podemos conquistar. Aunque, para ser justos, esto no es tan dramático como suena, pues en realidad la Tierra es enorme y raramente conseguimos recorrerla por completo. Digo «raramente» porque hay personas que más o menos logran hacerlo. Un amigo de la familia recorrió todo el mundo. Tardó treinta años y le faltaron muchos lados. Pero él dice que visitó todos los lugares, y que desde algunas montañas pudo observar mejor el Universo. Nosotros le creemos. En este lugar cabemos todos y deberíamos creernos. Pero es verdad que cabemos cada vez menos, y que la sofisticación de la cultura hace poco para multiplicar el espacio físico en la Tierra. Digo «poco» y no «nada» porque hay intentos notables. Están los pequeños dinosaurios de plástico que crecen cuando los dejas un rato bajo el agua. Esta tecnología siempre me ha parecido el comienzo de algo mucho más grande. La posibilidad de que la Tierra también crezca como si fuera un juguete. Entonces habría más lugares por conquistar, y esos lugares nunca serían suficientes, pues la Tierra seguiría inflándose. Por desgracia aún no tenemos la tecnología para llevar a cabo este proyecto. Ni siquiera sabemos si hay suficiente de ese plástico con el que hacen los dinosaurios. Es todo tan incierto.~