Bruno

Un cuento e #intervención de Paulina Calderas

CIERRA LOS OJOS, Bruno, cállate, Bruno, tápate hasta la nariz con tus cobijas e intenta dormir. No hagas caso de los murmullos que hacen eco en tu cabeza Bruno, no intentes reconocer en ellos el bufido furioso y excitado del monstruo, no le hagas caso, Bruno, y duérmete ya.

No bajes los pies de tu  cama a media noche, Bruno, no dejes tus manos colgando por el borde del colchón. Si lo ves, intenta no gritar, Bruno, trata de guardar la calma, ignóralo cuanto puedas si escuchas sus garras arañar las paredes de tu ropero o pasarlas por los tubos de tu cama. No te muevas si  mancha tus cobijas.

No lo invoques, Bruno, no pienses mucho en que te mira cuando duermes.

Bruno, no hagas caso del fétido olor impregnado en su piel, no lo mires fijamente. No llores, Bruno, eso menos que nada, no llores.

Olvida que así olía el cuarto de mamá, Bruno, no intentes armar el cenicero roto. Recuerda hacerte el dormido, Bruno. Si te toca, aprieta los ojos y calla. Di que no a la señorita que vino ayer, no importa las veces que pregunte qué pasó, si eres feliz, si todo está bien en casa. Deja que su pluma palomee a gusto lo que quiera, porque si dices la verdad, él se enfurecerá.

No tiembles cuando escuches el chirrido de la puerta que se abre lentamente,  mejor pon atención al retumbar de tu corazón que casi explota en tu sien.

No lo mires feo, Bruno, y la noche pasará rápidamente, deja que muerda un poco los dedos de tus pies, permite, Bruno, que se escurra por el cuarto, si me elije a mi o a ti, calla Bruno, calla como lo hace mamá que oculta, debajo de las mangas largas, las mordidas que el monstruo le hace a ella.

Y mañana en la mañana, a la hora del desayuno, no le digas monstruo, Bruno; llámalo como quiere.

Dile papá.~